Las Letras de liquidez (Leliqs) son un instrumento financiero que utiliza el Banco Central de la República Argentina (BCRA) para regular la cantidad de pesos que circulan en la economía y así evitar desequilibrios que, en caso de no compensarse, podrían generar desde más inflación hasta una disparada del dólar. Son un instrumento al que solo pueden acceder los bancos, no las personas.
Según el último informe diario de la máxima autoridad financiera del país, actualmente hay casi 10,7 billones —es decir, millones de millones— de pesos en Leliqs. Junto con los “pases pasivos”, que son otro instrumento financiero que se utiliza para el mismo fin, el BCRA tiene “absorbidos” alrededor de 25 billones de pesos, el triple de lo que se estima que circula en “la calle” (menos de 8 billones de pesos). De manera que, si este dinero se volcara a la economía, se cuadruplicaría el circulante.
Cómo funcionan las Leliqs
Parte de los pesos que los argentinos poseen son depositados en bancos. Las entidades, a su vez, reinvierten ese dinero y se lo prestan a otras personas y empresas. Pero cuando la demanda de préstamos es bastante inferior que los fondos que poseen los bancos para prestar, se produce un desbalance y “sobran” pesos.
“Como la demanda de crédito privado siempre fue baja en Argentina y ahora está igual de baja, sobran pesos a la hora de hacer esa diferencia entre los depósitos y los préstamos bancarios”, explicó a Página|12 el director de la consultora EPyCA, Martín Kalos.
Para compensar esa diferencia, los bancos le prestan estos pesos excedentes al BCRA a través de un intercambio por Leliqs y cobran los intereses a 28 días. Por eso este instrumento es para entidades financieras y no para particulares. La tasa de interés que dispone el Central para las Leliqs sirve de referencia para el resto de las tasas de interés del mercado, como la de los plazos fijos o préstamos.
Además de evitar que esos pesos se vuelquen en la economía o en el mercado cambiario y generen una presión inflacionaria por incremento de la oferta monetaria o una corrida cambiaria respectivamente, las Leliqs sirven también para que este sobrante de pesos que tienen los bancos no derive en un derrumbe de las tasas de interés de los plazos fijos, ya que no necesitan esos pesos.
Las Leliqs fueron creadas en 2018, bajo el gobierno de Mauricio Macri y la presidencia de Federico Sturzenegger en el BCRA. Desde entonces, el stock de estos pasivos fue aumentando progresivamente año a año (sobre todo en 2018 y 2022). Hoy tienen un rendimiento de hasta 133% anual para los bancos, lo que genera lo que Javier Milei denomina la “bola de Leliqs”.
Por qué las Leliqs preocupan a Milei y qué piensa hacer con ellas
El presidente electo afirmó en varias oportunidades que “el problema de las Leliqs” será una prioridad a resolver en el inicio de su gobierno, algo que considera necesario antes de eliminar el cepo cambiario y estabilizar la economía. Aunque no dio detalles de cómo lo resolverá, anticipó que ideará una “ingeniería financiera” que aportará una solución “voluntaria” y “de mercado”.
Una opción que se baraja es la de recurrir al financiamiento externo en dólares para engrosar las reservas y que el BCRA tenga “poder de fuego” para abastecer una potencial demanda de divisas en caso de desarmar las Leliqs. Una línea de acción consecuente con el acompañamiento del futuro ministro de Economía, Luis Caputo, a Milei en su reciente viaje a Estados Unidos.
“Hoy no hay dólares en Argentina y 15 mil millones de dólares no te alcanzan para sostener esto. No hay dólares, ni para dolarizar ni para salir del cepo de manera inmediata. Acá tenemos una inconsistencia de los números”, señaló Kalos. Pero además, existe la incógnita de por qué esto se trata de una prioridad para el futuro gobierno.
El economista explicó que las Leliqs son una masa de dinero que manejan los bancos, por lo cual caen bajo la regulación del Banco Central, y por lo tanto, afirmó: “Esto no es una bomba que va a explotar en breve”. De hecho, los mismos bancos plantearon al equipo de Milei en los últimos días que no se trata de un problema prioritario.
“Se puede manejar de manera sustentable, con un mix de soluciones parciales”, agregó Kalos, y entre ellas mencionó transformar esta deuda del Banco Central en deuda a través de títulos públicos del Tesoro, con una tasa de interés que le “compita” a la de las Leliqs, algo que “ya hizo el propio Luis Caputo durante 2018”, cuando se desempeñaba como ministro de Macri.
Otra alternativa, es cambiarla por algún otro instrumento como los “Pases pasivos” del BCRA, que son a plazo mucho más corto —a un día—, algo que los bancos ya están haciendo.
En definitiva, los pesos que “sobran” a algún lado tienen que ir. Con las opciones que se plantean por fuera de las Leliqs, Kalos remarca: “El futuro gobierno se va a comprar otro problema: una deuda en dólares carísima, o otra deuda en pesos pero más cara que las Leliqs y menos manejable, o un montón de pesos dando vuelta por la economía”.