No es la primera vez que la Línea 144 recibe violencia, en otras oportunidades atendieron llamados con mensajes de carácter odiante pero esta es la primera que llega una amenaza directa hacia lxs trabajadorxs. "El Ministerio tomó la decisión política de denunciar jurídicamente cada una de las amenazas recibidas para que se investigue y poder identificar a los responsables. Lo que más nos preocupa es el miedo que esto genera, sobre todo, para garantizar el funcionamiento, no solo de los puestos de trabajo, sino de las políticas públicas y programas que están en marcha. Esto es un agravio y una amenaza, también a las políticas públicas contra la violencia de género que se vienen desarrollando", explica Laurana Malacalza, subsecretaria de Abordaje Integral de las Violencias por Razones de Género en comunicación con Las12.
El avance de la ultraderecha en nuestro país y su reciente triunfo electoral no solo fomenta discursos atroces que reivindican la dictadura y niegan el terrorismo de Estado, sino que además, trae aparejada un conjunto de ideas que promueven la cultura machista, la misognia y el homolesbotrans odio. Durante su campaña, La Libertad Avanza no se pronunció sobre la implementación de políticas públicas para prevenir la violencia de género y los ataques hacia las identidades no heteronormadas, tampoco lo hicieron el resto de lxs integrantes del partido. Ya son conocidas sus posturas en contra del aborto, la ley de identidad de género y la ley de matrimonio igualitario con discursos que legitiman y aumentan la violencia social.
"Se viene consolidando desde hace mucho tiempo en nuestro país y a nivel social, estos discursos odiantes hacia la igualdad de género, la banalización y la descalificación en términos de que sea un tema importante. Creo que el intento de magnifemicidio a la vicepresidenta también fue un hito central donde se congregaron estos discursos discriminadores con un claro sesgo de género y esto se ha intensificado después de las elecciones. Aparece la idea de que existe un consenso social o una cierta legitimidad social para profundizar estos discursos y transformarse en amenazas y en hechos de violencia más elocuentes”, asegura Malacalza quien, además, cuenta con preocupación que ningún integrante del gobierno de ultraderecha que asumirá el 10 de diciembre se ha comunicado con las autoridades del ministerio para generar un ámbito de transición.
“No sabemos qué va a pasar con las políticas públicas que se vienen implementando desde el ministerio, qué va a pasar con el Programa Acompañar que asiste a más de 350 mil mujeres y diversidades en situaciones de violencia de género. Qué va a pasar con los 59 equipos interdisciplinarios que tenemos distribuidos en todo el país que vienen atendiendo y acompañando a más de 35 mil personas en situaciones de violencia de género. Qué va a pasar con la línea 144 que recibe 350 comunicaciones diarias para asesoramiento, contención y orientación frente a situaciones de violencia de género. Qué va a pasar con los programas del ministerio que vienen fortaleciendo el trabajo de las organizaciones sociales comunitarias que acompañan a personas en situación de violencia de género como el Programa Producir que fortaleció las unidades productivas de organizaciones que involucran a personas en situación de violencia de género y el Programa Articular que viene apoyando a las organizaciones en todas las políticas de diversidad e igualdad de género. Qué va a ocurrir con el Programa Generar que el ministerio puso en marcha para fortalecer el trabajo de las áreas de género municipales y provinciales e impulsar la creación de nuevas áreas. Tampoco sabemos qué va a pasar con los 30 centros territoriales que tenemos en marcha en todo el país y que necesitan continuarse a través de la obra pública. No encontramos un interlocutor de la nueva gestión para tener definiciones al respecto”, enumera la subsecretaria.
Frente a las amenazas, lxs funcionarixs del ministerio se reunieron con cada uno de los equipos que se encuentran a nivel territorial para pensar estrategias de seguridad en conjunto. Además, reforzaron la seguridad en los edificios donde funciona el ministerio para que lxs trabajadorxs no se sientan afectadxs en el ingreso o egreso a sus lugares de trabajo.
Malacalza destaca que el repudio a estas amenazas supone: “Dejar en claro a nivel social lo que no estamos dispuestas a tolerar y también rechazar cualquier manifestación de violencia que pueda venir hacia les trabajadores del ministerio y hacia las políticas públicas. Se puede discutir cuáles son las mejores políticas públicas, cómo mejorarlas y profundizarlas, pero nunca la respuesta frente a estas amenazas va a ser paralizarnos, sino organizarnos y encontrar las mejores estrategias para que estas políticas se puedan seguir desarrollando porque han logrado un impacto concreto en la vida de las personas que han acudido al Estado buscando una protección y un acompañamiento frente a las situaciones de violencia de género.”