Ayer, 30 de noviembre, se cumplieron 3 años de la desaparición forzada en Paraguay, de Carmen Elizabeth Oviedo Villalba, Lichita, una niña de 14 años, prima de Lilian Mariana y María Carmen Villalba, las dos niñas asesinadas por las Fuerzas de Tarea Conjunta (FTC) de Paraguay el 2 de septiembre de 2020. Lichita y su hermana melliza Anita nacieron en la cárcel. Su mamá es Carmen Villaba, presa política comunista, quien ya cumplió condena de 17 años, y a quien le armaron otra causa para mantenerla detenida, si fuera posible de por vida.
Dice Carmen desde la cárcel del Buen Pastor, en Asunción, donde días atrás sufrió una violenta requisa, en la que le secuestraron el dinero que tenía para completar sus estudios, la computadora con sus trabajos universitarios, y otros elementos necesarios para sobrevivir en las condiciones de aislamiento en que pretenden asfixiarla: “Lichita es una niña paraguaya, parte de la niñez Villalba, que sufre un verdadero martirologio: exilio forzado a sus 4 añitos, donde se vio obligada a salir del país con una parte de su familia para proteger su vida, refugio político al cual su familia se acoge en estos momentos, asesinato de su hermano Néstor a sus 12 añitos, fusilamiento de Lilian Mariana y María Carmen, niñas de 11 y 12 años, encarcelamiento absolutamente aberrante de Laura, su tía. Lichita es parte de esa niñez que sufre, es parte de un pueblo que lucha. Llevamos 3 años exigiendo la aparición con vida de Lichita, en manos del estado, de las Fuerzas de Tarea Conjunta, unas fuerzas armadas habituadas a la desaparición forzada, al asesinato, a la eliminación física de sus enemigos políticos desde tiempos de la dictadura. Lo hicieron durante 35 años, quedando en absoluta impunidad esa práctica genocida del Partido Colorado instalado en el poder hace 70 años.”
Lichita había viajado a Paraguay junto a sus primas, para conocer a los familiares que son parte de la guerrilla del EPP, entre ellos los padres de Lilian Mariana y María Carmen. Otra de las primas, Tania, logró sobrevivir a la represión y a la persecución, y junto con Anita llegaron a la Argentina. Ella nos cuenta: “Fuimos a Paraguay a conocer a nuestros familiares y a los padres de Lilian y María Carmen. Teníamos pensado volver, pero se postergó nuestra vuelta por las medidas restrictivas de la pandemia del COVID. Cuando volvimos al lugar en dónde ella había estado, encontramos un cuaderno en el que iba relatando sus días. Estaba escrito hasta el día 3 y ya habían pasado 15 días desde que nos separamos. Les habíamos dejado dos bolsitas de hule con agua -porque no teníamos botellas ni otra cosa para cargar agua-. Lo más raro fue que el agua estaba prácticamente sin haberse tomado. No entendíamos por qué iba a dejar el agua sabiendo que no hay en la montaña, además que ella se desplazaba gateando porque no podía caminar”. Todo indicaba que Lichita había sido secuestrada por las fuerzas militares y sus colaboradorxs.
Desde el primer día de su desaparición, Lichita fue buscada por familiares y compañeras/os internacionalistas. Continúa Carmen Villalba: “Hoy desde la campaña ¿Dónde está Lichita? y desde la campaña Eran niñas, se lucha de diferentes maneras por la aparición con vida de Lichita, por justicia para las dos niñas de 11 y 12 años. Estas campañas internacionales que convergen desde distintos países de nuestra América y de Europa, unen a varias organizaciones sociales, de derechos humanos, organizaciones políticas de izquierda, para exigir que el estado burgués asuma su responsabilidad en términos de cumplir por ejemplo, el protocolo 30, donde le exige al estado paraguayo una acción urgente, la número 1006 / 2021, activada por el comité de desaparición forzada de Naciones Unidas, que le recomienda al estado paraguayo abrir una causa por desaparición forzada de Lichita, y permitir a los familiares ser parte de la búsqueda e investigación de su desaparición forzada. Estos puntos se encuentran criminalizados por el estado paraguayo, por su fuerza represiva, por la fiscalía.”
A pesar de la total falta de respeto del estado paraguayo al derecho internacional, la búsqueda siguió realizándose. Concluye Carmen Villalba: “En el contexto de lucha por la aparición con vida de Lichita, desde la campaña ¿Dónde está Lichita? este 30 llega a Paraguay una delegación argentina y paraguaya que tendrá como uno de los de las actividades la presentación de las firmas recolectadas dentro de la campaña internacional “un millón de firmas por Lichita”, para exigirle precisamente a la fiscalía cumplir con la recomendación del comité de desaparición forzada de Naciones Unidas de abrir una causa penal donde se investigue y se castigue a los responsables. También se tendrá la visita al penal, y una marcha donde se exige la aparición con vida de Lichita, y se busca visibilizar la desaparición forzada, silenciada e invisibilizada por los medios hegemónicos en Paraguay, desde las mismas instituciones que se dicen respetuosas de los derechos humanos, de un 'estado de derecho', donde Lichita tendría protección, por ejemplo, de la secretaría de la niñez con perspectiva de género, con perspectiva de Derechos Humanos."
"Sin embargo -continúa Carmen- la causa de Lichita es una causa en la que el estado y sus instituciones no solamente no buscan a Lichita, no implementan el protocolo de desaparición forzada que señala el comité de desaparición forzada de Naciones Unidas, sino que criminalizan a la campaña por Lichita, a quienes la buscan y denuncian su desaparición forzada. Quiero señalar que en el allanamiento aparatoso con una violencia desproporcionada que tuve este 17 de noviembre a las 6 de la mañana en mi celda, por ejemplo, uno de los que lo encabezaba es un alto jefe policial, Nimio Cardozo, a quien incluimos en la denuncia, porque como mamá de Lichita en dos oportunidades presenté ante la fiscalía una denuncia por desaparición forzada de mi hija Lichita, donde se señala datos que nosotros fuimos recabando en estos largos tres años en diferentes etapas, momentos y maneras. Tenemos elementos que señalan a los responsables materiales, a la fuerza de tarea conjunta, a altos jefes policiales."
Mientras se realiza la delegación a Paraguay, distintas organizaciones se movilizan este 30 de noviembre frente a las embajadas y consulados de Paraguay, en distintas regiones del continente y en Europa. El grito ¿dónde está Lichita? crece y resuena, junto a “justicia para las niñas”, “absolución a Laura Villalba” y “libertad a Carmen Villalba”. El enorme silencio se rompe desde las voces de los pueblos, que no aceptan los infanticidios del Estado Paraguayo, ni la persecución brutal a la familia Villalba. En pleno siglo 21, hay que poner nunca más a los infanticidios, en Paraguay y en todos los rincones del mundo.