Las declaraciones de Milei contra al Ley de Alquileres, sumadas a las expectativas económicas negativas hicieron que en los últimos diez días no se firme ningún contrato de alquiler en territorio bonaerense. “Desde hace diez días, no se firma ningún contrato de alquiler en la provincia de Buenos Aires. La cantidad de operaciones es cero”, cuenta a Buenos Aires/12 la titular de la Cámara Inmobiliaria de la Provincia de Buenos Aires (CIBA), con sede en La Plata, Mirta Libera.
Las declaraciones del presidente electo Javier Milei, pocas horas después de imponerse en el balotaje sobre Sergio Massa, a favor de la derogación de la ley vigente, la posibilidad de pactar los contratos en la moneda que sea y evitar la intervención estatal porque se trata de acuerdos entre privados generó una enorme preocupación e incertidumbre por el lado de los inquilinos y la salida del mercado, a la espera de novedades, por parte de la oferta.
“Es cierto que había pocas operaciones, pero después de las elecciones directamente se frenaron", dice mientras asegura que algunos propietarios prefieren poner en venta, otros se vuelcan al alquiler temporario vía Airbnb o aplicaciones similares o prefieren hacer acuerdos con familiares o conocidos, sin dar intervención a las inmobiliarias. "En promedio, los alquileres representaban el 50 por ciento de los ingresos de las inmobiliarias de la provincia", dice aunque reconoce que "ya era una actividad con mucha tensión, mucho desgaste para todos los involucrados". "La situación ya es en extremo delicada”, define.
“El desfasaje es tan grande, que un alquiler en curso paga un cuarto o un tercio de lo que pagaría por esa misma propiedad en un contrato nuevo”, sostiene Libera. En síntesis, “si a eso le sumamos las expectativas devaluatorias, ningún propietario quiere firmar por miedo a quedarse corto”.
Con todo ese escenario como telón de fondo, Libera pide aclarar que "la situacion de escasez fue creciendo en 2023 a medida que inflacion crecía , y se profundizó a partir de la sancion de la ley 27.737". "Estaba la expectativa de acortar el plazo y cambiar la forma de ajuste , con algo mas parecido a la realidad , pero lo que salió del Congreso no fue eso y a partir de ahi se agudizó la escasez" dice y agrega que con las declaraciones de Milei por la derogacion, la expectativa es buena "Sabemos que la ley actual no ha dado resultados, pero claramente otra vez estamos ante una situacion incierta , y hasta que no haya certezas dudo que se mejore la oferta", anticipa poniendo el ojo en el futuro inmediato.
También el titular del Colegio de Martilleros de la provincia, José María Sacco, sostuvo que “hace falta alguna regulación del mercado de alquileres”. Inmobiliarios y martilleros suelen oponerse a la ley vigente, pero empieza a aparecer un consenso respecto a la necesidad de algún tipo de regulación, ya que ambos se ven expulsados del negocio por el crecimiento del alquiler temporario, entre otros factores. Los inquilinos, por su parte, siempre sostuvieron que se trata de una relación desigual, jerárquica, y por eso requiere algún tipo de intervención pública.
Lo paradójico es que están posiciones se dan a conocer públicamente justo cuando la sociedad acaba de elegir a Javier Milei, un Presidente liberal libertario, o anarco capitalista, ideológicamente contrario a todo tipo de intervención estatal en el funcionamiento de los mercados. Mirando la historia es poco habitual que representantes de cámaras o colegios profesionales contradigan a un mandatario nacional que ni siquiera asumió en el cargo.
Las voces de los inquilinos
Desde la otra punta de la cadena, Gervasio Muñoz, presidente de la Federación Nacional de Inquilinos, confirma a Buenos Aires/12, en buena medida, los dichos de Libera: “El alquiler temporario en dólares se va extendiendo hacia zonas periféricas y trastoca todo el mercado. Esto perjudica a los inquilinos, pero también a las inmobiliarias de barrio”.
Brenda Cepeda integra la Agrupación de Inquilinos de Bahía Blanca y narra la experiencia de en su ciudad: “Desde la semana pasada recibimos mensajes y quejas de gente que estaba por firmar contratos y les cambian las condiciones a último momento, porque esperan la derogación de la ley. Ahora les ofrecen cosas ridículas: contratos por un año, aumentos bimestrales o atados al dólar blue, y es eso o nada”, explica a este medio.
“En esta ciudad se construyó muchísimo, pero esas propiedades no se vuelcan al mercado de vivienda sino al de alquiler temporal, aunque no seamos una ciudad turística, por la gente que viene a atenderse en los hospitales, o al nicho de los estudiantes, con contratos de diez u once meses. Nosotros tenemos, aprobada por ordenanza municipal, la Oficina Municipal de Atención al Inquilino (OMAI), pero el intendente saliente, Héctor Gay, nunca demostró el menor interés en activarla. Ahora, con Susbielles, esperamos que se ponga en marcha”, sostiene Cepeda.
“Cómo acá no había a quién recurrir, los inquilinos iban a buscar asesoramiento a las oficinas de atención al consumidor de los pueblos vecinos, ahí les tomaban los datos como denunciantes y después se los pasaban a las inmobiliarias: un comportamiento mafioso”, concluye.
Cambios en el negocio
Muñoz agrega que “en los últimos años, el negocio se fue integrando y concentrando". "Las constructoras, además de construir, ofrecen financiación y también comercializan, se van quedando con los otros eslabones de la cadena de valor", describe y advierte que "parte del problema es que esas inmobiliarias chiquitas tienen la misma visión de las grandes". "Es lo mismo que ocurre entre el almacén de barrio y Carrefour, sólo que acá las inmobiliarias perjudicadas se sienten Carrefour”, ejemplifica.
Consultado por el combo que anuncia Milei, compuesto por desregulación del mercado de alquileres y un escenario macroeconómico de estanflación prolongada, y sus consecuencias, Muñoz afirma que “es difícil saber qué dimensión va a tener, pero está claro que, si no hay marco regulatorio, los que peor la vamos a pasar somos los que no tenemos casa y tenemos que pagar alquiler, porque va a haber muchos desalojos, pero también gente que se quede en las propiedades sin pagar".
"Va a ser un caos para todos, si llegamos hasta acá también es, en buena medida, por la especulación desenfrenada del mercado inmobiliario, sin embargo, va a ser aún peor”, asegura.