“Están poniendo por delante de las necesidades de los bonaerenses sus problemas internos.” El mensaje proviene de las entrañas de la Gobernación tras el malestar que generó la caída de la sesión en la Cámara de Senadores provincial para tratar la solicitud de endeudamiento pedida por Axel Kicillof.
Según pudo averiguar este medio, la crisis de liderazgo dentro de Juntos por el Cambio pero, particularmente, en el corazón del PRO, truncó toda posibilidad de acuerdo con la Provincia.
Esta lectura no es patrimonio del oficialismo que, tal como informó este medio, tenía una perspectiva positiva sobre el resultado de la sesión de este miércoles al igual que parte de la oposición. Pero primaron las diferencias dentro de la coalición opositora y la sesión se cayó.
Un legislador radical le confirmó a Buenos Aires/12 que las diferencias dentro del partido amarillo atentaron contra un posible acuerdo que sí tenía la conformidad de los intendentes boinablancas. “Es un problema exclusivamente del PRO”, señala.
Otro legislador que integra el partido centenario manifestó que “no tiene claro” el posible ruido que hay dentro del PRO, pero sí dejó un mensaje certero: “El PRO levantó la negociación”.
Además, legisladores que integran lo que aún es JxC pero que no comulgan con ninguno de los partidos mayoritarios de manera plena, también revalidaron la postura del kicillofismo. “Como los intendentes del PRO no acordaron entre sí y los radicales sí, la soledad de los intendentes radicales hizo que se decidiera en conjunto estar en desacuerdo”, remarca un senador conocedor de las trastiendas de la Cámara. De todas maneras, asegura que “no sabe” por qué no acordaron los jefes comunales amarillos.
Desde el partido que, por el momento, mantiene una referencia en el ex presidente Mauricio Macri, primó el hermetismo ante la consulta de este diario.
La negociación
Por el radicalismo, a la cabeza de las negociaciones estuvo Maximiliano Suescún, el intendente de Rauch que supo reemplazar en funciones a Miguel Fernández, intendente de Trenque Lauquen, al frente del Foro de Intendentes Radicales bonaerenses. Desde el PRO, el rol estuvo a cargo de Diego Valenzuela de Tres de Febrero.
Ambos mantuvieron una reunión con el ministro de Hacienda y Finanzas, Pablo López, el pasado martes y le entregaron la situación pormenorizada de las deudas que, según sus registros, la provincia mantiene con los municipios.
El monto equivale, aproximadamente, a 7 mil millones de pesos entre certificados de obra atrasados, giros de IOMA y del Instituto de Previsión Social (IPS).
Lo que, a pesar de esta situación, sigue vigente en la mesa de negociaciones de JxC es que la Provincia no realizó una "propuesta convincente" para todas las partes. Con este escenario, y sabiendo que son necesarias 48 horas de anticipación para convocar a una nueva sesión, hasta la semana que viene no habría labor en el recinto para dar conformidad al pedido de Kicillof para contar con 53 mil millones de pesos.
¿Qué pasa en el PRO?
Lo que quedó en claro es que el PRO en la provincia carece de una conducción unificada. Gran parte de esta situación se debe a la distorsión que generó el acuerdo entre Macri y Javier Milei que, entre otras cuestiones, posibilitó que Luis “Toto” Caputo vuelva a ser ministro de Economía de la Nación.
El famoso “poroteo”, como se conoce la distribución de cargos en la política, hoy continúa en plan ejecución en el armado nacional en el que conviven macristas y libertarios. Uno de los lugares codiciados por el PRO es la presidencia de la Cámara de Diputados de la Nación. El dirigente que parecía tener todos los números para hacerse de esa preciada banca era el ex ministro de Seguridad durante la gestión de María Eugenia Vidal, Cristian Ritondo.
La definición de esa batalla parecía quedar concentrada en un mano a mano con otro bonaerense, el ex candidato a vicepresidente de Juan Schiaretti, Florencio Randazzo. Pero, teniendo en cuenta las últimas publicaciones en las que Cristina Kirchner afirma que tanto la presidencia de la Cámara Baja como la presidencia provisional del Senado de la Nación debe ser ocupado por un representante de La Libertad Avanza por ser el partido que accedió a la presidencia de la Nación, las posibilidades de que las bancas del peronismo apoyen a alguno de los dos referentes se empiezan a desvancer y las ilusiones de Ritondo a diluirse.
Además, Ritondo intentó ser candidato a gobernador de la provincia. Varios diputados y senadores responden a su figura y, a su vez, trabaja en tándem con quien sí fue elegido para competir contra Kicillof desde JxC, Néstor Grindetti.
Días atrás, ambos dirigentes mantuvieron un encuentro con legisladores que tienen su referencia en algunos de ellos. Estuvieron el vicepresidente de la Cámara de Diputados bonaerense, el lanusense Adrian Urreli y los legisladores electos y con mandato vigente, Matias Rancini, Rita Salaverry, Sofia Pomponio, Florencia Retamoso, Jorge Schiavone y Alex Campbell.
Quien también está trabajando para tener una representatividad propia y dio muestras de mayor sintonía con el mileísmo, es el ex precandidato a gobernador, Diego Santilli. A diferencia de su promotor en la provincia, Horacio Rodríguez Larreta, quien fue agredido reiteradas veces por el propio Milei, el “Colo” mostró mayor empatía con “apoyar” al líder de La Libertad Avanza, tal como lo hizo público en declaraciones a medios radiales.
Así las cosas, el proyecto mediante el cual el gobernador Kicillof quería obtener la autorización para endeudarse por más de 50 mil millones de pesos queda en stand by. La intención de la provincia, tal como explicó este medio, era la de alcanzar el mismo porcentaje de deuda sobre el presupuesto acordado en el Presupuesto 2023.
El monto original ascendía a casi 170 mil millones de pesos y representaba el 2,5 por ciento del presupuesto proyectado para este año. Con el devenir de la inflación y la modificación de las variables macroeconómicas, sumado a la merma en la asignación de recursos coparticipables, los 170 mil millones pasaron a representar el 1,9 por ciento. Por ende, la solicitud es por el 0,6 por ciento restante y así respetar lo inicialmente votado por todas las fuerzas.