"Queda proclamado presidente de la República Argentina por el período 10 diciembre de 2023 al 10 diciembre de 2027 el ciudadano Javier Gerardo Milei". Las palabras de Cristina Fernández de Kirchner retumbaron en el recinto de la Cámara de Diputados antes del aplauso final: era oficial, la Asamblea Legislativa acaba de pronunciar al economista mediático de ultraderecha - que hasta hace dos años no estaba en política - como el próximo presidente de la Nación. Más de un diputado miraba atónito la escena, que no era más que un trámite formal que funcionaba como anticipo del traspaso de mando del 10 de diciembre (que también se llevará a cabo en el Congreso). Para muchos, sin embargo, era el disparo de largada de una nueva época. Y mientras Milei y Victoria Villarruel sonreían y se sacaban fotos, la nueva oposición observaba, rumiaba e imaginaba - no sin dificultad - cómo sería ese futuro.
Javier Milei fue uno de los primero en ingresar al recinto pasadas las 15. Venía de encabezar una cumbre en el Hotel Libertador con les diputades electos de La Libertad Avanza con el objetivo de empezar a plasmar su estrategia parlamentaria para las sesiones extraordinarias y, fundamentalmente, ordenar a la tropa en medio de la puja con el PRO por la presidencia de la Cámara de Diputados. Esa tarde en el Congreso, sin embargo, el presidente electo sonreía como nunca antes se lo había visto. Apenas llegó su vice, Victoria Villarruel, escenificaron un abrazo profundo. Como si la pelea de los últimos días, y el apartamiento de Villarruel en la designación de los casilleros de Seguridad y Defensa, no hubieran ocurrido.
Milei - que en dos años como diputado se había ausentado en la mitad de las votaciones - estaba de fiesta. Los diputados del PRO se agolpaban para sacarse una foto con él, algunos radicales lo saludaban y se paraban a charlar unos minutos. Hasta un par de dirigentes del Frente de Todos se acercaron para darle la mano. El entrerriano Marcelo Casaretto le deseó suerte y Milei le agradeció, magnánimo: "Somos adversarios, no enemigos". El hombre que hace unos meses revoleaba una motosierra desde el techo de un camión se esforzaba, ahora, en mostrarse presidencial. Ya la noche anterior había enviado un mensaje al grupo de Whatsapp que compartía con todos los jefes de bloque de la Cámara: "Paso a saludarlos en mis últimas horas como diputado. Más allá de las diferencias fue un placer compartir este tiempo con ustedes". Horas después, presentaría la renuncia a la Cámara de Diputados, al igual que Villarruel.
Sandra Cartasso
La Asamblea Legislativa fue más bien un trámite formal para proclamar a Milei como el ganador del balotaje, y no se extendió durante más de media hora. Pero sirvió también como una última instancia para despedirse de les diputades y senadores que no renovaban sus bancas. En el tercer piso del Palacio, por ejemplo, la bancada frentetodista que lidera Germán Martínez se había reunido al mediodía para decirse unas últimas palabras. Hubo llantos, reflexiones sobre la derrota e intentos de arengas (aunque no muy entusiastas). "Vamos volver en cuatro años", aseguró José Luis Gioja, quien abandona la cámara luego de ocho años.
Una escena similar había sucedido, la noche anterior, en el Museo Evita con la bancada oficialista del Senado. Había sido una cena de despedida a Cristina Fernández de Kirchner, quien finalizaba su etapa como presidenta del Senado, y también una oportunidad para que les senadores electos pudieran familiarizarse con sus compañeros de bloque. "Tenemos que reinterpretar lo que la sociedad quiere", les dijo CFK en el encuentro, en donde les advirtió lo que, horas después, publicaría en sus redes sociales: que tanto la presidencia provisional del Senado, como la de Diputados, le correspondía a La Libertad Avanza.
La proclamación, el traspaso y la conducción
"¡Vaaamos Cristina!". El grito del diputado Pablo Carro fue más efectivo que la campana que daba inicio a la sesión. Y es que, minutos después de que hubieran ingresado Cristina Fernández de Kirchner (presidenta del Senado), Cecilia Moreau (presidenta de Diputados) y Claudia Ledesma Abdala (presidenta provisional del Senado), todas vestidas con el mismo tono de rosas y beige, les legisladores no guardaban silencio. Milei todavía seguía repartiendo abrazos y fotos - como con Gerardo Milman y Hernán Lombardi -, aunque CFK ya hubiera tomado la palabra: toda una señal de los nuevos tiempos que corren. A la vicepresidenta le tocaba la tarea de proclamar la fórmula ganadora, luego de que una comisión escrutadora ratificara los resultados definitivos de ballotage: 14.554.560 votos para la fórmula Milei-Villarruel, 11.598.720 votos para la fórmula Massa-Rossi.
Antes de hacer el anuncio, sin embargo, hubo un breve cuarto intermedio durante el cual se terminó produciendo una suerte de procesión de legisladores hacia el estrado de la presidencia. Leonardo Grosso, Blanca Osuna, Silvina García Larraburu, Florencia Lampreabe: nadie quería irse sin saludar a CFK por última vez. "Muchas gracias", le repetía María Rosa Martínez, agarrándole la mano. "Seguiremos trabajando desde nuestras casas", ironizó Casaretto, quien también vencía su mandato.
Después de 10 minutos, fue el turno de que Carolina Píparo, en tanto miembro informante de la comisión escrutadora, anunciara el resultado oficial de la elección. Píparo, que venía de tener un encontronazo con Milei luego de la desplazaran de la Anses y que, incluso, no había participado más temprano de la reunión en el Hotel Libertador. Hubo rumores de que su nombre circulaba para ocupar la presidencia de la Cámara de Diputados, pero muchos de sus compañeros de bloque los desmintieron tajantemente. Hoy, son cuatro las personas que suenan para ocupar este lugar: Oscar Zago - que sería el presidente del bloque libertario -, Miguel Ángel Pichetto, Florencio Randazzo y Cristian Ritondo. Randazzo, sin embargo, no estaba presente en el recinto, mientras que Ritondo sí. El diputado del PRO, incluso, no perdió oportunidad de mostrarse dándole un gran abrazo y riéndose con el presidente electo.
Un escenario similar volverá a verse el domingo 10 de diciembre, cuando Milei jure como presidente y, luego, reciba los atributos presidenciales - es decir, la banda y el bastón - en el mismo Congreso. Los preparativos ya están en marcha: faltan solo 10 días.