Las pequeñas y medianas empresas, lejos del fanatismo con el Gobierno expresado por los grandes empresarios en el coloquio de IDEA, aseguraron ayer que su situación es delicada y la economía no ofrece señales de beneficio en el mediano plazo. Desde la Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios (Apyme) manifestaron “la disidencia con el clima de euforia del gran empresariado en Mar del Plata”. Plantearon que lejos de una recuperación genuina, las variables muestran sólo un fenómeno de rebote respecto de las fuertes caídas del 2016. Detallaron que la desocupación comenzó a ser un problema para el mercado interno, al tiempo que se incrementó la precariedad en las condiciones laborales de parte importante de los asalariados. Pidieron un giro del modelo económico en el que se contemple los intereses de todos los sectores.
“La tasa de desempleo llega a los dos dígitos, aumentó el trabajo precario bajo la máscara del emprendedurismo, disminuyó la capacidad adquisitiva del salario y los sectores dependientes del mercado interno están en jaque por las importaciones indiscriminadas, que se traducen en un persistente déficit de la balanza comercial”, dijo Apyme en un documento que detalla la situación del sector. Agregó que “el resultado de las políticas de los últimos 20 meses fueron decenas de miles de Pymes que se encuentran atenazadas por el aumento de los costos, con niveles tarifarios imposibles de afrontar, y constantes caídas en las ventas por el achicamiento de la demanda”.
Las advertencias de la pequeña y mediana empresa van a contramano de lo que solicitaron grandes empresarios, como Marcos Galperín de MercadoLibre y Paolo Rocca de Techint (ver página 5). Aseguraron que el país requiere una mejora de la competitividad pero no debe estar vinculada con una reforma laboral en contra de los trabajadores. “Debe pasar por una clara segmentación de políticas en un marco de emergencia sectorial, la protección de la industria y el fomento del mercado interno”, marcaron. Agregaron que “las reformas que impliquen flexibilización y precarización laboral auguran inevitablemente una mayor caída de ingresos para la población, y por lo tanto un mayor deterioro de las ventas en el mercado local, principal fuente de ingresos y rentabilidad para las pequeñas y medianas empresas”.
Apyme, entidad encabezada por el empresario cordobés Eduardo Fernández, se mostró muy crítico con las perspectivas del país en los próximos años si se continúa por este sendero de medidas. “De consolidarse el actual modelo, se ratificará un horizonte de altas tasas, bajas inversiones productivas, especulación financiera, salida de divisas, déficit de la balanza comercial, crecimiento exponencial de deuda en dólares y nuevos ciclos de ajuste, como refleja en el Presupuesto 2018”, marcaron. Apuntaron que “estas políticas han sido ineficaces para cumplir el objetivo declarado de bajar la inflación, pero fueron útiles para generar una gigantesca transferencia de ingresos desde Pymes y trabajadores hacia los sectores concentrados”. Entre los grandes ganadores del modelo mencionaron a inversores dedicados a la especulación financiera y a multinacionales que realizan negocios con la exportación. “No casualmente son los que conforman el foro de IDEA”, apuntaron.
Las pequeñas y medianas empresas aseguraron que estas políticas tienen antecedentes en el país y que terminaron en el estallido de crisis. “Similares situaciones ya se han vivido en los años 90, con las consecuencias por todos conocidas”, precisaron. Explicaron que “no se trata de mirar hacia el pasado, sino de no dejarse engañar por la implementación de viejas políticas con nuevos ropajes discursivos, que inevitablemente llevarán a la caída de miles de pymes, la descomposición del entramado productivo nacional y a un mayor deterioro social”.
El documento de Apyme no fue sólo en tono de análisis sino que busca impulsar nuevas propuestas para rescatar al sector. “Llamamos a reclamar la emergencia sectorial Mipyme y debatir los lineamientos de un proyecto orientado hacia el mercado interno, la producción nacional y la equidad distributiva, objetivos que apuntan a un futuro mejor para todos los argentinos”, concluyeron.