La definición pertenece nada menos que a Miguel Fernández, el caudillo de los intendentes radicales de la Provincia: “El escenario que se viene es totalmente desconocido para la mayoría”. Lo dijo casi con resignación, después de la cumbre del radicalismo bonaerense celebrada en La Plata. Y por primera vez no se trata solo de internas que dificultan acuerdos: además de las internas, la cantidad de variables desconocidas sobre lo que sucederá desde el 10 de diciembre es tan vasta que desconcierta también a políticos experimentados. Aunque parece que hubiese pasado un siglo, Fernández fue el candidato a vicegobernador de Néstor Grindetti.

“Es un momento para hablar poco, escuchar mucho, estar atentos y tener cintura”, agregó Fernández, intendente de Trenque Lauquen hasta el 10 de diciembre. Junto al senador oriundo de Chacabuco Agustín Máspoli, dieron una conferencia de prensa a la salida del encuentro entre intendentes vigentes y electos, así como de legisladores en las mismas condiciones. Alrededor de 50 dirigentes del radicalismo se dieron cita en el Comité Provincia con el fin de “conocerse” y organizar una mesa de trabajo con un diálogo más fluido entre jefes comunales, senadores, y diputados de la UCR.

Luego de que se cayera la sesión en la Cámara de Senadores sobre toma de deuda por la crisis dentro del PRO, los intendentes y legisladores radicales decidieron encontrarse para trazar una hoja de ruta de cara al inicio del gobierno de Milei. Desde la Gobernación explicaron que la fractura del partido amarillo imposibilitó que hubiera un acuerdo con Axel Kicillof que destrabe las deudas que la provincia tiene con los municipios de JxC y así conseguir la cantidad de bancas suficientes para hacerse de los 53 mil millones de pesos necesarios para tener un cierre de año más confortable.

Maximiliano Suescún, intendente de Rauch y reemplazante provisorio de Fernández al frente del Foro de Intendentes Radicales, habló con Buenos Aires/12 sobre el encuentro y avaló la postura de su correligionario respecto a la incertidumbre del futuro cercano. “El nuevo Gobierno Nacional es un proyecto votado por la mayoría", dijo. "Ahora, si la gente está dispuesta a soportar los efectos de las medidas que se vienen diciendo como una devaluación o una fuerte alza de precios, ya lo veremos”, conjeturó. 

“Nadie puede decir que Milei no advirtió lo que iba a hacer”, remarcó Suescún. Más allá de esta lectura, consideró que Milei fue electo en un proceso democrático y “habrá que aprender a respetar lo que se eligió”. Si tiene clara la situación que le puede tocar afrontar como intendente en materia de reclamos: “Como cara visible del Estado, nos preocupa”.

De todas maneras, no se corrió de la línea de análisis que expuso Fernández. Ante varias consultas sobre los efectos de las políticas que pueda aplicar La Libertad Avanza respondió con una sola palabra: “Veremos”.

“Nosotros, desde el punto de vista de la responsabilidad institucional que nos compete, vamos a explorar en la Nación y la Provincia el acceso a fondos para responder a nuestro rol”, explica Suescún. No cerró las puertas a las conversaciones para obtener recursos, porque opinó que “sin el financiamiento de la Nación o la Provincia los municipios la tienen muy difícil”.

Acerca de la postura de Milei de ponerle un freno a la obra pública o bien asignársela al sector privado, Suescún advirtió que “las obras que el municipio hace no son obras que tengan un atractivo económico para el mercado”. Y agregó: “Nosotros hacemos cloacas donde la gente no tiene poder adquisitivo, o llevamos el agua a personas que no pueden pagar una obra". 

La reunión post desplante del PRO

A la salida de la reunión, el senador Máspoli afirmó que de parte de los legisladores y JxC se presentó “toda la documentación y la papelería, pero también lo hizo el Ministerio de Hacienda, cosa que debo destacar porque ha trabajado muchísimo y contrarreloj, pero no se pudo lograr el acuerdo por diferentes motivos y había muy poco tiempo”.

El reclamo de la oposición asciende a, aproximadamente, 7 mil millones entre certificados de obra atrasados, jubilaciones del Instituto de Previsión Social (IPS) que ocasionan un gasto extra para los municipios, y los reintegros del IOMA.

Tal como contó este medio, las negociaciones no llegaron a buen puerto, según la explicación oficial, por la multiplicidad de jefaturas dentro del PRO. Las discrepancias entre quienes querían arribar a un entendimiento y los que preferían otra modalidad de acuerdo se llevó puesta la mesa de negociaciones que, a priori, había logrado el aval del radicalismo.

El propio Fernández volvió a ser nítido en cuanto al escenario que se avecina: “Esto es casi como un precalentamiento para los próximos cuatro años de negociaciones que se darán sistemáticamente una atrás de la otra, y ya habrá nuevas oportunidades en el corto plazo con presupuesto, o la ley fiscal impositiva”.

El intendente de Trenque Lauquen hizo hincapié en que la reunión sirvió para organizar una mesa de “casi sesión permanente” dentro del radicalismo para mantener un ida y vuelta entre la Legislatura y el territorio, “porque se viene un escenario con un diseño distinto”.

Así las cosas, el radicalismo repite cada vez que puede que será oposición, tanto a nivel nacional como provincial. Lo volvieron a decir Máspoli y Suescún, y entienden que habrá diálogo con LLA como “oposición responsable”, pero hay una distancia que domina la relación.

A la diferencia resolutiva que se vivió el miércoles en La Plata entre la UCR y el PRO respecto a la posibilidad de acordar con la Provincia, se le agrega que Diego Valenzuela, intendente PRO de Tres de Febrero y ladero de Suescún en las negociaciones con el ministro de Hacienda y Finanzas, Pablo López, durante las últimas jornadas, mantuvo una reunión con Milei. "Valenzuela y Milei son amigos", explicó Suescún.

El PRO hoy atraviesa una discusión interna diferente al radicalismo, donde una parte mantiene una postura más acuerdista con Milei y otros construyen mayor distancia. Pero, como se suele decir en política, el “poroteo” hablará por sí solo y la conformación del Gabinete Nacional y las autoridades de las Cámara de Diputados quizás sirvan para dar el puntapié para el ordenamiento de la oposición en la Provincia.