La inflación en la semana posterior al balotaje presidencial fue del 3,1 por ciento, lo cual indica que la suba de precios en el mes volverá a llegar a los dos dígitos y podría superar la más alta en lo que va de 2023. La cifra, además, es la prueba del festival de remarcaciones que desataron varias empresas tras el triunfo de Javier Milei y el impacto inmediato que esto tiene en el deterioro del salario.
El dato fue suministrado por la Secretaría de Política Económica, en su modalidad de informar sobre la evolución de los precios minoristas durante la gestión de Sergio Massa.
Las subas más fuertes se registraron en los rubros de alimentación: carnes (3,4 por ciento), productos de almacén y bebidas (4,8) y frutas (11,6), entre algunos. En cambio, los que subieron por debajo del promedio fueron indumentaria (0,9 por ciento) y los rubros regulados (1,7).
“Fuerte suba de precios en la primera semana tras las elecciones presidenciales: 3,1%”, destacó en las redes sociales el titular de esa área, Gabriel Rubinstein.
El informe demuestra que el comportamiento de los precios “ha sido hacia el alza” y que hasta los últimos días de noviembre pasado la suba mensual parcial fue del 10,8 por ciento. Este número ubica a ese mes entre los más afectados por los aumentos, tras la significativa baja del mes anterior.
En octubre, la inflación había sido del 8,3 por ciento, luego de dos meses (agosto y septiembre) de golpes de mercado que hicieron que la inflación promediara el 12,5, la más alta del año.
Precios liberados libertarios
El incremento de los precios de noviembre son también una muestra de la falla en la contención de precios que generó el triunfo de La Libertad Avanza (LLA), con su mentado fin del intervencionismo del Estado en la economía.
Tal como lo informó Página/12 en los últimos días, las primeras en transgredir los acuerdos de precios y las políticas de control desplegadas por la gestión de Sergio Massa fueron las empresas alimenticias, que entregaron a los proveedores de supermercados listas de precios con subas de no menos del 50 por ciento.
Algunas llegaron a subir sus productos en un 100 por ciento y no fueron pocas las que anticiparon que no entregarían mercadería si no se les convalidaban las subas sugeridas.
Fargo y Bimbo, por ejemplo, advirtieron que no se sentarán a negociar precios con funcionarios del gobierno saliente.
El panorama tampoco es muy alentador para los consumidores porque, según hizo trascender el presidente electo Javier Milei, durante su gestión llegará el fin de los Precios Cuidados y tampoco habrá una Secretaría de Comercio que se siente a negociar con las empresas.
Tras el triunfo del neoliberal negacionista, las empresas de artículos de limpieza como Clorox aumentaron más del 60 por ciento los precios de sus productos. Unilever, una de las más grandes del rubro, decretó aumentos del 40 por ciento.
En tanto, la empresa láctea Mastellone hizo subir sus derivados un 50 por ciento. Arcor hizo lo mismo pero en un 35 y Coca Cola envió listas con subas también de hasta el 35 por ciento.