Bilbao oscureció como amaneció. Bajo lluvia, con más presencia policial de lo habitual y en medio de una huelga contra la feminización y precarización en el sector de los cuidados. El último acto de este jueves de protestas históricas a cargo del feminismo vasco ha sido una nueva manifestación en nombre de las que no vinieron, porque si hoy venían mañana podían quedarse, sencillamente, sin trabajo.
Las luces de una furgoneta de la Ertzaintza se mezclaban pasadas las seis de la tarde, que ya era noche, con la iluminación navideña que decora el arbolado de la Gran Vía. "Menos luces, más cuidadoras", corearon las manifestantes.
A diferencia de lo ocurrido por la mañana, los agentes han optado prácticamente durante todo el trayecto por no bajar de sus vehículos. Además de la furgoneta y la patrulla que encabezaban la manifestación, había al menos otros tres coches de Antidisturbios fuera de la Delegación de Gobierno, en la céntrica Plaza Moyua.
La huelga feminista tenía un objetivo claro: denunciar la privatización y precariedad que rodea el mundo de los cuidados
La huelga feminista tenía un objetivo claro: denunciar la privatización y precariedad que rodea el mundo de los cuidados, una especie de tierra sin ley en las que muchas mujeres trabajan como internas siete días a la semana, 24 horas, sin derechos ni contratos. Una buena parte de ellas son migrantes que trabajan para familias adineradas.
"No estamos todas, faltan las internas", volvió a escucharse a la tarde-noche por la Gran Vía. "La Ley de Extranjería es una porquería" o "también es violencia la precariedad" fueron otros de los lemas presentes.
Las reivindicaciones de esta histórica huelga feminista apuntaban también hacia la realidad que atraviesa el sector de cuidados en el ámbito público. "¿Sabías que más de 1.300 personas han fallecido en listas de espera de dependencia en lo que va de año? ¿Sabías que de 370 residencias para mayores solo 93 son públicas? ¿Sabías que una trabajadora tiene 12 minutos para asear, vestir y peinar a una persona?", interrogaba y al mismo tiempo denunciaba una pancarta colocada al paso de la manifestación.
La jornada de huelga ha concluido en Bilbao en las escalinatas del Ayuntamiento, donde reinaba una idea: esto no terminará aquí. "Ahora estamos dispuestas a exigir responsabilidades y respuestas", habían afirmado nada más empezar la movilización de la tarde.
Pañuelos y paraguas
"Lo que hemos hecho ha sido histórico", han afirmado desde el atril, sobre el que las organizadoras habían colocado un pañuelo palestino. Hubo también entre las manifestantes otro pañuelo, el naranja, que buscaba simbolizar el apoyo a esta movilización.
"Exigimos un sistema digno ahora, un sistema que garantice la salud, la educación y el cuidado"
Durante el discurso final, las representantes del movimiento feminista instaron a trabajar a favor de un sistema público y comunitario de cuidados. "Los servicios que ofrece el sistema público son escasos. Los cuidados han quedado en manos de la iniciativa privada", denunciaron.
"Exigimos un sistema digno ahora, un sistema que garantice la salud, la educación y el cuidado", dijeron poco después entre aplausos y paraguas. "El día de hoy es un hito, pero no es el final", dijo desde el escenario una voz emocionada al final del discurso. La huelga feminista llegaba así a su final. Las reivindicaciones, avisaron sus protagonistas, seguirán ahora con más fuerza que ayer.