El nuevo disco de Ernesto Jodos construye, en su piano, un mundo de conversaciones íntimas. Como suele suceder, los diálogos varían, se extienden según el caso, y guardan la promesa inherente de continuarlos. Bien podría ser una definición del jazz. Durmientes (BlueArt Records) delinea un lugar propio, el de la relación del músico con el piano; y escucharlo es también bucear en las voces y los sonidos que habitan en cada quién y de maneras particulares. Grabado en el Centro Cultural Borges de Buenos Aires, el músico suma un tercer trabajo de solo piano al sendero abierto por Solo (2004) y Actividades constructivas (2014), y lo presenta hoy, en el doble horario de las 21 y 22.30, en Paraphernalia (Rioja 1070).

“Tocar piano solo me encuentra tocando música que me gusta, sin considerar cómo funcionaría en un grupo o con determinada formación; por eso mismo, me es más natural tocar música que no es solo mía sino de otros. A veces es tan simple como eso. Lo que llamo música que me gusta se refiere a cosas que realmente son parte de mí, como la música de Ornette Coleman, de quien hay un tema (“Round trip”); indirectamente la música de Alice Coltrane, a través de un tema de Charlie Haden (“For Turiya”); Monk y Bud Powell (el medley entre “Monk´s mood/Off Minor”, de Thelonious Monk, y “I´ll keep loving you/Oblivion”, de Powell); y cómo eso se relaciona con temas que son de mi autoría”, explica Ernesto Jodos a Rosario/12.

“Es verdad que también significa perderse en un mundo de influencias y de disfrute, de estar en contacto con esas músicas distintas, del piano. A veces de manera más consciente y muchas más de maneras no tan conscientes, tratando de que todas esas influencias o este tipo de cosas terminen apareciendo en una música que tenga una coherencia. Pero creo que la coherencia, a fin de cuentas, la da la misma persona que está tocando, cuando no está tratando de tocar a la manera de tal o cual sino, si querés, como puede (risas)”, continúa.

-Es humilde de tu parte decir “como puede”.

-No es humilde, me río porque la frase es muy gandiniana. Tocás como te sale. A mí me tomó mucho tiempo poder decir “bueno, yo toco como me sale”. Estos músicos todo el tiempo están dando vueltas en mi imaginario. En el caso de la mayoría, cuya música toqué en el disco, no los conocí y no los vi tocar en vivo, así que todo es parte de mi imaginación también, ¿no? Es muy distinto el caso del tema de Enrique Norris, “Gotas arrítmicas”, amigo mío, con quien toqué y a quien conocí desde hace 30 años.

-¿La organización del disco la fuiste encontrando o ya sabías cómo sería?

-Ezequiel Grimson me llamó para hacer un concierto de piano solo en el Centro Cultural Borges, también para poner en funcionamiento un piano nuevo. Tocar un concierto solo piano no me genera gran conmoción, toco el piano todos los días así que ir a tocar un poquito solo es algo natural, digamos, pero luego se me ocurrió llamar a alguien que grabara para poder tener un disco. Ahí empecé a pensar el repertorio, a buscar los conductores y la variedad, porque la experiencia de escuchar un disco es bastante distinta a la de escuchar algo en vivo. Pensé en qué temas me gustaban y cuáles no había tocado nunca, como “For Turiya”, y qué temas míos me gustaría tocar solo, que no hubiera tocado o grabado antes. Se me ocurrió hacer lo de Monk y Powell, teniendo en cuenta la relación que tenían ellos y lo importante que son para esta música. Busqué algún tipo de curva, que no es la misma que la del disco, donde el orden está cambiado y la secuencia no es la del concierto, porque me parecía que en el disco funcionaba mejor así.

-Me detengo en la foto de tapa (de Pichi de Benedictis), allí hay una idea, la del viaje, que se relaciona con los durmientes y el concepto musical del disco.

-Está el movimiento, ¿no? Es parte de la clave, y el tren agrega un toque romántico. La música funciona en el tiempo, igual que un viaje, así que las analogías entre la música, los viajes y el movimiento, las podemos hacer porque son reales. Al ver las fotos de De Benedictis, debía ser también una que funcionara por el tamaño, no solo para el CD sino para internet, donde se reduce y aparece más pequeña. A nivel más personal, esta imagen también me gustó porque se relaciona con mis viajes constantes entre Rosario y Buenos Aires.

-Viajes en el tiempo, si se quiere, que permiten actualizar y traer al presente a los músicos queridos.

-Son parte mía, y traerlos es invitarlos a cenar (risas), para poder hablar con esa gente con la cual no tuve la oportunidad, pero también volver a hacerlo con quien pude en su momento.