Deportivo Riestra, acaso el equipo más polémico del Ascenso desde hace años, jugará por primera vez en la máxima categoría del fútbol argentino. Se lo debe al exRiver Gustavo "Tortuga" Fernández, quien marcó el gol del 1-0 sobre Deportivo Maipú ayer en la final del Reducido jugada en cancha de Instituto de Córdoba.

El héroe de la jornada hizo honor a su apodo a los 61 minutos, cuando cabeceó sin siquiera saltar, con los dos pies clavados en el pasto, ante una muy mala defensa mendocina.

El partido fue muy físico, por no decir que se mataron a patadas, manotazos y codazos. Sobre todo por parte de los muchachos de camiseta negra, quienes jugaron acorde a su fama de "chicos malos" ante un rival que se perdió en las protestas.

El prontuario de Riestra en cuanto a polémicas arbitrales hace imposible que un partido suyo transcurra de manera normal. El club presidido -manera elegante de obviar la palabra "gerenciado"- por el abogado Víctor Stinfale hace una década estaba en la D, y sus ascensos de categoría le hicieron la fama. Entonces, el foco sobre la terna arbitral está siempre puesto desde el inicio, con lo que sus rivales ya entran un tanto condicionados, sea para protestar o para simular infracciones.

Lo cierto es que aunque hubo fallos discutibles, no incidieron directamente en el resultado. Lo más destacado -para mal- por parte de la terna conducida por Darío Herrera fueron un par de laterales mal cobrados a favor de Riestra, y la no expulsión de Rubens Sambueza, de Maipú.

Donde sí erró feo el árbitro fue en el tiempo de descuento: apenas seis minutos cuando hubo un sinfín de cambios, supuestas lesiones y hasta una demora por hinchas trepados al alambrado. Como si fuera poco, lo terminó diez segundos antes.

Si en estas líneas se habla mucho de patadas y discusiones es porque de fútbol hubo poquito y nada. Como para tomar dimensión, el más peligroso de Riestra fue Ignacio Arce... ¡Su arquero! Es que sus saques largos, muy precisos y con los rivales mal parados, llevaron peligro al área mendocina. Y por Maipú, el encargado de su fútbol, el zurdo exRiver Sambueza, tuvo una tarde olvidable.


Así las cosas, el elenco del Bajo Flores, que abraza su fama de "bad boys" -desde la indumentaria digna de villano de película añeja hasta sus jugadores pegando de más- como alguna vez lo hicieron los Detroit Pistons en la NBA, fue mejor que su rival y justificó el triunfo dentro de la cancha -al menos este sábado - y desde el año que viene jugará en Primera, como Independiente Rivadavia.

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