“Un festival de amigos, así comenzó y así continua”. En esos términos Minino Garay habla del Divino Music Festival, el encuentro itinerante que creó hace años, para poner en escena músicos franceses y argentinos, mezclando mezclas, cruzando cruces, y abriendo espacios para hacer de la camaradería y la curiosidad un espacio abierto para la música y las posibilidades de sus imprevistos. El flautista Magic Malik, el saxofonista y director Pierre Bertand, las cantaoras Paloma Pradal y Sabrina Romero, el pianista Pablo Murgier y el bajista Mariano Martos llegan del lado de Francia; el multinstrumentista Manu Sija, el charanguista Juan Cruz Torres, el trompetista Richard Nant, el trombonista Pablo Fenoglio, el saxofonista Nicolás Ocampo y el baterista Lucas Ramírez los esperan acá. En el medio, Minino Garay. “Mi tarea es la de combinar sensibilidades”, resume el percusionista argentino, figura destacada de la música francesa de este tiempo.
Desde su inicio, Divino Music Festival cuenta con el apoyo de la Embajada de Francia, el Instituto Francés y la Alianza Francesa, entre otras instituciones. En su séptima edición, tras su inicio en Mendoza el viernes pasado y antes de su conclusión en Córdoba –el viernes 8 en Villa Giardino y el sábado 9 en el Teatro Real–, el festival desembarcará en Buenos Aires con dos fechas en Bebop Club (Uriarte 1658). El lunes 3, a las 20.30, la música pasará por el encuentro entre la big band y el flamenco, mientras que el miércoles 5 tendrá lugar un homenaje al inolvidable Jaime Torres. “Para esta edición vuelve Magic Malik, uno de los jazzistas más importantes de Europa. Cuando vino por primera vez, hace como quince años, con él y con Jaime grabamos un disco que se llama Altiplano, y otro que nunca se publicó”, cuenta Garay. “Para recordar aquellas andanzas, armé para que Magic se encuentre con Juan Cruz Torres, el hijo de Jaime, y con (el multiinstrumentista) Manu Sija, del que enseguida se van a enamorar”, continua Minino, que completará el cuarteto.
“También lo de Duke Ellington al flamenco, en la primera noche, será un gran momento”, anticipa Minino. Bertrand es un director de big band muy experimentado y va a contar con músicos de gran versatilidad y procedencias distintas. Tengo también una gran expectativa por cómo serán recibidas Paloma Pradal y Sabrina Romero, que vienen por primera vez a la Argentina. Paloma es hija de un gran guitarrista flamenco, Vincent Pradal, nació en Francia y canta en francés, pero con toda la cultura flamenca con la que creció”, explica el percusionista y continua: “Sabrina canta como los dioses, toca la percusión increíble y zapatea que te mata. Estoy muy feliz de que a través del festival el público argentino pueda descubrir a esas artistas”.
“Para mí, organizar este festival es sobre todo una manera de agradecer a Francia, que siempre apoya mi actividad”, dice Minino. “Los músicos que llegan son fundamentalmente amigos, que en una especie de cadena de colaboraciones aceptan las modestas condiciones que les ofrecemos, sabiendo que la cosa pasa por la conexión musical. De Europa vienen músicos importantes, pero sin sus bandas habituales, y en una situación inédita para ellos, se juntan con músicos argentinos. Yo me encargo de armar las mescolanzas, de encontrar los músicos de acá que mejor puedan combinarse con los de allá. De esta manera sale algo nuevo, aparece música inédita, que no se escuchó antes, ni allá ni acá”, continua Minino.
Otros encuentros
Más allá del festival, el paso de Minino por Buenos Aires abrirá espacios, para otros encuentros. El lunes 11 estará en el Centro Cultural Konex con La Bomba de Tiempo, junto a Magic Malik y otros invitados, y el miércoles 13, con Jairo y Malik, llegará al Tasso. “Jairo y Malik se conocieron hace algunos años en París, en una gira, y congeniaron de una manera maravillosa. No podíamos dejar pasar esta oportunidad para un reencuentro, así que organizamos en el Tasso, e invitamos además a Franco Luciani y Florencia Dávalos”, comenta Minino, que después del festival y sus resonancias volverá sobre los pasos de Speaking Tango, su proyecto más reciente, con el abrió nuevos horizontes expresivos.
“Speaking Tango ha sido un verdadero hallazgo en mi carrera”, dice el percusionista. “Fue lo que salió de la pandemia, en una época en la que me vine a Argentina y volví a estudiar siete horas por día, pude investigar, crear los textos, practicarlos para ponerlos en juego un poco a la manera de los spoken word norteamericanos, aquellos poetas negros que al no encontrar dónde decir sus poesías se juntaban con los jazzistas”, repasa Garay.
Referencia del jazz europeo y la World Music global, con más de doscientos discos como invitado y numerosos proyectos propios, entre ellos Los tambores del Sur y Tunga tunga’s band por mencionar los más recientes, Garay no deja de pensar maneras de sonar. “Speaking Tango es un proyecto que me permite moverme con mucha libertad. Además le encontré la vuelta para poder presentarlo de distintas maneras y en distintos lugares. En México tengo una banda, en Europa otra y acá en la Argentina lo hacemos con Hernán Jacinto, con quien lo grabamos. ¿Cómo sigue esto? No lo sé bien todavía. Mientras tanto, por estos días me la paso conversando con unos payadores”.