Organizaciones de derechos humanos y vecinos de Gualeguaychú resisten el desmantelamiento del Museo de la Memoria Popular de la ciudad, que funciona desde 2019 como un espacio de difusión de la historia local desde la perspectiva de los sectores populares. El recientemente electo intendente Mauricio Davico, un dirigente de Juntos por el Cambio con vínculo cercano a Javier Milei, anticipó que analiza reutilizar el predio que ocupa actualmente el museo, en el marco de una reformulación más amplia del organigrama del municipio, que incluiría también el cierre de la Dirección de Derechos Humanos y la reducción de otras áreas del Estado en beneficio de actores privados. Desde la comunidad local aseguran que la iniciativa del jefe comunal que asumirá el 10 de diciembre va en línea con las demandas de la Comisión de Carnaval, una poderosa corporación que organiza la fiesta tradicional en la ciudad entrerriana y que se convertiría en la principal beneficiaria de la liberación del terreno, ya que recuperaría el espacio que utilizaba hasta la creación del museo.
Vecinos de Gualeguaychú decidieron "expresar nuestra positiva valoración" sobre el museo y de esta forma "reafirmar la importancia de preservar ese espacio y su impronta colectiva y pública en el marco del cambio de gobierno municipal", como plantean en el texto con el que piden adhesiones. Las alertas se dispararon luego de que el intendente electo Davico anunciara que tiene pensado darle otro uso al terreno donde funciona el museo, y que podría trasladarlo a un anexo de la Casa de la Cultura. En la comunidad resisten el embate y juntan firmas para detener el desmantelamiento.
El Museo de la Memoria Popular de Gualeguaychú "Osvaldo Delmonte" tiene el objetivo de recuperar, reconstruir y narrar la historia local desde la perspectiva de los sectores populares. Creado por ordenanza municipal 12.287/2019 durante la primera gestión del actual intendente Martín Piaggio, el espacio surgió sobre la base de la propuesta conjunta de historiadores, docentes, referentes de museos locales y víctimas del terrorismo de Estado, entre otros actores. La ordenanza también instituyó que funcione en el Parque de la Estación, en el edificio donde se encontraba la estación ferroviaria, que fue restaurado y puesto en valor para la instalación del museo.
"Davico hizo campaña cerrando acuerdos con corporaciones que perdieron privilegios con el gobierno actual", dijo a Página/12 un exfuncionario del gobierno municipal que conoce de cerca el conflicto. La Comisión de Carnaval aparece como la principal apuntada. Se trata de la corporación que organiza la fiesta tradicional provincial, que posee un gran poder de lobby en la política local y que usufructuaba el predio antes de la creación del museo. "La intención del intendente es entregarles el predio ni bien asuma, pero la ordenanza establece que la casa de la Estación es para uso exclusivo del museo. Mientras esa norma siga vigente, la va a estar violando", sostuvo el dirigente.
El intendente electo ya manifestó que su gobierno prescindirá de las políticas de derechos humanos que impulsó Piaggio y, en ese sentido, adelantó que disolverá la Dirección de Derechos Humanos, inaugurada por su antecesor. Cuando asuma en diciembre, habrá terminado con 36 años de hegemonía peronista y dará un fuerte giro en la gestión tras imponerse sobre el candidato del oficialismo, Martín Roberto Piaggio, primo del intendente actual, a quien la constitución provincial le impedía presentarse a un nuevo mandato. El triunfo de Davico apalancó la victoria del gobernador electo, el también cambiemita Rogelio Frigerio. Antes de dedicarse a la política, Davico fue percusionista del grupo tropical Ráfaga y empresario local, función que lo acercó a Martín Menem, quien además es el padrino de su hijo, para quien sugirió nombre: Santino Saúl. Fruto de ese vínculo conoció a Frigerio antes de su designación como ministro del Interior de Mauricio Macri. La conexión con el futuro presidente de la Cámara de Diputados también le sirvió para trazar puentes con Milei y la plana mayor de La Libertad Avanza. La noche del triunfo libertario estuvo acompañando al flamante mandatario en la primera fila del búnker.
El intendente electo dijo públicamente que mudará el museo a la Casa de la Cultura, que depende de la Dirección de Cultura Provincial. Pero los vecinos sostienen que la propuesta es inviable, ya que actualmente el museo cuenta con un amplio espacio dividido en dos plantas. Arriba posee una gran reserva técnica, con un acervo de documentación y fotografías recopiladas con el tiempo, también tiene espacio para conferencias y una biblioteca. En la planta baja, en tanto, se exponen muestras permanentes sobre diversas temáticas: una sobre los 40 años de democracia, otra sobre el golpe de Estado en Gualeguaychú, una sobre el frigorífico y otra acerca del ferrocarril; que trazan un mapa para reconstruir la identidad de la ciudad. Desde este año, el museo lleva el nombre de Osvaldo Delmonte, en homenaje al reconocido historiador, militante sindical y de derechos humanos que participó de su creación. En diálogo con este diario, su hija Mercedes Delmonte aseguró que "claramente van a entregar ese edificio histórico para fines que no se relacionan con el sentido que el edificio contiene". En ese sentido, afirmó que ve la situación "con preocupación, ya que el traslado esconde su desarticulacion en los hechos".
El rechazo de los vecinos repercutió a nivel nacional. La Red Nacional de Sitios de Memoria manifestó su solidaridad y llamó un estado de alerta atentos al avance de las medidas que pretende implementar Davico. También a través del Museo de la Memoria de Rosario se estableció el contacto con la Red Latinoamericana de Espacios de Memoria, que enviará un comunicado al intendente para que dé marcha atrás con la iniciativa. Asimismo, se puso en marcha una campaña de concientización junto a referentes de la cultura interesados en acompañar la resistencia de las políticas de Memoria, Verdad y Justicia.
Informe: Diego Castro Romero.