El técnico de River, Martín Demichelis, podrá inflar el pecho y decir que sus movidas terminaron haciéndolo ganar a su equipo por 2 a 1 ante Belgrano y clasificándolo para las semifinales de la Copa de la Liga. Pero también se podría sostener que se equivocó con el ingreso de Ramiro Funes Mori por Enzo Pérez y que ese cambio que retrasó excesivamente a River en la cancha cuando tenía todo bajo control, pudo haberle arruinado la tarde en Córdoba.
Es preciso recapitular lo que fue pasando para que se entienda porque las cosas se dieron de esta manera y no de otra: River ganaba 1 a 0 con un gol de cabeza de Salomón Rondón a los 16 minutos de la segunda etapa. Y parecía haber podido superar los problemas derivados del juego directo de Belgrano que todo el partido buscó los mano a mano de sus delanteros Franco Jara y Lucas Passerini contra Leandro González Pirez y Paulo Díaz, los dos marcadores centrales "millonarios". Matías Kranevetter reemplazó a Rodrigo Aliendro (amonestrado en el primer tiempo) y se metió bien entre ambos para defender y Pablo Solari le había podido dar al ataque el despegue que no le aportado "Nacho" Fernández porque son otras sus características.
Pero a los 32 minutos, Demichelis sintió la necesidad incontenible de cuidar la ventaja cuando el trámite no se lo estaba indicando: sacó a Enzo Pérez e hizo ingresar a Ramiro Funes Mori para armar línea de cinco en la inteligencia que Belgrano le iba a llenar el área de centros y pelotazos. Con cinco hombres en el fondo, River se replegó. Y demoró dos minutos en pagarlo muy caro: Lencioni despidió un centro desde la izquierda, Passerini se lanzó hacia adelante casi en palomita y con un cabezazo certero colocó el 1 a 1 que el VAR habilitó luego de haberle anulado un rato antes por un offside ínfimo (no más que una rodilla de diferencia), un gol de Jara. A un cuarto de hora del cierre, la definición por tiros desde el punto penal se recortaba nítidamente en el horizonte del partido. Y miles de miradas riverplatenses empezaban a mirarlo torcido otra vez a Demichelis.
Recién en el tercer minuto de descuento, llegó el alivio para el técnico "millonario": Barco abrió una pelota a la izquierda para Enzo Díaz y su centro rasante fue a parar adonde estaba Colidio (que había reemplazado a Rondón). El remate de zurda derrotó a Losada y decretó la victoria sufrida y ajustada de River y la derrota de Belgrano a la que le caben los mismos adjetivos.
River volvió a ganar luego de tres fechas que no lo hacía. Pero le cuesta demasiado conseguirlo. O al menos mucho más de lo que le costaba en el primer semestre. En Córdoba jugó bien de a ratos (el uruguayo De la Cruz volvió a ser su mejor hombre) y en otros, se enredó más de la cuenta. Desde el banco, pudo haberlo ganado y curiosamente, pudo haberlo perdido. La jerarquía individual, de última, volvió a resolverle a Demichelis los problemas que él mismo insiste en crearse.