Resurgió, volvió, se despertó el gigante de la calle Vicente López; el centenario club de Salta donde el fútbol es la estrella, pero en donde también conviven otras disciplinas deportivas, volvió luego de 23 años al Nacional B (Primera Nacional), segunda categoría del fútbol argentino.
Tras una temporada de maratónicos 36 encuentros, Gimnasia finalizó puntero en la zona D del Torneo Federal, quedando, sin embargo, como peor primero dentro del lote de punteros. Esto le daba la posibilidad de definir siempre de local y con ventaja deportiva, a no ser que se cruzara con un rival que también hubiera salido primero en su grupo.
Esta situación se dio en la instancia semifinal (del pasado domingo) cuando el Millonario se enfrentó a Olimpo de Bahía Blanca en condición de visitante. Para pasar a la final solo le servía el triunfo, algo que todas las estadísticas veían como un imposible. Sin embargo, el fútbol es tierra de épica, y eso fue lo que logró Gimnasia ganando por un tanto contra cero. Allí, en tierras bonaerenses, selló su pase a la final que también disputaría contra otro bonaerense: Douglas Haig de Pergamino.
El encuentro final, ya despojado de ventajas deportivas, se pautó en tierras riojanas, en el estadio provincial Carlos Augusto Mercado Luna, conocido popularmente como Estadio de Vargas. Hasta allí viajaron, no solo el plantel profesional, sino también unos 8 mil hinchas en una peregrinación histórica.
Un viaje a la ilusión
Los más de 30 colectivos alquilados por la parcialidad de Gimnasia y Tiro tuvieron diferentes recorridos e historias que merecen ser relatadas por su pasión y capacidad de organización. Uno de esos grupos lo constituyeron simpatizantes y familias de Tres Cerritos, histórica barriada y juntada de la parcialidad del albo que sigue al primer equipo “en las buenas y en las malas”.
La cita para ese grupo comenzó pasadas las 21 horas del sábado; abundaba la ansiedad y todos querían partir destino a La Rioja. El punto de encuentro fue la sanguchería del “Pacu”, sobre la Avenida Reyes Católicos, situada en el barrio que los supo agrupar.
Conforme iban llegando al punto de encuentro, las miradas se cruzaban y las preguntas por el nerviosismo y la posibilidad de haber dormido la noche anterior eran una constante. Finalmente, el colectivo llegó y la ansiedad comenzó a menguar; cerca de las 12 de la noche los casi 60 pasajeros, hombres, mujeres y familias enteras, subieron con rumbo a La Rioja.
“El viaje fue tranquilo, sin problemas en la ruta, con muchos nervios pero con muchísima fe, y tratando de disfrutar este momento tan especial con amigos de toda la vida”, comentó Pacu ya desde el Sindicato de Camioneros en La Rioja, lugar de encuentro y reunión para todos los Albos.
Por otra parte, “Mono” Vallejo, otro integrante de la juntada de Tres Cerritos, relataba: “fuimos unos de los primeros en llegar, nos acomodamos, empezamos a hacer el asado, fue llegando la gente y comenzó el color, se armó la fiesta. Realmente, lo que estamos viviendo es muy emocionante, estos minutos previos son de muchos nervios pero rodeado de gente, hay muchísima gente, mucha alegría”.
En este sentido Pacu agregó: “es muy emocionante todo, hasta vino un primo de México que hace años que no veo y estamos compartiendo este momento, todo en familia, con alegría pero tranquilos, porque esto es Gimnasia, es familia”.
Desde Salta haciendo fuerza
Aquellos hinchas que por diferentes motivos no pudieron viajar, se reunieron en la sede de la calle Vicente López para seguir las instancias del partido final en pantalla gigante ubicada en la cancha de voley del polideportivo.
Familias enteras, jóvenes, grandes, chicos, hasta bebés, conformaron el núcleo de fanáticos Albos que alentaron los 90 minutos como si los jugadores pudieran escucharlos. “No pude dormir anoche, estoy con fe pero muy nerviosa”, comentaba Claudia, quien prefirió ir sola hasta las instalaciones del polideportivo para seguir las instancias del encuentro.
A su lado, familias enteras observaban el partido en tierras riojanas. Gaseosa para los más chicos, mate, coca, bica y cigarros, para aplacar los nervios y la ansiedad de los más adultos. “Vinimos todos juntos porque Gimnasia es familia, este es el verdadero club de Salta”, comentó Ricardo, uno de los tantos padres que concurrió con sus hijos.
Un partido de fútbol
En La Rioja sonaba el pitazo inicial. Rubén “Yagui” Forestello, técnico del Albo, planteaba y sostenía el mismo equipo de los últimos partidos y casi que también durante toda la temporada. Con su icónico capitán Ivo Chaves, un medio campo copado por Walter Busse, complementado en la delantera por “el Pollo” Rojas, formaban una columna vertebral que finalizaría, o empezaría, por su arquero Federico Abadía.
El partido comenzó parejo pero poco a poco fue dominado por el equipo salteño. Pero la suerte no fue en ese rumbo, y a los 34 minutos, en el momento menos esperado, sucedió el traspié cuando Nicolás Johansen, convirtió para los de Pergamino. El baldazo de agua fría era de tamaña magnitud y todos se miraban incrédulos. Sin embargo, pocos minutos después Ignacio Sanabria, también de pelota parada, puso rápidamente el resultado en tablas.
Llegó el descanso y las estrategias continuaron de uno y otro lado. Gimnasia manejó el segundo tramo del partido, más aún cuando por la expulsión de Emilio Lazza en el conjunto bonaerense, el Millonario quedó con un jugador más. El equipo intentó constantemente pero le faltó la estocada final, la resolución en los últimos metros, y el arbitro Bruno Amiconi, marcó el pitazo final que decretó la definición por penales.
Los doce pasos, siempre sufrientes, comenzaron sin posibilidad de arrepentimiento. El arquero de Gimnasia, Abadía, que tantas veces en esta temporada salvó la valla en situaciones determinantes, ayer volvió a tener un rol fundamental tapando dos remates. Su actuación y la conversión de sus compañeros sellaron el pase al Nacional B, hoy llamada Primera Nacional.
La Rioja explotó, el Polideportivo explotó, el grito fue unánime, fue unísono, el sabor se disfrutó como un desahogo, como una necesidad de dar vuelta la página. Un equipo que supo estar en primera división en dos oportunidades, y que desde el año 2000 dejó el Nacional B atravesando intervenciones y transitando categorías que nada tienen que ver con su historia: el Albo dijo basta y gritó Campeón!
Cerca de las 12 de la noche los millonarios regresaban de La Rioja en los colectivos a Salta. Abundaban los mensajes de whatsapp, las fotos en redes sociales, los abrazos, los videos; como también abundaron los llantos y los puños apretados en la sede de la calle Vicente López.
Ascendió Gimnasia y Tiro, esa es la noticia; pero con ellos, toda una provincia dice presente en las categorías mayores; toda una provincia vuelve a demostrar que a través del fútbol, su presencia desde el norte sigue intacta. El norte tiene mucho para dar, y esto hoy, desde el plano deportivo, se volvió a demostrar.