Alberto Barber Caixal, Alberto Eduardo Britos, Eduardo Cigliuti, Mario Emilio Delfino, Alberto Mario Galimberti, Héctor Carlos Gualco, Reinaldo Hernández, Héctor Arnoldo Larrosa, Roald Montes y Rodolfo Pedro Usinger eran alumnos del Instituto Politécnico Superior "General San Martín" y fueron desaparecidos por la última dictadura cívico militar. Ayer, fueron homenajeados por la institución. El proyecto de restauración y puesta en valor de los legajos de los estudiantes es una iniciativa del colegio que tras 20 años de trabajo de investigación logró restituir los expedientes originales y devolverlos a las familias en un acto que se realizó ayer, a las 10, en el aula magna de la Facultad de Ciencias Exactas, Ingeniería y Agrimensura (FCEIA).

"Se ha hecho un trabajo de investigación durante años, a través del departamento de Ciencias Humanas y Naturales, en particular del área de Historia, donde se han rescatados los legajos de los detenidos desaparecidos del Politécnico. En este contexto,  se hizo entrega conjuntamente con la facultad de ingeniería a los familiares", contó Juan Farina, director del Politécnico.

Por su parte, Elvira Scalona, profesora de historia e integrante del proyecto de investigación, contó que tres de los homenajeados también fueron estudiantes de la facultad de Ingeniería, a la vez que todos pasaron por los pasillos de lo que en aquellos años era llamada la Escuela Industrial de la Nación. La institución cambiaría de nombre recién en 1975.

"El proceso tuvo dos etapas, una que arrancamos entre los años 2000 y 2010 donde confeccionamos las listas de estudiantes y docentes detenidos desaparecidos, y una segunda etapa que acaba de asumir el Consejo de Derechos Humanos de la escuela con la restitución de los legajos a los familiares", explicó Scalona, quien junto con los docentes Gisela Figueroa, Sebastián Merayo y María Pía Martín elaboraron un protocolo de búsqueda, reparación y recuperación de diferentes materiales que constituyeron más tarde los expedientes de los alumnos secuestrados y torturados por la dictadura.

La investigación llevó el proceso de rastreo afuera de las paredes de la escuela. Una vez identificadas las personas, los investigadores sólo debieron buscar los expedientes que permanecían en el archivo del colegio. Las autoridades educativas hicieron una copia, rastrearon los documentos faltantes de los legajos para así reconstruir el paso de estos estudiantes por los pasillos de la escuela y finalizaron el proceso de restitución. 

Scalona explicó que la reconstrucción "se hace por medio de la historia oral, con informantes, por medio de personas que los conocían, compañeros de militancia, etcétera. Después acá, en la escuela, los legajos estuvieron siempre, encontrar esos papeles fue lo menos complicado. Lo difícil fue armar las listas", y agregó que la restitución no es otra cosa que la puesta en valor y la entrega a los familiares de esos papeles: “En las escuelas secundarias en general y en ésta en particular, el legajo tiene mucha información de valor legal pero también sensible, porque tiene la foto de cuando entraron en la escuela, cuando egresaron, todas las hojas de la escuela año por año, y la documentación con la cual se inscribieron en la escuela como el certificado de la escuela primaria, la partida de nacimiento, los certificados de salud. Toda una serie de materiales que obviamente es mucho más lógico que los tengan los familiares".

El acto tuvo la presencia de diferentes autoridades de la Universidad, los docentes involucrados en el proyecto de investigación, estudiantes de ambas instituciones y familiares de los 10 exalumnos homenajeados, a quienes se les hizo entrega de una copia de los legajos.