En el peronismo, mientras terminan de desocupar las oficinas de todos los ministerios, hacer los balances de gestión y los traspasos correspondientes antes de la asunción del nuevo gobierno, esperan con ansiedad el 10 de diciembre para escuchar el discurso que dará Javier Milei en el Congreso y, en base a eso, desarrollar distintas estrategias que aclaran, no deberán ser "solo de resistencia". "No hay una mirada optimista de lo que vaya a pasar en el futuro gobierno, pero no estamos a la espera de que les vaya mal para tener una chance", explica a Página|12 uno de los funcionarios que vuelve al llano.
Entre los gobernadores, intendentes, sindicalistas, legisladores y referentes de los movimientos sociales del peronismo, distintas voces señalan que el espacio necesita "renovar, reagrupar en todos los niveles y planificar", para darle lugar a una "nueva generación de dirigentes", que dicen estar dispuestos a hacerse cargo de lo que viene. Está en debate, entre otras cosas, cuál será el ámbito para discutir —si es que prima la decisión de no fragmentarse— y también los tiempos para empezar a actuar.
Todos los sectores del peronismo coinciden en una lectura: en lo inmediato se planteará una falta de liderazgo y eso puede llamar a la dispersión y a la fragmentación. "Tenemos la responsabilidad la nueva camada de dirigentes jóvenes", dice uno de los que se considera parte de ese grupo. Además, opina que quedarse en el lugar de mera "resistencia", demuestra debilidad. "El lugar de fortaleza es saber que nos eligieron casi la mitad de los argentinos y que los tenemos que representar", dicen. En esa línea, son muchos los actores que aseguran entender "que ellos (por LLA) van a avanzar si nosotros nos deshilachamos", y que, por eso, "hay que estar más cohesionados que nunca".
El debate gira en torno a dos cuestiones: por un lado, cuánto tiempo hay que darle a Milei, es decir, cuánto sería prudente "esperar". Por el otro, cuál será el ámbito para buscar esa cohesión entre los amplios y diversos sectores del peronismo que, si no hay una conducción clara, corren el riesgo de terminar cada uno por separado defendiendo intereses particulares.
Con respecto al tiempo, en el peronismo algunos dirigentes evalúan que hay que esperar que LLA termine de armar el gobierno, de definir los roles políticos y a que el 10 de diciembre Milei presente en concreto qué medidas y qué políticas va a tomar, más allá de todo lo que dijo en campaña. Les parece necesario "no desesperarse" y que Milei mueva primero sus fichas. Cuando ocurren estas derrotas —dicen— el peronismo debe "esperar que decante".
En esa línea, adelantan que lo ideal sería que Milei presente su plan de gobierno y, en ese punto, poder definir en qué no están de acuerdo y en qué sí pueden llegar a acompañar. El peronismo estima que será inteligente dar gobernabilidad para, si las cosas salen mal, no quedar como los culpables de que el gobierno fracase.
"Con el presupuesto no vamos a estar de acuerdo, pero somos responsables y lo vamos a votar igual", adelantan. "Es importante que la sociedad no vea o sienta que al gobierno le va mal por culpa nuestra", destacan y aclaran que, más allá de eso, la voz de la oposición deberá ser clara y que no tienen que esperar meses para plantar posición. "Frente a cada situación tenemos que públicamente dar nuestra postura", reflexionan.
"No hay resto"
El 10 de diciembre todos van a estar mirando a Milei, pero otra gran parte de la sociedad va a estar mirando al peronismo y sus dirigentes. Por eso hablan de "dar gobernabilidad", pero distinguen: "Una cosa es el presupuesto y otra la ley ómnibus. Hay que ver qué hay dentro de esa ley, esperar a que la presenten y ver caso por caso", subrayan. Según los análisis que todavía hacen en los despachos oficiales, la sociedad no está en condiciones de que Milei anuncie un tarifazo, despidos masivos o privatizaciones de empresas y bienes estratégicos como Vaca Muerta. "No hay resto para eso y sería un error. Los argentinos no creen que el camino sea vender Vaca Muerta. De eso estamos convencidos y no lo vamos a legitimar", opinan.
Algunos dirigentes bonaerenses que conversan con empresarios pymes resaltan que ese sector está en condiciones de dar un plazo de 60 a 90 días para ver qué hace Milei. "Si abren las importaciones después de esa fecha son muchas las pymes que van a tener que cerrar las persianas y ahí hay que ver qué pasa", subrayan. Cuando eso comience a ocurrir, piensan que lo más inteligente no será "salir a quemar gomas", sino "dar la cara, no borrarse y reclamar con los intendentes, gobernadores y sindicatos". "La gente va a estar mirando en qué medida Milei asume la gestión con sensibilidad. Lo de la planilla en Excel sale mal. Le salió mal a Macri y le va a salir mal a Milei porque detrás de los números hay personas", destacan.
Con respecto al lugar en el que se deberán dar las discusiones internas, hay quienes consideran que, más allá del Congreso, el PJ nacional puede ser propicio para buscar la cohesión entre los distintos sectores. "Hay que llamarlos a todos, juntarse una vez cada 20 días, empezar a hacer ruido para que recuerden que existimos, que estamos y que ya hicimos el luto", opinan.
Otros añaden que será necesario que los economistas vinculados a los gobernadores conformen un grupo de trabajo que permita tener una postura clara frente a, por ejemplo, cuestiones de la ley ómnibus. "Tiene que haber cuestiones que no sean negociables", remarcan. Por otra parte, hay dirigentes que se imaginan distintas mesas que funcionen en paralelo, "una mesa de gobernadores, otra de intendentes, otra de la camada de dirigentes jóvenes". "Se va a ir ordenando", concluyen.
Un funcionario que tiene puentes con todas las terminales oficialistas analiza que "de nuestro lado hay mucha madurez y se entiende la situación. Sabemos que ellos van a poder avanzar en función de lo que hagamos nosotros y eso lo saben Axel Kicillof, Máximo Kirchner, los gobernadores y los sindicalistas", y aclara que, "por ahora", nadie está dispuesto, por ejemplo, a romper los bloques en el Congreso. Solo el tiempo dará las respuestas. Lo cierto es que, si el peronismo no resuelve estas cuestiones y termina actuando fragmentado, Milei podrá avanzar sin oposición.