El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) compartió su última actualización trimestral, que va desde diciembre de este año hasta febrero de 2024, con una leve modificación: según el último informe, habrá un verano sin tanto calor extremo debido a la baja de la temperatura del océano y a la posibilidad de lluvias más abundantes.

En este sentido, esta disminución de las temperaturas ocurrirían especialmente en la Ciudad de Buenos Aires, el conurbano bonaerense y la costa atlántica.

Desde el SMN, remarcaron que esto podría tener una vinculación con una variable que indica que la temperatura del océano Atlántico en Argentina se mantiene muy fría, a diferencia de lo que está ocurriendo en Brasil, y permitiendo el ingreso de aire fresco y moderando las temperaturas.

No obstante, aún se mantienen los colores que indican, en toda el área central del país, la probabilidad de que haya temperaturas por encima de lo normal, favoreciendo a Buenos Aires, ya que presentaría un tiempo agradable para las vacaciones de verano y sus principales destinos turísticos. 

Respecto a las lluvias, el organismo anticipa que el nuevo trimestre de verano estará marcado por precipitaciones por encima de lo normal sobre la región del Litoral, la región norte, Córdoba, San Luis, este de La Pampa y Buenos Aires, incluyendo a la Capital Federal.

Pronóstico para la Patagonia y la Mesopotamia

Para el resto del país habrá cambios, pero a la inversa:  en la Patagonia cordillerana, se espera que haya una mayor probabilidad de temperaturas altas cuando hasta el mes pasado indicaba temperaturas normales.

En la Mesopotamia, también los valores cambiaron hacia los colores que indican normalidad, a excepción de Entre Ríos, ante las alertas por lluvias y las inundaciones debido a que el fenómeno de El Niño.

En la zona centro-este, que incluye el AMBA y la costa atlántica, también se esperan precipitaciones superiores a lo normal, pero no tanto como en la Mesopotamia.

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