El negocio de la guerra ha superado las previsiones y capacidades de la industria militar mundial. Encargos abundan, pero lo que no hay son manos suficientes para construir las máquinas de matar que las grandes potencias necesitan para hacer frente a sus aventuras belicistas.
Según datos del Stockholm International Peace Research Institute (SIPRI), en 2022 los fabricantes de armamento se han visto superados por la demanda, lo cual permite aventurar otro dato significativo: los ingresos, a medida que los pedidos se tramiten, no pararán de crecer.
El informe elaborado por SIPRI sobre las operaciones registradas durante al año pasado ofrece cifras elocuentes. "Los ingresos por las ventas de armas y servicios militares de las 100 mayores empresas del sector fueron de 597.000 millones de dólares en 2022, un 3,5% menos que en 2021 en términos reales, a pesar de que la demanda aumentó considerablemente", describe el documento.
La invasión de Ucrania por parte de Rusia –uno de los principales hechos bélicos registrados el año pasado– y las tensiones geopolíticas en todo el mundo provocaron "un fuerte aumento de la demanda de armas y equipos militares en 2022".
"Sin embargo, a pesar de recibir nuevos pedidos, muchas empresas armamentísticas estadounidenses y europeas no pudieron aumentar significativamente su capacidad de producción debido a la escasez de mano de obra, el aumento de los costes y las interrupciones en la cadena de suministro, agravadas por la guerra de Ucrania", afirma el prestigioso instituto sueco en el reporte publicado este lunes.
Muchas empresas armamentísticas no pudieron aumentar su capacidad de producción por la escasez de mano de obra
Lucie Béraud-Sudreau, directora del Programa de Gasto Militar y Producción de Armas del SIPRI, señaló en un comunicado que "muchas empresas armamentísticas se encontraron con obstáculos para adaptarse a la producción que requiere la guerra de alta intensidad". "Sin embargo, se firmaron nuevos contratos, sobre todo de municiones, que podrían traducirse en mayores ingresos a partir de 2023", aclaró.
En el caso de las 26 principales empresas europeas de armamento –entre las que figura la española Navantia–, sus ingresos aumentaron un 0,9% hasta alcanzar los 121.000 millones de dólares en 2022.
Lorenzo Scarazzato, investigador del Programa de Gasto Militar y Producción de Armas del SIPRI, apuntó que la invasión rusa a Ucrania "creó una demanda de material para una guerra de desgaste, como munición y vehículos blindados. Muchos productores europeos de estos artículos vieron crecer sus ingresos", declaró.
Asimismo, las empresas transeuropeas Airbus y KNDS "fueron algunas de las principales fuentes de crecimiento de los ingresos por armas en Europa, debido en gran parte a las entregas de pedidos de larga duración".
Caída en EEUU
Los problemas de producción se han dejado sentir especialmente en las cuentas bancarias de las principales compañías armamentísticas de EEUU. Los ingresos por venta de armas de las 42 empresas de ese país incluidas en el "Top 100" que elabora SIPRI cayeron un 7,9%, hasta los 302.000 millones de dólares, en 2022.
De las 42 compañías estadounidenses que figuran en ese ranking, "32 registraron una caída interanual de los ingresos por armas", algo que ha sido atribuido en la mayoría de los casos a los "continuos problemas de la cadena de suministro y a la escasez de mano de obra derivada de la pandemia del Covid-19".
"Estamos empezando a ver una afluencia de nuevos pedidos relacionados con la guerra de Ucrania, y algunas grandes empresas estadounidenses, como Lockheed Martin y Raytheon Technologies, recibieron nuevos pedidos como consecuencia de ello", señaló por su parte Nan Tian, investigador senior del SIPRI.
"Sin embargo, debido a la cartera de pedidos pendientes de estas empresas y a las dificultades para aumentar la capacidad de producción, los ingresos procedentes de estos pedidos probablemente no se reflejarán en las cuentas de las empresas hasta dentro de dos o tres años", continuó.
Israel y Corea del Sur
Las cosas han ido mejor para las empresas armamentísticas de Asia y Oceanía, las cuales "vieron crecer significativamente sus ingresos por armas, lo que demuestra su capacidad para responder a una mayor demanda en un plazo más breve".
"Esto fue especialmente cierto en los países en los que las empresas mantienen su capacidad de fabricación siempre a punto, como Israel y Corea del Sur, y en los que las empresas suelen depender de cadenas de suministro cortas", indica el documento.
El informe de SIPRI añade que los ingresos por armamento de las 22 empresas de Asia y Oceanía incluidas en el "Top 100" a nivel mundial aumentaron un 3,1% hasta alcanzar los 134.000 millones de dólares en 2022. "Fue el segundo año consecutivo en el que los ingresos por armamento de Asia y Oceanía superaron a los de Europa", agrega.