Una esquina para agendar

Pablo Mehanna

C on Palermo saturado de propuestas de gastronomía y cobrando alquileres altísimos, el vecino Chacarita, barrio que mantiene zonas de calles arboladas, casas bajas y poco tránsito, recibe parte de un efecto derrame: a clásicos como Albamonte o la pizzería Imperio se suman así, desde hace unos años, ofertas con una mirada moderna y canchera. Un ejemplo: a un par de cuadras de Dorrego y Córdoba, pero lejos del bullicio cercano, en una típica esquina del barrio, Charlone 101 está por cumplir su primer año de vida.

Sillas confortables, iluminación cálida aunque suficiente para leer la carta, cocina a la vista y el jazz que suena a un volumen que permite la charla redondean el ambiente. La carta, breve, incluye una inteligente cantidad de opciones, como para satisfacer distintos gustos. Bien logradas las empanaditas de morcilla ($100 las cinco) mientras que los langostinos rebozados en panko ($130) salen en una fritura seca y crocante, como mandan los libros. Recomendable también la polenta grillada, rellena de queso, que sale con salchicha parrillera.

De los principales, especialmente bueno el ojo de de bife ($210), en el punto pedido (muy rojo pero con el centro caliente). Ricos y con buen dente los sorrentinos de mozzarella ahumada con nuez, calabaza y rúcula ($180). La lista suma salmón a la plancha con verduras, bondiola braseada con batatas y un pollo relleno. De los postres, los golosos no deben pasar por alto la créme brûlée de dulce de leche ($80), cremosa y con un buen punto de dulce, sin excederse en el azúcar.

Los vinos se guardan en heladeras a temperatura adecuada de servicio. Hay muy buenas etiquetas a partir de $180, incluyendo una interesante selección de blancos, de esos que dan ganas de abrir en las esperadas noches de primavera. Especialmente si se elige una de las mesas en la vereda, que permiten disfrutar el aroma a barrio.

Cocina a la vista, producto de calidad, buena mano para los fuegos y el ojo del propietario atento a cada detalle del salón. Una buena propuesta, en una linda esquina. 

Charlone 101 queda en Charlone 101. Teléfono: 4551-0557. Horario de atención: martes a sábados desde las 17.


Hay café, café

Pablo Mehanna

Entre casonas enormes, talleres textiles y comercios apiñados sobre Nazca y alrededores, la oferta gastronómica del barrio de Flores destaca por encima del resto de la ciudad, no tanto por la cantidad de lugares que hay, sino por la variedad de opciones, con locales de comida peruana, kosher y una gran mayoría de restaurantes coreanos, muy frecuentados por la comunidad que reside en el país. Lo interesante es que hoy, con generaciones jóvenes de comerciantes de familia de origen coreano, han comenzado a aparecer en el barrio algunas opciones por fuera de lo usual. Así es el caso de I Am Barista, un templo dedicado a servir café de especialidad, algo que puede estar de moda en Microcentro o en Palermo, pero que es muy difícil de conseguir por fuera de esas zonas. 

El local lo preside una magnifica La Marzocco, maquina de espressos italiana que, en manos adecuadas, logra obtener lo mejor de cada grano. La casa tuesta su propio café (blend de 70% Brasil, 30% Etiopía) en una tostadora que también está a la vista.

Distribuido en dos plantas, se trata de un local sencillo, con mesas en la vereda y un mostrador que ofrece algunos tentempiés que no pretenden ocultar la especialidad de la casa: el café. A la mesa llegan espressos simples ($35) y dobles ($45), con la crema (esa capa natural que se forma en la superficie del líquido) de color avellana y consistencia perfecta. También, recetas como americanos, capuccino, cortados y latte. Entre los consabidos café helados, se sirve el affogato di café ($60), un clásico postre italiano en el que contrastan el helado de crema con uno o dos shots de espresso calientes. Para acompañar, hay un rico y húmedo budín de bananas ($45), cheesecake ($85), medialunas o tostadas con queso y mermelada. 

Buenos Aires está repleta de cafeterías, pero son muy pocas las que le dan al café la atención y calidad que merece. Por eso, que exista un lugar como I Am Barista, y que además esté en un barrio alejadísimo del Palermo de las tendencias y los hipters, es una excelente noticia.

I Am Barista queda en Felipe Vallese 3192. Teléfono: 2086-0953. Horario de atención: lunes a viernes de 7 a 17:30; sábados de 8 a 14.


Humo holandés

Pablo Mehanna

Ocupando el mismo local del mítico El Tejano (lugar pionero en esto de ahumar todo corte de carne imaginado), Lekker puede ser considerado como su heredero directo. De hecho, Ronald, el  holandés que está detrás de los fuegos (y delante del ahumador), fue el cocinero de El Tejano, hasta que en junio de 2017 tomó el lugar por las riendas, le cambió el nombre y arrancó con esta flamante propuesta. 

El lugar carece de grandes pretensiones estéticas, con apenas un par de mesas altas y una buena barra en la que acodarse. Deja en claro que lo importante para ellos no está en las paredes, sino que la estrella es lo que sale del enorme ahumador, alimentado en exclusiva con leños de quebracho y espinillo. Son ahumados en caliente, un método que le confiere a las carnes un sabor intenso y profundo, característico del sur de los Estados Unidos.

La carta es breve, sencilla y contundente: hay tres entradas (todas a $70): alitas de pollo, empanadas de cerdo ahumado y bitterballen, unas diminutas y deliciosas albóndigas fritas a base de carne y salsa blanca, típicas de la cocina holandesa. Luego, se puede seguir por los contundentes sándwiches de cerdo ahumado o de roast beef ($150 con papas), aunque el plato fuerte de la casa son las ribs ($200). Servidas en una generosa porción que sale acompañada de papas fritas y una sabrosa ensalada (también de papa), las ofrecen en tres versiones: de cerdo con BBQ, de cerdo con jalapeños y de novillo con chimichurri. La carne sale con una cocción hermosa, justo cuando comienza a despegarse del hueso pero guardando aún consistencia al ser mordida, con el punto de salado justo y un buen uso de las especias. Mención especial merecen las papas fritas, crocantes y bien secas.

Como se ve, el lugar no tiene muchas vueltas: a estas carnes les suma variedad de salsas caseras y una rica cerveza artesanal ($70 la pinta), para completar así una oferta que destaca por precio y, especialmente, por calidad del producto ofrecido. Los amantes de los humos y brasas no saldrán defraudados. 

Lekker queda en Honduras 4416. Teléfono: 4833-3545. Horario de atención: martes a viernes de 20 a 23;  sábados de 13 a 16 y de 20 a 23.