El Tribunal de Enjuiciamiento de Santa Fe en votación dividida resolvió ayer rechazar el inicio del jury contra el juez de Reconquista Gonzalo Basualdo, quien había sido denunciado por haber recibido al menos un par de pagos 1.000 dólares de manos del empresario del juego ilegal Leo Peiti, quien confesó la maniobra en 2021. Los votos a favor del inicio del juicio fueron los del presidente de la Corte, Daniel Erbetta, los representantes de los colegios de Abogados de Venado Tuerto y Rafaela y la diputada radical Georgina Orciani. En tanto votaron por la negativa, cerrando la posibilidad de establecer la verdad en un proceso, Rafael Gutiérrez, Mario Netri, María Angélica Gastaldi, Eduardo Spuler, Roberto Falistocco y el senador Joaquín Gramajo.
Los primeros consideraron que estaban largamente dados todos los extremos de prueba que exige la ley y votaron por la admisibilidad ante “la gravedad institucional del caso que por lo menos merecía que se dilucide en un juicio”, al tiempo que apuntaron a las inconsistencias en el descargo de Basualdo. Mientras, la mayoría consideró que no estaban acreditados los extremos probatorios necesarios para admitir la denuncia y destacaron "la voluntad" de Basualdo de someterse a dar explicaciones.
Cabe recordar que Leo Peiti había revelado la práctica como imputado colaborador frente al fiscal Matías Merlo, quien llevó adelante esta investigación, en la que corroboró las circunstancias, momentos y lugares señalados por Peiti a través de la geolocalización de los celulares suyo y del propio Basualdo. Hay que reconocer que Basualdo es rosarino, pero es más que raro verse con una perona a 500 kilómetros de su despacho.
La denuncia, que formuló la Procuración de la Corte a cargo de Jorge Barraguirre, incluyó como pruebas la desgrabación de llamadas telefónicas entre Peiti y su esposa y con un socio que trabajaba para él en Reconquista. Cuando Peiti le comenta de las tratativas con el magistrado le aconseja que avance porque es “un pingazo” que le va a dar una mano.
Una de las pruebas de la investigación surge de una primera declaración de Peiti frente al fiscal rosarino Luis Schiappa Pietra, quien al preguntarle al capitalista de juego por "el regalo dado al magistrado", Peiti respondió: "1.000 dólares en cada oportunidad. Entre el 2018, el 2019, en el transcurso de esos años". El extracto corresponde a la declaración de Peiti, condenado en diciembre de 2021 como organizador de una asociación ilícita, cohecho activo y organización y explotación de juegos de azar, hecha ante la Justicia y en la que aportó información a la investigación para aliviar su situación.
Sobre esa base, se derivó la investigación al fiscal de Venado Tuerto, Matías Merlo. La investigación constata que Peiti dio la misma versión de fechas, lugares y contactos con Basualdo en tres instancias diferentes: la primera atribución imputativa ante los fiscales, en su declaración como imputado colaborador ante la jueza Verón del 13 de septiembre de 2021 y por último en la declaración imputativa del 15 de septiembre.
La apertura de teléfonos y la geolocalización de llamadas permitieron corroborar que al menos dos de los tres encuentros en los que Peiti dijo que le entregó el dinero al juez fueron reales -los días 20 y 27 de agosto de 2017- en función de conversaciones previas y posteriores reconstruidas de los teléfonos con un socio de su organización en Reconquista (Darío “Macho” Pérez), de una charla con su esposa y por la geolocalización de los celulares de Peiti y el juez.
La investigación corroboró que estuvieron en la misma zona a la misma hora. En Pellegrini y Laprida y en la estación de servicios Shell de Juan José Paso y avenida de Circunvalación, ambas en Rosario. En una de las conversaciones de Peiti con Pérez refiere que esa noche Basualdo viajara de Rosario a Reconquista, lo que también se corroboró en el análisis de los impactos de la línea correspondiente al magistrado, constatándose que el desplazamiento desde Rosario en la ruta. El tercer encuentro fue en Reconquista en la estación de servicios del ACA.
La investigación también constató, por dos informes diferentes, que también hubo comunicaciones telefónicas directas entre Peiti y el juez. Fueron cuatro en total, entre el 16 de julio de 2019 y el 2 de marzo de 2020. De acuerdo a la prueba agregada al caso, el magistrado no sólo se comunicaba con Peiti sino que también lo hacía con quienes el capitalista del juego clandestino tenía relación en el desarrollo de su actividad ilícita.