-¿Despertar de qué, Miguel?

-De la dormidera en que estamos.

Miguel Cantilo ha sido siempre un detector de realidades. Un traductor -dicho mejor- de situaciones complejas de la vida cotidiana a lenguaje de canción. Casi que sobra a esta altura, recordar que fue él quien una vez escribió “La Marcha de la Bronca”, para darle voz a una generación que de eso estaba constituida. O que de su pluma también salieron canciones más jugadas, incluso, caso “Apremios ilegales” (Apremios ilegales, dolores genitales / Pistolas y cuchillo por toda tu piel /Picana en los testigos, muriendo de alaridos / Por más que grites fuerte no van a escuchar), o la tan bella como necesaria “En este mismo instante”, que explotó cuando Malvinas, más de una década después de su concepción. Lo que no sobra tanto –lamentablemente- es echar un vistazo sobre la cosecha solista del cantautor que, vaya a saber por qué motivo, no ha tenido el mismo impacto que Pedro y Pablo. 

Discos enteros como Canciones para vivir mejor o Saqueo, donde Miguel denuncia in situ, durante el primer lustro de la década del 90` y con buena parte de la población imbuida en eso del fin de las ideologías, las atrocidades del experimento neoliberal continuador de la dictadura. Algo que sintetizará, pero en reversa, a través de otro disco clave, premonitorio de una era que pintaba en sentido contrario: Sudamérica Va (2003). “ Olelé olalá, Sudamérica va / A pasión, dignidad / Y un compás pa’ bailar / Olelé olalá Sudamérica va / A crecer de verdad / Sólo con unidad”. Y así.

Ahora, dado lo dado, parecen volver tiempos similares a los que generaron la marchita más popular del país, después de la peronista. “Hay que despertar del diseño global de nuestra sociedad, planificado con mucha `muñeca´ por los esbirros del Gran Poder Económico Mundial Concentrado, que somete a la población a una conducta hipnótica y soporífera, basada en el consumo de imágenes, comida chatarra, fármacos, entretenimientos, y desinformación”, se despacha a gusto este trovador de 73 años y 32 discos, incluidos los Pedro y Pablo, Punch y una larga cosecha solista, que ha superado en número y tiempo a la de sus dos grupos: 19 trabajos, en 44 años.

Todo esto para dar cuenta del flamante disco de Cantilo cuyo nombre es el de la palabra con que arranca esta nota: Despertar. Dotado de catorce canciones, y de compañías que van de Litto Nebbia, Hilda Lizarazu y León Gieco a Kubero Díaz, Claudio Gabis y Jorge Durietz, entre otros y otras, el trabajo será escuchado por primera vez en vivo en CABA, este jueves a las 21 en el Teatro Picadilly (Corrientes 1524), como corolario de una gira argenta con paradas en Traslasierra, Villa los Alamos, Unquillo y Córdoba Capital; Rosario, Mendoza, Merlo, San Luis; y La Plata. “Se trata también de despertar de una inmediatez agobiante y distractora de sus verdaderos fines: crear millones de autómatas sonámbulos que siguen un programa de sometimiento esclavista, sin plantearse ni siquiera para qué atraviesan esta existencia”, insiste Miguel, ante PáginaI12.

Publicado por el sello “Che Discos”, Despertar fue grabado entre España y la Argentina, bajo la especial gravitación de Mariano Díaz, pianista, compositor, arreglador y productor del disco, además de las participaciones de Pablo de la Loza y Anael -hijo de Miguel- en lo concerniente a la ingeniería sonora. “La propuesta del disco se basa en una auténtica toma de consciencia de nuestra situación personal, a través de la observación crítica de los métodos con que el sistema materialista imperante va erosionando nuestras libertades, degradando nuestros valores y generando autómatas que cumplen un programa a rajatabla, dictado por la necesidad de subsistir”, profundiza Cantilo.

-Tremendo elenco juntaste para el disco. Ya había pasado con Clásicos, donde muchos músicos grabaron tus temas más populares en 2005, pero ahora doblaste la apuesta, porque la cosa va con temas nuevos. ¿Cómo y por qué surgió la participación colectiva?

-Fue una idea que íbamos madurando con Mariano Díaz. A medida que íbamos avanzando en los arreglos, se nos iba ocurriendo convocar voces e instrumentos de monstruos sagrados que admiramos sinceramente y que se prestaron gentilmente a colaborar con cada tema. La diferencia con Clásicos es que, como los de Despertar son temas nuevos, tenían que ser sometidos al acuerdo y aprobación de cada intérprete, por lo cual les ofrecíamos variantes en forma y contenido, y ellos eligieron aquellos con los que se sentían más identificados.

-¿Por qué Nebbia en “Mienten” y en “On a Saturday night” por tomar un caso?

-Nebbia en realidad estuvo muy colaborativo porque eligió estas dos canciones de las tres que le propuse. “Mienten”, registra su participación elegida con más perfil bajo, ya que prefirió hacer voces secundarias, aunque luego nosotros, en la mezcla, destacamos más su voz que estaba destinada a figurar más atrás. Y el tema principal de su aporte al disco es “On a Saturday night”, en el cual se luce más su cualidad interpretativa vocal. Es honor para mí la participación de Litto, porque es como el Decano de la canción popular contemporánea argentina… él fue quien comenzó a componer “en serio” cuando todo esto era una jarana de canciones vacías de contenido pero pegadizas al oído. Cuando la vulgaridad llenaba los rankings y los cantantes sólo pensaban en vender discos, apareció Litto y mostró una categoría nueva, una forma tributaria del tango, del folklore y del bolero, pero con una impronta nacional, en la que rock y baladas convivían armónicamente. Yo seguí ese camino y le agradezco haberlo abierto.

-“El ser real” es otra manera de colocar en tema, dado que la canción parece remitir a aquellos setentas ensoñados. ¿Cierto?

-Se trata de una temática que está siempre presente desde los viejos setentas, sí. Pero

paralelamente está muy relacionada con la primera pregunta de esta entrevista: ¿Despertar de qué? Bueno, entre otras cosas, despertar del sueño que nos hace creer que somos alguien a quien nos aferramos para darle un significado a nuestra vida. Sin embargo, un día ese “alguien” tiene fecha de vencimiento y todo lo que construimos a su alrededor se disipa. Entonces es cuando nos enfrentamos a ese Ser Real con el cual más vale haber tenido una relación más fluida. Sentarse a conversar con él más a menudo, quiero decir.

-¿Qué implica entonces “ser real”, hoy, en este mundo raro, violento y vertiginoso?

-Ni más ni menos que nuestro ser consciente, la personificación de nuestra entidad más profunda con la que sólo puede encararse un contacto desde hábitos como la reflexión interna, la meditación, las técnicas de relajación, la búsqueda de la verdad en contraposición a ese mundo raro, violento y vertiginoso, que sólo propone inmediatez, superficialidad, escapismo, competencia, materialismo desbordado y pensamiento único. En suma, sigue siendo una cuestión de elección personal, de inquietud espiritual.

-Un relax del que “Hoy amanecí”, el tema en el que participó Fabiana Cantilo, puede ser resultante, dado su sonido liviano, fresquito, bien contemporáneo. ¿En qué te inspiraste para dar con él?

-En ver a mi compañera a mi lado antes de comenzar el día. En observarla dormir y desperezarse. En empezar el día juntos. La canción me salió espontáneamente a partir de esa música tan argentina que tenía Mariano. Me hizo acordar a viejos temas de mi adolescencia y su clima bailable nos pareció a ambos ideal para invitarla a Fabiana, que justo andaba por Madrid dando conciertos. Es un tema re Fabi.

-¿Por qué decidiste grabar “La máscara”, con Baglietto? ¿en qué aspectos se retroalimentan ambos?

-A él también le di a elegir y escogió ese tema que creo que es el que mejor va con su forma de interpretar. Juan Carlos es un prodigio de versatilidad. Lo fui a ver en Madrid con Lito Vitale y no se puede creer lo bien que canta todo: tango, folclore, rock, baladas, y cada vez lo hace mejor. Me di el gusto de decírselo, es el único al que se le puede aplicar la máxima gardeliana: “cada día canta mejor”.

“Fiebre de rock and roll” expresa esa manera de rockearla que nunca falta en un disco tuyo. ¿Qué es el rock, hoy, según tu óptica?

-Sigue siendo la pulsión necesaria para decir cosas importantes, definitivas y con una dosis de humor o ironía. Estoy cantando aquí sobre ese acto totalitario internacional que fue el confinamiento pandémico. De hecho, lo compuse durante aquel episodio, al igual que “La Máscara”, otro rock and roll. En fin, el rock es un ataque de nervios controlado y dosificado estéticamente, pero un ataque al fin, un ataque contra la opresión, contra la supresión de libertades, intentando no ser suficientemente explícito como para que los vigilantes del orden establecido vengan a apretarte, a censurarte como en otras tristes épocas.

-Tu disco anterior fue Día de sol ¿Qué huella dejó?

-Por lo pronto, las necesarias para querer repetir la aventura co autoral con Mariano Díaz. Creo que aquí mejoramos la propuesta, pero Día de sol tuvo unos buenos videos en vivo, de estudio, que aún circulan por las redes, y sus resultados económicos, aun no siendo extremos, fueron los que me permitieron encarar la inversión de producción del presente álbum en mi sello.

-Treinta y dos discos en tu vida, ya. ¿Cuáles fueron los que más signaron tu destino?

-Difícil. Es como si preguntaras cuáles son mis hijos preferidos. La verdad es que no puedo hacer una elección de esa naturaleza eligiendo a unos en detrimento de otros. Es obvio que ha habido algunos que la gente ha privilegiado, o considerado los más afines a su gusto personal, pero eso a mí no me sucede. Los quiero a todos por igual. Puedo estar más agradecido a los que más puertas me abrieron, pero si los nombro, los otros se ofenden (risas).

Entre Madrid y Buenos Aires

-¿Seguís viviendo en Madrid?

-Sí. En realidad, sigo repartiéndome entre Madrid y Buenos Aires, aunque no vivo exactamente en ninguna de las dos ciudades, ya que aquí tengo mi casa en Ituzaingó y allí en las Sierras de Guadarrama, y ambas, llamativamente, quedan a cuarenta kilómetros de cada Capital. Obviamente entro cada tanto a la ciudad donde tengo amigos muy queridos.

-¿Cómo es un día en tu vida, allí?

-Parecida a la de Buenos Aires: aprovecho caminatas diarias y hago todo el ejercicio físico posible, para equilibrar lo sedentario de mi trabajo en casa, que consiste en escribir y tocar la guitarra. Pero lo fundamental para mí es la vida en pareja, el compartir, como dice la canción “Siempre los dos”.

-¿Semejanzas y diferencias entre ambas ciudades?

-Buenos Aires y Madrid son como primas hermanas, no se puede dudar del vínculo sanguíneo y cultural. Además, los madrileños tienen un cariñoso respeto por los argentinos que se van multiplicando allí, en su afán de probar suerte laboral. Tal vez no en la cantidad que acude a Barcelona, pero es notorio que hay una facilidad de adaptación para los sudamericanos en general, que tiene que ver con su aptitud para realizar aquellos trabajos que el español ya no quiere realizar. Las diferencias están más en las costumbres alimenticias y en el ordenamiento urbano, creo yo. Nosotros deberíamos aprender a convivir en multitud armónicamente y ellos a cocinar una buena pizza, o un buen asado.

-¿Por qué decidiste vivir allí?

-Por una cuestión exclusivamente amatoria. Me enamoré de una catalana que vive en Madrid, curiosa combinación, y soy muy feliz con ella desde hace más de diez años. En dos canciones de Despertar –“Adoración” y el citado “Siempre los dos”- está resumido mi sentimiento cotidiano.