“Cuando empecé a trabajar en Netflix, hace doce años, enviábamos el material en CDR’s... ¡parecía una de esas mantas en la calle!”, se ríe Todd Yellin, Vicepresidente de Innovación de la plataforma de visionado online que, paso a paso y a pesar de que existen competidoras de peso como Hulu, Amazon y las versiones web de HBO o Fox, logró convertirse en algo parecido a una marca registrada de la TV del nuevo siglo. La anécdota viene a cuento de una pregunta habitual en el medio: ya naturalizado el hecho de ver series y películas en cualquier dispositivo y sin depender de días y horarios prefijados, ¿cuál es el próximo paso? ¿Cómo innovar en un sistema que ya hizo de la innovación una costumbre?
“Lo que sigue es la personalización, el aprovechamiento de los clusters de espectadores de todo el mundo que ven contenidos similares”, señala Yellin. “Apenas doce años después, aquellos CDRs son una tecnología obsoleta; después de introducir el streaming nos planteamos cómo llevarlo a cualquier dispositivo posible, ¡hasta la posibilidad de que se vea en la tostadora! (se ríe) Cuando vinimos a Latinoamérica viajamos, visitamos hogares, hicimos focus groups... en 2011 todavía no estaba claro qué era la TV por internet, qué era Netflix, cómo funcionaba, cómo confiar en eso. Hoy es super popular en Latinoamérica, en Estados Unidos, en Canadá, en Europa. Ahora el desafío es explicarlo en Asia.”
–¿Y entonces, cuál sería el próximo paso?
–Ahora que mucha gente entiende el concepto de TV en internet, que le resulta natural el poder de empezar a ver en un dispositivo y seguir en otro en el exacto punto en que lo dejó y en el idioma y subtítulos en que estaba seteado, ¿qué podemos hacer? Hay dos caminos: primero, seguir enviando el mensaje de lo que significa esta plataforma, sea en Tailandia, en Vietnam, en México o en Argentina. Aún hay gente que huye de la tecnología, se asusta. Hay que hacer entender que es fácil. Por otro lado, la banda ancha hoy es más común pero aún no es perfecta, aún hay lugares donde es un inconveniente. Trabajamos para que la tecnología sea más y más inteligente para funcionar bien aún en lugares con menor acceso de banda. Conseguir que puedas ver contenido en un teléfono con poco ancho de banda.
–Ese es uno de los desafíos de esta era: se puede dar erróneamente por sentado que todo el mundo tiene los dispositivos y el acceso que permiten explotar las posibilidades online.
–Claro, tenemos que plantearnos lo que se puede hacer con los televisores de última generación, de mejorar aún más la imagen para que uno sienta que Brad Pitt está en la habitación con uno y mejorar el sonido con cosas como el Dolby Atmos. Pero también buscar mejorar la imagen y el sonido de modo que luzca bien no solo en el high end sino en dispositivos menos sofisticados.
–¿Y qué pasa con los contenidos? Más allá de las producciones propias de Netflix, hay materiales que solo están un tiempo y luego ya no...
–Bueno, no se puede obviar la cuestión de los acuerdos específicos con diferentes televisoras y productoras, cada uno con sus particularidades. Además de estimular el material propio (piense que el año próximo estaremos lanzando cincuenta producciones latinoamericanas), buscamos afianzar más el área de chicos, donde lanzamos contenido interactivo en el que pueden decidir cómo sigue la historia (con cosas como Gato con botas): nos estamos reuniendo con escritores para proporcionarles esta nueva herramienta para contar historias, para estimular su imaginación para narrar. También nos planteamos el tema de la gran presentación de apertura: a mí me encanta “Animal”, el tema de Regina Spektor que abre Orange is the New Black, pero una vez, dos, tres... en un momento el espectador quiere ir directo a la historia, el usuario quizá sigue veinte series a la vez y quiere optimizar el tiempo, quiere ver la introducción solo una vez y luego seguirlo como si fueran los capítulos de un libro. Es un poco como se ve en The OA, una gran introducción y luego los capítulos.
–Hace poco apareció un informe que contradijo un poco la sensación que se tiene con respecto al idioma: uno tiende a pensar que la mayoría de la gente prefiere el lenguaje original, pero...
–...¡Pero no es así! Los doblajes son cada vez más importantes: son asombrosos los porcentajes de gente que ve las series dobladas a su idioma. La mayoría del público ve el material doblado, y tengo cifras que lo demuestran: en Brasil, Arrow lo ve de ese modo un 93 por ciento de los espectadores; Vampire diaries, el 92 por ciento; Grey’s Anatomy, el 86 por ciento; Vikings el 75 por ciento; 13 Reasons why el 82 por ciento.
–¿Y Argentina?
–En español hay un uso un poco mayor del idioma original con subtítulos, pero sigue primando el doblaje. No tenemos cifras específicas de cada país pero sí un combinado de México, Chile, Colombia y Argentina, donde series como How I met your mother y House of Cards son quizá la excepción con un 50 y 50, pero otras producciones siguen la otra tendencia. Hay un 86 por ciento de los espectadores que eligen ver doblada The Walking Dead; Pretty Little Liars está en un 82 por ciento; To The Bone, el 65 por ciento; Fury of seven, un 92 por ciento. Frente a esas preferencias, no hay dudas de que tenemos que concentrarnos en buscar grandes doblajistas...