A cuatro días de asumir, Javier Milei sigue sin develar quién se hará cargo de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), un área especialmente sensible y que requiere la confianza del Presidente. Desde hace unos días suena el nombre de Silvestre Sívori como posible “Señor Cinco” –como en la exSIDE llaman a su director general–. Sívori es un abogado de perfil bajo que trabajó para el macrismo en la Nación y en la Ciudad.
Como había publicado Página/12, Sívori fue designado como uno de los enlaces entre Milei y la actual administración de Alberto Fernández. Fue quien gestionó la transición tanto en la AFI como en la Secretaría de Legal y Técnica, a cargo de Vilma Ibarra.
Sívori –sub 40– fue el jefe de Jurídicos del Ministerio de Transporte en épocas de Guillermo Dietrich. Antes, había trabajado en el Gobierno de la Ciudad. Desde 2010, había estado en la Unidad de Coordinación de Asuntos Jurídicos de la Agencia de Protección Ambiental. Después reportó bajo el ala de Dietrich en la Ciudad antes de que Macri ganara las elecciones en 2015. Estuvo también la Dirección General Técnica Administrativa y Legal de la Procuración General de la Ciudad, que es el cuerpo de abogados que representa a la administración porteña.
Sívori comparte el estudio jurídico con Manuel Izura, uno de los asesores de Germán Garavano en el Ministerio de Justicia, exabogado de la Policía Metropolitana y defensor del exsubjefe de la Armada Benito Rótolo, que terminó condenado por el escándalo de espionaje en la base Almirante Zar de Trelew.
Según pudo saber este diario, Sívori mantuvo, al menos, una reunión con la actual interventora de la AFI, Ana Clara Alberdi. En todo momento, se mostró como hombre de Milei pese a que tiene antecedentes en el macrismo. Tampoco mostró las cartas ni dijo que podría ser él quien finalmente se quede con la oficina en el quinto piso.
De acuerdo con La Nación, Sívori reporta a Nicolás Posse, futuro jefe de gabinete de Milei. Una de las versiones que echaron a rodar desde La Libertad Avanza (LLA) es que la AFI podría dejar de depender directamente de la Presidencia para estar subordinada directamente a la Jefatura de Gabinete. Bajar a la Agencia de estatus no necesariamente es algo que puede ser bien visto por la comunidad de inteligencia internacional.
En las últimas horas había sonado el nombre de Mariano Federici, extitular de la Unidad de Información Financiera (UIF) durante la administración Cambiemos, para recalar en el edificio de la calle 25 de Mayo. Sin embargo, la versión perdió fuerza. En el gobierno lo ven a Federici como un hombre de Macri, no así a Sívori.
La posibilidad de que Federici volviera se barajó, dicen, pero no terminó de cuajar. En los últimos días también anunció su número dos en la UIF, María Eugenia Talerico, que “finalmente” no se haría cargo de la Dirección Nacional de Migraciones. El exdirector de la UIF levantó el perfil en los últimos meses, particularmente después de que la ONG Bases Republicanas pidiera la reapertura de la causa conocida como “Ruta del dinero” contra Cristina Fernández de Kirchner. Fue el fiscal Guillermo Marijuan quien lo acusó de haber estado detrás de la movida.
El primer nombre que circuló para ocupar la dirección de la AFI fue el de Miguel Ángel Toma, que había estado en el cargo durante la presidencia de Eduardo Duhalde –en los tiempos de apogeo de Antonio Horacio “Jaime” Stiuso. Según comentaban en el Congreso, Toma venía con el visto bueno de Cristian Ritondo, la espada de Macri en la Comisión Bicameral de Inteligencia (CBI). Las versiones también indicaban que Toma habría tenido algún acercamiento a la vicepresidenta electa Victoria Villarruel, pero rápidamente Milei se ocupó de descartar que fuera su elegido.
Villarruel había tenido intención de tener algún tipo de injerencia en el área de inteligencia, pero finalmente quedó corrida de esa esfera al igual que de las de seguridad y defensa. Milei optó por sellar su alianza con Patricia Bullrich a través de su designación en el Ministerio de Seguridad y el nombramiento de Luis Petri como titular de la cartera de Defensa. Villarruel, hija dilecta de la familia militar, deberá conformarse con su rol en la presidencia del Senado.
A priori, Milei tendrá el reto de conseguir los avales en la Cámara Alta para nombrar a quienes ejerzan como director y subdirector de la AFI. El gobierno del Frente de Todos únicamente tuvo interventores: Cristina Caamaño, Agustín Rossi y Alberdi. Durante la gestión de Caamaño, se modificó la estructura interna para que no hubiese un número dos y, de esa forma, evitar un doble comando.
Durante la campaña, Milei anunció que prevé reformar la Ley de Inteligencia, que se aprobó durante la administración de la Alianza y se modificó durante el último año de gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Caamaño trabajó junto con un consejo asesor en una propuesta de reforma, pero la iniciativa nunca llegó a tratarse.
Otro de los retos de Milei será esquivar los escándalos que tuvo en materia de espionaje su aliado Macri. Sin embargo, el libertario llegará a la Casa Rosada con viento a favor del Poder Judicial, que la semana pasada -- a través de la Cámara Federal de Casación-- le concedió poderes de control de las manifestaciones sociales a los servicios de inteligencia más allá de los que les atribuye la normativa vigente, según denunciaron desde el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS).