Hace 40 años la sociedad argentina ponía fin a la etapa más cruel y sangrienta de su historia, la dictadura cívico militar eclesiástica que gobernó nuestra patria desde el 24 de marzo de 1976 hasta el 10 de diciembre de 1983, que tuvo su prolegómeno en los secuestros, desapariciones y asesinatos cometidos por la banda paramilitar conocida como la Triple A, que comenzó a operar a fines de 1974.
El terror, miles de detenciones, secuestros, desapariciones, apropiación de niños y niñas nacidos en cautiverio o secuestrados con sus madres y padres, la existencia de centros clandestinos de detención, torturas, violaciones y ejecuciones de todo tipo, entre ellas, arrojar con vida al mar a los y las secuestradas en los llamados “vuelos de la muerte”, fueron el resultado del plan sistemático de exterminio y control social que se descargó sobre nuestra población, sustentado en la Doctrina de la Seguridad Nacional que se aplicó en los países de la región.
Ese plan fue diseñado y aplicado para poder llevar adelante los grandes cambios que requería el poder económico concentrado: no había otro modo de transformar la matriz productiva de nuestra patria. La apertura indiscriminada del comercio exterior, el recorte de los presupuestos de salud y de educación, la privatización de los recursos económicos y financieros del Estado, marcaron el inicio de la destrucción de la industria nacional y el empobrecimiento de grandes sectores de la población, además del vaciamiento ideológico y cultural.
La lucha organizada del movimiento de derechos humanos y la resistencia obrera, le pusieron fin a la dictadura y llegamos al 10 de diciembre de 1983 con la asunción del Raúl Alfonsín.
La democracia trajo esperanza al pueblo argentino, por primera vez en la historia de nuestra patria, se juzgó a los responsables del genocidio de la dictadura. El NUNCA MAS que coronó aquel juicio sintetizó, y sigue sintetizando, la aspiración que aún hoy, a casi 40 años de aquel momento, expresa nuestro sueño de la construcción de una democracia con paz e inclusión social.
Las leyes de impunidad y los indultos fueron un duro golpe, pero nuestra lucha no se detuvo y durante los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández se logró poner fin a la impunidad. Hoy hay 1200 genocidas condenados y más de 300 sentencias son resultado de la marcha que no cesa, ni cesará, porque seguimos construyendo memoria, buscando verdad, exigiendo justicia. Defenderemos los espacios reconocidos como “Sitios de Memoria” y seguiremos reclamando por la restitución de la identidad de quienes fueron apropiados/as y por el destino de todas las personas desaparecidas.
Nadie puede dudar de cuánto hemos peleado por alcanzar y sostener la democracia como sistema que la mayoría del pueblo argentino elegimos para vivir y a la que celebramos como sistema de participación y ejercicio de ciudadanía, garantizado por la Constitución Nacional y las leyes derivadas.
Hoy, tendremos un gobierno que utiliza el negacionismo y los discursos de odio para reivindicar la dictadura militar, lograr impunidad sobre los responsables del genocidio, violando el principio de la no repetición. Llegan los mismos funcionarios con las mismas propuestas económicas de endeudamiento, cierre de industrias, saqueo de nuestros bienes naturales, privatización de las empresas estatales con la miseria y exclusión de las mayorías populares.
Los organismos de Derechos Humanos vamos a defender las políticas de Memoria, Verdad y Justicia que se vienen implementando en nuestra patria y que son ejemplo en el mundo entero. Vamos a exigir al Gobierno Nacional que asume este 10 de diciembre, el respeto irrestricto del derecho a la vida y a la integridad física de las personas, como así también el respeto del derecho al trabajo, a la vivienda, la salud y la educación universal y gratuita, los salarios y jubilaciones dignas, los derechos de las mujeres, del colectivo de la diversidad sexual y de las comunidades de pueblos originarios, incluido el reconocimiento a la propiedad de sus tierras ancestrales.
En su defensa, con la más amplia unidad, seguiremos dando la disputa ante el Poder Ejecutivo, el Poder Judicial y en el Congreso, con todas las herramientas que la democracia nos provee, también ocupando las calles y movilizándonos. Hoy como ayer, seguiremos gritando con todas nuestras fuerzas
Democracia para siempre. Nunca Más el odio. Nunca Más el silencio.
Memoria, Verdad y Justicia. 30.000 detenidos desaparecidos, ¡Presentes!
Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora
Familiares de desaparecidos y detenidos por razones politicas
Familiares y Compañeros de los 12 de la Santa Cruz
H.I.J.O.S. Capital
Asamblea Permanente por los Derechos Humanos
Comisión Memoria Verdad y Justicia Zona Norte
Asamblea Permanente por los Derechos Humanos La Matanza
Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos
Liga Argentina por los Derechos Humanos
Fundación Memoria Histórica y Social Argentina
Asociación Buena Memoria