El fútbol vive tensiones que hoy se expresan más afuera que adentro de la cancha. La rivalidad deportiva quedó superada por la grieta donde manda la política. El mercado sigue omnipresente aunque tiene mala prensa. Boca es el ejemplo más claro de lo que pasa. Porque detrás de la pelea Riquelme-Macri, el ídolo plebeyo que toma mate y siguen multitudes contra el expresidente de la patria contratista que busca desbancarlo, hay un mayor conflicto de intereses. El modelo de club social se enfrenta con el de la clase dominante. Las sociedades anónimas sobrevuelan el patrimonio histórico de los clubes. Nadie quiere saber algo con ellas salvo una notoria minoría. Nunca hubo química. Nuestra cultura futbolística no es offshore, ni gusta de franquicias de dudosa procedencia. Tampoco de experimentos con gerenciamientos. Ricardo Nissen, profesor de derecho comercial y exinspector general de Justicia hasta la semana pasada, es uno de los abogados que más conoce este entramado. Tiene un olfato especial para detectar zorros en el gallinero. Sabe que las sociedades civiles sin fines de lucro son un botín muy preciado.
-¿Cuál es la mejor fórmula jurídica para que los clubes de fútbol en la Argentina se defiendan contra las SA, si consiguieran vía libre para operar?
-Buscaría resistir con la legislación que tenemos y hacer algunas modificaciones en la Ley de Sociedades y en el Código Civil y Comercial. Alentar eso para proteger el patrimonio de los socios, pero jamás una sociedad anónima deportiva como la presume o la ve Macri. No, acá las SAD perdieron la votación en AFA cuando Macri era presidente de Boca y ahora 45 a 0, de manera escandalosa. Después vino el sucedáneo que fue el de las gerenciadoras y resultó peor.
-Las sociedades offshore con la opacidad que tienen siempre lo desvelaron. ¿Pudo hacer algo contra ellas en sus dos períodos de gestión en la Inspección General de Justicia (IGJ)?
-Yo lo que le digo es lo siguiente. Hasta el 2003 que asumí el cargo por primera vez, no se había hecho absolutamente nada. Nosotros dejamos una resolución única en el mundo que puso coto a las SA offshore, la resolución 7 de 2003. Estas permitían el lavado de dinero, la fuga de capitales y el ingreso de dinero sucio a la Argentina, toda una serie de cosas que reveló a Macri como uno de los artífices de la operatoria. Ese fue un hito importantísimo en el combate contra las offshore.
-¿Cómo operan estas sociedades en el país?
-Las offshore que provenían de paraísos fiscales se reemplazaron con las Sociedades por Acciones Simplificadas, las famosas SAS. Tienen las mismas características de aquellas: un capital mínimo con un domicilio ficticio y un objeto tan amplio que pueden hacer cualquier actividad. Son sociedades de un solo socio. Toda la filosofía de las offshore es para que no se encuentren a sus integrantes. Porque las puede hacer un argentino desde afuera. Y estaban reservadas básicamente para los emprendedores, y la gente se preguntaba: ¿los emprendedores quiénes son? En España están definidos. Acá no hay emprendedores. Cuando nosotros empezamos a atacar a esa doctrina decían: emprendedores somos todos. Cualquiera es un emprendedor. Usted no puede tener una ley para todos los ciudadanos y otra para los emprendedores.
-¿Cómo es eso?
-¿Cómo va a haber dos regímenes diferentes? En una ley como la 27.349 de 2017, los emprendedores pueden hacer todo y en la común no. Emprendedores que no tienen capital o un capital ridículo. Uno hacia el contrato de esa sociedad desde su casa, lo mandaba por internet a la IGJ y la Inspección lo autorizaba automáticamente. Por eso se comprobó que la banda de los Monos la utilizó o la usaron muchísimo en una usina de facturas truchas. El 35 por ciento de las offshore inscriptas son de Delaware o Miami y de argentinos que quieren hacer negocios acá y cobrar dividendos allá.
-Los clubes son casi un muro de contención para las SAD. ¿Por qué en otras actividades el mercado avanzó permanentemente hasta conseguir sus objetivos?
-Hoy es impresionante cómo se hacen las sociedades para delinquir. Si no quieren soportar el riesgo empresario, en ese sentido tengo que decir que, lamentablemente, la ley de unificación del Código Civil y Comercial cometió errores gravísimos, como que los socios de las sociedades de hecho no tengan responsabilidad social e ilimitada, lo cual es un gran disparate. La gente hoy quiere sociedades para que nadie se entere quiénes son sus integrantes. Y después irse a la m… y desaparecer del domicilio. Ese es un rasgo de las offshore.
-Si el gobierno de Javier Milei quisiera ir por la transformación de los clubes en sociedades anónimas, ¿por dónde podrían materializar su proyecto? ¿Por el Congreso? ¿Por la IGJ? ¿Por la Justicia?
-No va a pasar, pero si a las sociedades les saca el famoso control de la legalidad y se vuelve al sistema de inscripción por computadora, ahí se le van a filtrar todas. Si no hay otra ley no creo que vayan a lograrlo, harían el ridículo. Hoy las SAD no pasan, podrían someter el tema a consideración de la Cámara y depende cómo venga la cosa.
-¿Quién conducía la IGJ antes de usted durante el gobierno de Macri y quién cree que podría sucederlo ahora?
-Un tal Brodsky (Sergio) estuvo antes, que decía era el hermano de la bebota, la actriz (Adriana). Pero el que manejaba la IGJ era el ministro de Modernización Andrés Ibarra, que ahora se postula como candidato a presidente de Boca. Él mandaba gente a la Inspección, que estuvo muy vaciada en esa época con permanentes regímenes de retiro obligatorio. Cuando asumí en el 2020 estaba vaciada.
-Si tomamos en cuenta los antecedentes de Ibarra en la IGJ y ahora como candidato en Boca con Macri detrás, ¿qué podría augurarse para el destino del club?
-Nada, nada bueno viene para Boca a nivel institucional. A Macri solo le interesa hacer negocios en el fútbol. Y en un club de fútbol como Boca, como en todos los de la Liga o la Primera Nacional. En los clubes de barrio, algunos atienden hasta enfermos, es impresionante. Yo he sido muy activo en ir a visitar los clubes de barrio. Ahí el jubilado que no tiene nada qué hacer en su casa se va a jugar con sus amigos a las cartas, pasa sus últimos años ahí. Están los tipos que trabajan y a las 7 de la tarde van a jugar con sus amigos al truco. Van los chicos de la calle. Durante el gobierno de Macri el club que más dinero recibió durante su presidencia fue uno de Córdoba donde se practica golf y otro de bridge donde jugaba su padre Franco. Él no tiene ninguna vocación solidaria. Nosotros simplificamos los balances, permitimos la digitalización, la rúbrica de los libros, la facilitación de sus trámites. Quizás la más vistosa es la parte del fútbol pero la labor social de los clubes de barrio es indispensable.