Hija de la familia militar e integrante de organizaciones que buscaron justificar los crímenes de la última dictadura, Victoria Villarruel logró la proeza de convertirse en vicepresidenta de los argentinos y las argentinas. Sin embargo, la abogada llega a la asunción habiendo perdido varios de los atributos que creyó propios durante la campaña de La Libertad Avanza (LLA). Entre ellos, la ascendencia sobre los ministerios de Seguridad y Defensa. Pese a la merma de influencia dentro del Gabinete de Javier Milei, existe preocupación entre organismos de derechos humanos de que busque avanzar con una agenda abiertamente negacionista. “Los organismos vamos a unirnos y consensuar formas de actuar conjuntamente. Nosotros vamos a seguir en la misma lucha y, como siempre, en paz”, remarca Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo.
Este domingo, Argentina cumplirá 40 años de democracia. Ese día, asumirán Milei y Villarruel. Ella ya explicitó cuál es su pensamiento: cree que todo lo que se contó en los últimos 40 años es una invención de las Madres y de las Abuelas en conjunto con la izquierda. De esa forma, impugna piezas fundamentales para la democracia argentina como el informe Nunca Más o el Juicio a las Juntas.
“Estamos muy preocupados. No sabemos qué gobierno tendrá este hombre con este carácter y esta forma de ser tan variable”, reconoce Estela de Carlotto. “Villarruel ha sido feroz, sobre todo con mi persona. Se molestó porque dije que no tenía tiempo para referirme a ella, y no lo tengo”, agrega la dirigente del movimiento de derechos humanos –reconocida en el mundo por su lucha para encontrar a los nietos y a las nietas, y a quien la vicepresidenta electa caracterizó como un personaje siniestro.
Villarruel tiene 48 años y una larga militancia en organizaciones que reivindican o justifican lo actuado durante la última dictadura. Fue parte de la Asociación Unidad Argentina (Aunar), conformada por jerarcas dictatoriales que se vanagloriaban de su cruzada “antisubversiva”. Según contó el mayor retirado Pedro Mercado –marido de Cecilia Pando–, fue parte de Memoria Completa y de Jóvenes por la Verdad, un grupo que expresaba su solidaridad con los represores presos. Página/12 también publicó una imagen en la que se veía a Villarruel marchando junto a Pando por una “Navidad sin presos políticos” en diciembre de 2005.
Antes del balotaje, ella delineó algo de su agenda también en materia de memoria. Dijo que en los juicios se habían violado las garantías de los imputados, presentó al represor Juan Daniel Amelong como una víctima, pidió un destino más “disfrutable” para el Espacio Memoria y Derechos Humanos –exESMA– y dijo que quería a los “terroristas” presos. Desde 2006, Villarruel preside el Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas (Celtyv) que busca enjuiciar a los militantes de los años ‘70.
El gran interrogante es si Villarruel tendrá la capacidad necesaria para imponer su agenda, cuando quedó corrida de la mesa de decisiones de LLA. A pesar de que en la campaña, ella dijo que iba a decidir quiénes serían los ministros de Seguridad y Defensa, Milei privilegió su alianza con Patricia Bullrich por encima de la lealtad con su vicepresidenta.
Tensionados
Milei entró en tensión antes de la segunda vuelta. Primero se la vio con una bandera con sello propio en una recorrida por Recoleta. Después se supo que se había reunido con Mauricio Macri a solas. El expresidente contó que ella fue quien gestionó el encuentro a través de un conocido en común –cuyo nombre no quiso revelar porque afirmó que no venía del mundo de la política.
En el Congreso, cuando se los proclamó presidente y vicepresidenta electos, hay quienes notaron que estaban sobreactuando afinidad. “Siempre llegaban juntos, pero esta vez, no”, comentó al pasar una diputada.
Villarruel deberá ahora concentrarse en su rol en el Senado. Si bien mantuvo reuniones con distintos bloques, la impresión general que se llevaron los senadores era de desconocimiento de cómo funciona la Cámara Alta. “Son muy improvisados, pero sospecho que aprenderán rápido”, confió un participante de esos encuentros. Tampoco parece tener demasiada prédica dentro del bloque de siete representantes de LLA en el Senado, que responden directamente a Milei o sus líneas políticas –como Guillermo Francos, futuro ministro del Interior y, por ende, responsable de las relaciones con las provincias.
La agenda alternativa
Vilarruel perdió la pulseada con Bullrich, que se quedó con el Ministerio de Seguridad y acomodó a su compañero de fórmula, Luis Petri, en Defensa. Ante el desplante de Milei, buscó plantar bandera y –con una recorrida por las tres fuerzas de seguridad que no tienen conducción civil– mostrar que ella sigue siendo la abanderada de los uniformados. La vicepresidenta electa también pretendía tener influencia en la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), pero todo indica que ese área quedará bajo la órbita de Nicolás Posse, quien asumirá como jefe de Gabinete de Milei.
Villarruel tenía el objetivo de colocar a gente de su confianza en esas áreas, sobre todo provenientes de Oíd Mortales, la fundación que ella preside. Los nombres que más sonaban eran Guillermo Montenegro –diputado por LLA y su mano derecha en el Senado– y Jorge Lenard Vives –un coronel retirado especializado en inteligencia.
Una de las preguntas que recorre a referentes del movimiento de derechos humanos es si la pérdida de lugar en la mesa de decisiones le dará más tiempo a Villarruel para dedicarse a su agenda de “memoria completa”. En los tribunales dicen no conocer a ningún operador político que hable por la vicepresidenta electa. Ella tiene interés en algunos expedientes: el caso Larrabure que está en la Corte Suprema –donde afirman que no está en carpeta para salir–, la causa de la bomba en Coordinación Federal en la Cámara Federal porteña –donde deslizan que se postergaría su resolución para el año próximo– y un planteo ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos por el asesinato del capitán Humberto Viola y su hija.
“El proyecto que encarna esta coalición es negacionista. El propio Milei anunció que van a llevar adelante una batalla cultural contra las izquierdas y el progresismo. Lo que se explicitó durante la campaña va a seguir. Sabemos también de la potencia del discurso oficial en lo que hace a memoria, verdad y justicia”, dice la abogada Guadalupe Godoy, que detectó visitas de Villarruel a genocidas presos. “Más allá de que quien esté al mando sea Bullrich o Villarruel, es evidente que la propuesta política que van a llevar adelante requiere represión. Y está claro que habrá resistencia”.
El viernes se conmemoraron los 46 años de los secuestros de los doce militantes que solían reunirse en la Iglesia de la Santa Cruz. Se los recordó con un acto nutrido en el que se habló del futuro con un gobierno que se refiere a los crímenes de la dictadura como errores y excesos en el marco de una "guerra". “Les decimos que no les tenemos miedo, que más que nunca, vamos a seguir defendiendo la memoria, la verdad y la justicia", leyeron desde el palco. Abajo estaban referentes del movimiento de derechos humanos como Taty Almeida, integrante de Madres de Plaza de MayoLínea Fundadora.
En Campo de Mayo, hubo otra actividad este sábado para pedir que se continúe con la construcción del espacio de memoria. Nora Cortiñas acompañó a los sobrevivientes y también se refirió a lo que vendrá con un gobierno que despertó la algarabía de quienes están detenidos por crímenes de lesa humanidad. “Seguiremos, no bajaremos los brazos”, prometió. “No permitiremos que queden los genocidas libres”.