Este domingo, Buenos Aires será uno de los lugares más calientes del planeta. No por el clima, sino por la presencia de líderes que tienen que ver con los dos mayores conflictos de la actualidad, Israel-Palestina y Ucrania-Rusia. A esto se agregan referentes de otros odios y pasiones, como las de Brasil, por ejemplo, dada la visita de Jair Bolsonaro, del ultraderechista mandatario de Hungría, Viktor Orban, o el rey de España, Felipe VI. O sea, que las fuerzas de seguridad vienen trabajando desde hace semanas en la hipótesis de que pueda haber algún tipo de incidente, incluso perpetrado por lo que llaman los lobos solitarios, nombre que se le ha puesto a la aparición de algún loco dispuesto a hacer lo que él considera justicia por mano propia. El ministro Aníbal Fernández es responsable de la seguridad hasta que jure Javier Milei y dispuso que se forme un comando conjunto de las cuatro fuerzas de seguridad, la Policía Federal, Gendarmería, Prefectura y Policía Aeroportuaria. Ni bien haya jurado Milei, Fernández deja de estar a cargo, pero la posta no la toma Patricia Bullrich, que todavía no juró para ese momento. Sin embargo, el Comando Conjunto seguirá operando y Bullrich, tácitamente, estará en la supervisión.
La Argentina ya sufrió dos tremendos atentados -Embajada de Israel y la AMIA-, supuestamente porque Carlos Menem se alineó con Estados Unidos e Israel en la política internacional, en especial en la Guerra del Golfo. A esto se suma la tentativa de asesinato de Cristina Kirchner durante 2022. De manera que el país registra antecedentes gravísimos y, como se sabe, la escena en Israel-Gaza y Ucrania abre las puertas a que aparezcan fanáticos. En Buenos Aires estarán el presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky y el canciller de Israel, Eli Cohen.
Trayecto de ida
Por lo que se sabe, Milei saldrá después de las 11 del Hotel Libertador y estará escoltado, como es tradicional, por los Granaderos a Caballo. De esa manera, llegará al Congreso. Antes de su arribo, Cristina Kirchner ya le habrá tomado juramento a la nueva presidenta, Victoria Villaruel. Como se sabe, Milei firmará el libro de visitantes y luego prestará juramento, presuntamente ante la nueva presidenta de la Asamblea Legislativa, Villaruel. El paso siguiente es que Alberto Fernández le entregará los atributos de mando, principalmente el bastón y la banda presidencial.
Toda esa parte del operativo será seguida por Aníbal Fernández desde el Departamento Central de la Policía Federal y desde el Ministerio de Seguridad. Pero Fernández presentó su renuncia con concreción en el momento en que asume el nuevo gobierno, es decir cuando jure Milei. Como habría un vacío, dado que todavía no estaría en el cargo Patricia Bullrich, Fernández combinó con los cuatro jefes de las fuerzas de seguridad que presenten la renuncia, pero que se mantengan en el cargo hasta que se hayan designado los nuevos jefes de cada fuerza. Algo que puede ocurrir el lunes, el martes o dentro de una semana. Significa que el Comando Conjunto continuará en funciones y estará operativo en la parte más delicada de la jornada.
Discurso y camino a la Rosada
La primera complicación está en que Milei anunció que su discurso inaugural no se realizará dentro del Congreso sino en las escalinatas que dan a la Plaza de los Dos Congresos. Este sábado se estaban haciendo los preparativos. Como es obvio, el nuevo mandatario queda expuesto en un escenario tan abierto.
Pero también trascendió que Milei realizará el recorrido desde el Congreso hasta la Casa Rosada en un auto descapotable. Incluso se menciona que tiene la intención de bajarse del vehículo para ir caminando la última parte, desde 9 de julio hasta la sede del gobierno. Todo esto fue desaconsejado por las fuerzas de seguridad, pero la decisión final la tomará el propio Milei. Pese a que Bullrich no habrá todavía jurado como nueva ministra, se supone que supervisará toda esa parte del recorrido.
La realidad es que en casi todas las asunciones se corren riesgos. Se recordará que Néstor Kirchner, en 2003, se acercó a la gente que estaba en Plaza de Mayo y, en el marco de la efusividad, sufrió un corte en una de sus cejas. Ocurre en la Argentina y en el mundo.
Sin embargo, la circunstancia parece distinta esta vez, con una sociedad muy influida por las redes sociales, las amenazas, los odios y rencores. A lo que se suma ahora la visita de Zelensky y Cohen, y sobre todo, las posturas del presidente electo en ambos conflictos. La lógica es que todo transcurra con tranquilidad, pero el operativo de seguridad no puede fallar.