El presidente Javier Milei anunció este domingo en su discurso de asunción que su plan de ajuste y desregulación "impactará de modo negativo" en la economía argentina, pero apeló a una fórmula ya utilizada por el macrismo entre 2015 y 2019 y afirmó que "habrá luz al final del camino", una frase que popularizó la vicepresidenta de ese gobierno.
En las escalinatas del Congreso, Mieli dio detalles -enmascarados en una extensa serie de inexactitudes sobre la economía que recibe- sobre el brutal programa de ajuste que llevará adelante, ante sus simpatizantes que gritaban "motosierra, motosierra, motosierra".
El flamante mandatario confirmó que realizará un ajuste que se implementará en forma de shock, porque "no hay lugar para el gradualismo", en sus primeros meses de gobierno.
Aclaró que con su plan agravará la crisis económica, que impactará en caída de empleos y salarios, en la pobreza y la indigencia, y que recaerá sobre el Estado y no sobre el sector privado.
"No hay alternativa al ajuste y al shock. Naturalmente eso impactará de modo negativo sobre el nivel de actividad, el empleo, los salarios reales, la cantidad de pobres e indigentes. Habrá estanflación", explicó Milei.
“Sabemos que será duro, pero nada grande y duradero se conquista si no es a costo de supremos esfuerzos y dolorosos sacrificios”, enfatizó durante su discurso de 30 minutos.
En otro tramo, volvió a emplear datos de dudosa credibilidad para justificar un brutal ajuste como única posibilidad de salida: “La inflación hoy ya viaja a un ritmo de 20 y 40 por ciento entre diciembre y febrero, nos dejaron plantada una hiperinflación. Vamos a hacer todos los esfuerzos para evitar esta catástrofe que llevaría a la pobreza al 90 por ciento y a la indigencia al 50 por ciento".
"No hay solución alternativa al ajuste", remarca. Sin embargo, aclaró, en una frase cuyo copyright pertenece a Gabriela Michetti, "habrá luz al final del camino".
"Sabemos que en el corto plazo la situación empeorará, pero luego veremos los frutos de nuestro esfuerzo, habiendo creado las bases de un crecimiento sólido y sostenido en el tiempo", se entusiasmó.
Según el ultraderechista, se tratará del "último mal trago para comenzar la reconstrucción de Argentina".
Este "mal trago", anticipó sin embargo, será un camino difícil de recorrer. "No va a ser fácil: 100 años de fracaso no se deshacen en un día pero hoy es ese día; terminamos el camino de la decadencia y comenzamos a transitar el camino de la prosperidad. Tenemos la resiliencia para salir adelante", insistió.
Para lograrlo, propuso establecer desde este domingo un "nuevo contrato social en el que el Estado no dirija nuestras vidas sino que vele por nuestros derechos".
La luz al final del túnel
La promesa de "luz al final del camino" que hizo este domingo Milei tiene un negativo antecedente, ya que siete años atrás el macrismo utilizó la misma figura para pedirle paciencia a la población respecto a los efectos positivos del plan de ajuste que luego se recogerían, algo que nunca ocurrió.
La encargada de prometer "luz" al final del túnel en 2016 fue la entonces vicepresidenta Gabriela Michetti. “Yo siempre dije que lo que estábamos viviendo era un momento probablemente de los más difíciles que tengamos que vivir, porque obviamente cuando uno sale del populismo, duele", había dicho Michetti en una entrevista con el diario El Tribuno cuando le preguntaron si la reactivación llegaba en la segunda mitad del año.
“Resulta que vamos en el túnel y vemos todo oscuro y algunos se empiezan a preguntar si iremos bien. El segundo semestre es el momento en el cual aparece la luz en el túnel allá lejos, pero seguís en el túnel", indicó entonces.
Y siguió entusiasmada con la bondades que sucederían finalmente a los sacrificios de la sociedad: “Empezás a ver que la inflación cae, empezás a ver que la mano de obra de la construcción empieza a contratarse con obras concretas en varias provincias. Empezamos a ver pequeñas luces pero no vamos a sentir en la vida familiar un alivio o una reactivación, porque para que el crecimiento de la economía se de sí tenemos que esperar hasta el año que viene".
El alivió y la reactivación no llegaron al año que viene, como le gustaba imaginar a Michetti. En verdad, no llegaron nunca durante el macrismo.