En una mañana que prometía lluvia y con organismos de derechos humanos recordando que fueron 30 mil las y los desaparecidos durante la última dictadura militar, Gustavo Saénz renovó su cargo como gobernador de la provincia de Salta en una ceremonia en el recinto de la Legislatura provincial.
Rodeado por senadores y diputados provinciales, miembros de los cuerpos del Ejército Argentino y otras fuerzas de seguridad, diplomáticos acreditados en la provincia, el arzobispo de Salta, Mario Cargnello, y miembros de su nuevo gabinete, el mandatario juró por Dios, la patria y los Santos Evangelios defender la provincia durante los futuros cuatro años de su gestión al frente del Estado provincial. En su discurso volvió a hacer una defensa del federalismo, reindicó el bloque regional y reclamó obras para el norte argentino.
"Los argentinos hemos concurrido a las urnas y elegimos libremente a
nuestras autoridades. Debemos celebrar los 40 años de democracia",
dijo al comenzar su discurso.
"Como intendente o como gobernador he buscado establecer acuerdos, más allá de los colores políticos", recordó. "Mi conducta seguirá ese norte en esta nueva etapa: acompañando lo que haya que acompañar y oponiéndome a lo que tenga que oponerme". Al promediar su lectura, reclamó a la nueva gestión nacional que continúe la obra del Gasoducto Reversal del Norte. "Debe quedar claro que el norte de la patria necesita el gasoducto. Es una obra prioritaria. Que no sorprenda que en junio, cuando se termine el convenio firmado con Bolivia (que abastece en la actualidad), el norte se quede sin gas", advirtió. Por eso pidió "a los funcionarios y al Presidente que dé continuidad al Reversal del Norte". "Hay argentinos en los rincones profundos de la patria y es nuestro deber lograr las condiciones para el progreso y desarrollo", reclamó.
Sáenz también reclamó al Gobierno nacional que convoque a las provincias a discutir un reparto más equitativo de los recursos coparticipables. "Es necesario discutir la coparticipación y cumplir el mandato de la Constitución de 1994", insistió. "Van a ser 30 años" que no se concreta esta negociación entre la Nación y las provincias. Solicitó a la nueva gestión nacional "que tenga visión federal" para trabajar "de forma conjunta para que todos los argentinos tengamos las mismas oportunidades". Luego habló de la eliminación del impuesto a las ganancias, dijo, se trataba de un impuesto "injusto porque el salario no es ganancia", pero retomó el reclamo ya expresado por los gobernadores del Norte Grande al afirmar que significó una "pérdida importante" para las arcas provinciales.
Sobre la reconfiguración de los frentes interprovinciales, recordó la reunión que mantuvo con gobernadores de las provincias de Misiones, Río Negro y Neuquén. "Decidimos que es necesario construir una arena común en defensa del federalismo y los intereses de las provincias". Para Saénz, el desarrollo es inviable si no se siguen algunas premisas, que las incluyó dentro de una política consensuada que consolide un bloque regional sólido para vencer las desigualdades históricas y potencie "las ventajas competitivas de la región con políticas públicas comunes e infraestructura compartida".
Invitó a senadores y diputados nacionales por Salta a "defender la patria chica y los intereses de los salteños". Argumentó que el bienestar general "no es un sueño individual, sino un proyecto colectivo", dijo. "Salta pudo superar las grietas", remarcó nuevamente, "trabajando juntos mas allá de los signos políticos. Los enemigos no son los adversarios políticos: son la inflación, la pobreza, la inseguridad y la falta de oportunidad de los jóvenes", detalló. "Esa es la agenda de la gente, no la agenda de los políticos".
"No hay líderes mesiánicos"
En su nueva gestión Saenz no descartó un horizonte con dificultades, aunque diferentes a las que le tocó vivir en su primer tiempo al frente del Estado salteño, años signados por la desnutrición infantil en el norte provincial, la pandemia, "la sequía más profunda en los últimos 50 años", la guerra en Ucrania, y la crisis inflacionaria interna, recordó. "Vienen tiempos muy dificiles para los argentinos", insistió, "con un escenario económico muy complicado que multiplicará problemas y desafíos que debemos enfrentar".
Sin embargo, en varios tramos sus palabras fueron de aliento para la población provincial. "El gobierno llegará a todos los lugares de la provincia", aseguró. "Nunca me quedaré en un escritorio: nuestro lugar va a estar con la gente, evitando la soberbia y gobernando para los que nos votaron y los que no", palabras que encendieron los aplausos de todos los presentes en el recinto legislativo.
Insistió en "terminar con la grieta, que tanto daño hizo a los argentinos", e invitó a los y las representantes políticos de las diversas fuerzas a "construir puentes entre los distintos actores". Criticó a quienes se creen "dueños de la verdad" porque a su entender, "no hay líderes mesiánicos". Reclamó a los miembros de su gabinete -que juraron después del discurso- dialogar y "consensuar políticas que nos hagan salir de la grieta". "Nada se construye desde allí: se construye con grandeza y sabiduría, (con) tolerancia, y desde el amor por todos y cada uno de los argentinos. En ese lugar me van a encontrar trabajando", resaltó.
Detalles de la primera gestión
Saénz describió su primera gestión como "muy dura", "cuatro años muy difíciles", pero que fueron enfrentados desde la gestión provincial con austeridad y planificación. Destacó que en su primer mandato cumplió con mantener los salarios por encima de los índices inflacionarios: "Los sueldos de la administracion publica siempre estuvieron por encima de la inflación", dijo, una afirmación que asintió uno de los representantes gremiales presentes en la asunción de esta mañana, Gustavo Soto, de UPCN.
"Recibimos la provincia con una obra pública que implicaba el 3,5% del presupuesto. Este año cerramos con casi el 14%", aseguró. "Con más de 100 mil obras ejecutadas, con una
inversión en medio de la sequía, la pandemia y la crisis económica, nosotros decimos que somos lo que hacemos", aseguró en medio de aplausos. En su breve repaso por la obra pública, eslabón central a defender en la nueva etapa del Gobierno nacional, puntualmente se
enfocó en los hospitales construídos, las salas de atención primaria refaccionadas, la obra de infraestructura como caminos y
rutas que permiten la conectividad, y también aquellas que generan
condiciones para la inversión en la provincia. Destacó el crecimiento del empleo minero y que la actividad turística también es un motor generador tanto de trabajo genuino como de divisas.
"Debemos ofrecer a la iniciativa privada las condiciones necesarias", aseguró y apeló a esa fórmula de articulación público-privada para apostar al "desarrollo a través de la minería, el agro, el turismo, el comercio, y la industrializacion". Afirmó que la pobreza en el norte argentino debe terminar, porque la región tiene un potencial propio que deviene de los recursos naturales que fueron transferidos a las provincias por la Constitución Nacional reformada en 1994. "Solo necesitamos una oportunidad", dijo.
Mencionó además que lo invertido en seguridad fue destinado a que las fuerzas provinciales cuenten con "más equipos, más moviles, más camaras de vigilancia, más recursos", indicó aunque aclaró que en la apertura de sesiones legislativas de marzo próximo, ofrecerá un detalle pormenorizado de su primera gestión y brindará precisiones sobre la gestión en 2024. Sin embargo, aseguró que las obras realizadas no fueron antojadizas y que se hicieron "sin tomar una deuda que nos comprometa". Citó que en su gestión se redujo la deuda provincial en 124 millones de dólares. Recordó que para la obra pública se gestionaron fondos tanto en la Nación como en organismos internacionales. Y recordó que en su primera gestión se entregaron "más de 4.000 viviendas" y se encuentran trabajando para entregar 6.533 más.
Al finalizar Saénz reclamó a sus funcionarios agudizar el ingenio que permitan la gobernabilidad en los tiempos que vienen. "Vamos a tener que ver cómo nos ingeniamos para generar leyes que para permitirnos producir, industrializar". También recalcó que "el Estado no puede ser una bolsa de trabajo", pero su deber es "generar las condiciones" para que la población acceda a un trabajo digno. Reclamó respetar la división de poderes "Que el Poder Judicial se ocupe del pasado sin intervencion de la
política, que el Ejecutivo se encargue del presente, y que el Legislativo
de encargue del futuro para generar las leyes que Salta de merece. Es lo
que necesitamos para mejorar la calidad institucional", sostuvo.
Antes de finalizar el acto de asunción de las nuevas autoridades provinciales, el mandatario tomó juramento a su nuevo gabinete. No hubo cambios en el organigrama provincial, solamente nuevos nombres en algunas áreas. Fue el caso de Cristina Fiore, que asumió en la ministra de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología; Mario Mimmesi, ex intendente de Tartagal, que se desempeñará como ministro de Desarrollo Social. Mientras que continuarán en sus cargos Roberto Dib Ashur, en el Ministerio de Economía; Marcelo Domínguez, que continuará al frente del Ministerio de Seguridad y Justicia; Ricardo Villada, en la cartera de Gobierno, Trabajo y Derechos Humanos; Federico Mangione, en Salud Pública; Sergio Camacho, en el Ministerio de Infraestructura (que además estará a cargo de la Coordinación de Relaciones Políticas y Enlace, en la que asumirá mañana con el resto de funcionarios y funcionarias); Martín de Los Ríos, en el Ministerio de Producción y Desarrollo Sustentable, y Mario Peña, en Turismo y Deportes. También juró la secretaria General de la Gobernación, María Matilde López Morillo.