Seguirle el rastro a Bob Odenkirk es buena señal; el actor de Better Call Saul es un referente. Desde luego, hay otras maneras a través de las cuales llegar a Undone, la serie creada por Raphael Bob-Waksberg y Kate Purdy. Pero, se sabe, si está Odenkirk hay un grandioso punto a favor. La dupla responsable de Undone lo fue también de la serie animada BoJack Horseman, y la animación viene a cuento, porque Undone está trabajada a partir de la rotoscopía, técnica que anima sobre el registro de la cámara, con actrices y actores. De este modo, el resultado ofrece una mixtura realista y sin embargo fantástica, una especie de umbral que los buenos artesanos saben cuándo y por qué utilizar.
En Undone, Alma (la estupenda Rosa Salazar) se descubre manteniendo conversaciones con su difunto padre (Bob Odenkirk). Cuida de niños, discute con su madre, mantiene una relación un tanto tirante con su hermana (pronta a casarse), y envuelve cada vez más a su novio en estas visiones. Visiones que, al fin y al cabo, ella entiende por ciertas. El padre, parece, está en algún lugar, en cierto limbo, y son sus investigaciones en vida las que, a través de Alma, podrían devolverle la vida. Para ello, hay que alterar el tiempo, viajar en él, descubrir dónde cambiarlo. ¿Quién no quisiera oportunidades así?
Entre la lucidez engañosa y la locura al acecho, Alma progresivamente desdibuja y entorpece los vínculos con su grupo familiar y amistades. No le juega a favor, si así puede decirse, ser la “inestable” de la familia. Y suma un detalle, que la termina de perfilar como el gran personaje que es: el audífono. De alguna manera, Alma es la “incompleta” del título (Undone), la que no termina de cuadrar en ningún lugar: ni madre ni esposa -no le preocupa-, es la hija a medias, que extraña al padre, abandonada por éste y para siempre en una extraña noche de Halloween. Un accidente fatal lo explica, pero la herida no cierra. Allí, entonces, el descubrimiento de las habilidades temporales.
Ahora bien, si Alma está loca o no, ¿qué importa? La cuestión está en creer, y el cine lo permite (aunque sea una serie, Undone tiene más cine que muchas películas). Sus experiencias sensoriales parecen ciertas, las imágenes que ve son, de hecho, las que la serie ofrece y el espectador disfruta. De no creerse en ellas, ¿cómo seguir el derrotero del personaje? De este modo, Alma (y los espectadores con ella) indaga como una detective del tiempo pero también como la hija que quiere saber sobre el padre. ¿Qué pasó realmente, quién era él, qué historias escondía?
En este sentido, la rotoscopía aparece como la elección precisa, por la plasmación permeable que ofrece entre vigilia y sueño; así, animación y acción real se entremezclan, y las técnicas digitales exploran la relación de maneras intensas. En esta línea, un reconocido ejemplo contemporáneo lo ofrece el cine de Richard Linklater, entre cuyas películas con rotoscopía figuran Despertando a la vida, Una mirada a la oscuridad y Apolo 10 y ½; en ellas participa el productor Tommy Pallotta, presente también en Undone. Con aquellas películas, la serie comparte una afinidad estética, de relación inmanente con lo que requiere la historia. Es decir, la rotoscopía es un recurso que pide la puesta en escena, destinado a abrumar al espectador en un sueño vívido (Despertando a la vida, Apolo 10 y ½), la alucinación por ácido (Una mirada en la oscuridad), o la locura rayana (Undone). De igual modo en Dream of a Thousand Cats (episodio memorable de la serie Sandman), con dirección de Hisko Hulsing, a cargo de las dos temporadas de Undone.
A partir de la segunda temporada, Undone puede dar la impresión de ofrecer otro rumbo. Como si de pronto, reordenadas las cartas de acuerdo a los deseos de Alma, se pudiese proseguir una vida “normal”. Los tiempos paralelos, las vidas revividas y vueltas a decidir, redirigen el argumento hacia la mezcolanza temporal que invade hoy a tantas ficciones, con el ejemplo absurdo -por su arrogada seriedad- de la oscarizada Todo en todas partes al mismo tiempo. Ahora ya no se tratará de la vida del padre, sino de la madre (Constance Marie). Es la pregunta por su pasado la que asoma. En estos episodios, se establecerá la simetría con la temporada anterior -el escenario para la vida del padre era el de Estados Unidos; para el de la madre, México; las dos, caras fundantes de esa vida inquieta que es Alma-, en un camino algo parecido y también un tanto más previsible. Pero el saldo es notable, porque allí cuando todo parece o podría encarrilarse de acuerdo al capricho (el de Alma pero también el de la supuesta necesidad de esta segunda temporada), lo que surge es la toma de consciencia de lo que se negaba: la aceptación de la pérdida.
Llegado ese momento, Undone logra un círculo perfecto, con el Aleph puesto en el desenlace de la primera temporada. Hacia allí se vuelve, como en un loop. Las peripecias del argumento no fueron más que una excusa, necesaria al desarrollo de la acción, con momentos sublimes (con referencias al surrealismo y Escher), destinados a un punto de equilibrio en la vida de Alma.
Undone 9
(EE.UU., 2019-2022)
2 temporadas. 16 episodios.
Dirección: Hisko Hulsing.
Guion: Raphael Bob-Waksberg, Kate Purdy, Lauren Otero, Carmiel Banasky, y otros.
Música: Amie Doherty.
Fotografía: Nick Ferreiro.
Montaje: Brian Swanson, Michelle Mendenhall.
Intérpretes: Rosa Salazar, Angelique Cabral, Constance Marie, Bob Odenkirk, Siddharth Dhananjay, Luna-Marie Katich, Daveed Diggs.
Disponible en Prime Video.