Una de las últimas paradas de Javier Milei en su día de asunción fue la Catedral de Buenos Aires. Allí se llevó a cabo una "ceremonia interreligiosa" con la participación de los principales representantes de los cultos que se profesan en el país. Y, en ese escenario, el arzobispo Jorge Ignacio García Cuerva dejó un mensaje que contrapone el ideario de La Libertad Avanza. "La verdadera libertad se expresa plenamente en la caridad. No hay libertad sin amor. Sabemos que una de las concepciones modernas más difundidas sobre la libertad es esta: 'mi libertad termina donde empieza la tuya'. ¡Pero aquí falta la relación, el vínculo! Es una visión individualista", comentó el religioso.
El encuentro comenzó poco antes de las 20, cuando escoltado por la revindicadora de la dictadura Victoria Villarruel, Milei ingresó a la Catedral y recorrió la féretro del general San Martín. García Cuerva estuvo a cargo de iniciar la ceremonia y dejó su posición -dijo, en concordancia con el papa Francisco- sobre la idea abstracta de libertad. "Quien ha recibido el don de la liberación obrada por Dios no puede pensar que la libertad consiste en el estar lejos de los otros, sintiéndoles como molestia, no puede ver el ser humano encerrado en sí mismo, sino siempre incluido en una comunidad", mencionó, mientra Milei lo miraba en primera fila.
Y completó: "La dimensión social es fundamental y nos permite mirar al bien común y no solo al interés privado".
Las frases de García Cuerva tienen aún más peso si se tiene en cuenta que, en el discurso inaugural, Milei anticipó que "hay que tragar el último mal trago". Para él, la bebida es inflación, recesión y pobreza. En el cierre de su discurso, cerró con "viva la libertad, carajo".