Con sus ochenta y cinco años cumplidos, tras dos temporadas de ausencia, vuelve al país Raúl Barboza, el principal difusor del chamamé a nivel mundial. Este viernes, a las 21, se presentará en Sala Lavardén junto a Nardo González (guitarra) y Cacho Bernal (percusión). Su presencia en París desde hace más de 30 años, fue generando –en principio- la adhesión y admiración de colegas extranjeros, para luego conquistar al público parisino e internacional.
A lo largo de sus 76 años de trayectoria artística, los premios recibidos y sus logros musicales fueron cimentando un presente de auténtica leyenda, el sonido inconfundible de su acordeón, el fraseo de su lenguaje, ya son parte del ADN de la región que hoy es referenciada como La Nación Chamamecera.
Este hombre de hablar pausado y generosidad infinita vuelve una vez más al territorio argentino, esta vez lo hará ingresando desde Brasil. El reconocido acordeonista brasileño Renato Borghetti lo ha invitado especialmente para participar del Primer Festival Internacional del Acordeón, a realizarse durante los días 8, 9 y 10 de diciembre próximo en Barra Do Ribeiro, población cercana a la ciudad de Porto Alegre.
En su última visita al país, Barboza recibió el título de Doctor Honoris Causa de la Universidad Nacional de Rosario y en este nuevo regreso será la Universidad Nacional del Noreste la que le entregará el mismo doctorado.
El músico fue ganador en tres oportunidades del Premio Charles Cross a la mejor música del mundo y distinguido con la Orden de Caballero de las Artes y las Letras otorgada durante la presidencia de Francois Mitterrand. En Argentina ha recibido los premios Konex, Atahualpa y Sadaic ”Francisco Canaro” por su labor en la difusión de la música argentina en el exterior.
En estos últimos años, dos documentales sobre su vida artística lo retratan con excelencia, “El sentimiento de abrazar” de Silvia Di Florio y de más reciente aparición “La voz del viento” de Daniel Gagliano. Son alrededor de 70 los discos editados aquí y en el exterior con participación de Raúl Barboza.