Nacida hace 41 años en Barcelona, Vero Cendoya es performer, coreógrafa y pintora. Tiene publicados, incluso, varios libros para niños. Luego de trabajar junto a la bailarina Sol Picó, entre otros directores e intérpretes, en 2008 creó su propia compañía, que lleva su nombre. Con ella llegó a Buenos Aires para presentar en el marco del FIBA su última producción, La partida, obra que combina fútbol y danza contemporánea. Obra interpretada por 5 bailarines y 5 futbolistas, durante los 55 minutos de su desarrollo se oyen en off algunos textos de Eduardo Galeano. En su elaboración, contó con la colaboración de la actriz Blanca Portillo.
La propuesta de Cendoya es, según su propia definición, “establecer diálogos antagónicos con diferentes disciplinas, como el teatro, la danza, el transformismo, la pintura y la poesía”. Aclara, además, que en este caso particular “llevamos bailarines a una cancha de fútbol y a su vez exponemos a futbolistas a una forma teatral. Así, hablaremos de la vida a través del fútbol y la danza”, promete la directora de este montaje que ya recibió varios premios.
Aclara también que La partida es un espectáculo que se puede hacer tanto de día como de noche, al aire libre o al cubierto. Lo importante es lograr que el espacio escénico, sea cual fuere, se convierta en un campo de fútbol, con sus líneas características. El publico está situado alrededor, en gradas, al igual que en un partido de fútbol corriente y, tal como subraya Cendoya “participa activamente en el desarrollo del espectáculo interpretándose a si mismo”. Además de los 11 intérpretes y el músico, hay un bebé que también toma parte del espectáculo.
–La información de prensa dice que La partida busca enfrentar a la danza contemporánea con el espectáculo de fútbol. ¿Por qué se habla de un enfrentamiento?
–Podríamos decir mejor que se trata de una confrontación entre el fútbol y la danza, colocarlos frente a frente para poder observar sus parecidos y diferencias.
–¿Cuáles son las diferencias que establece la obra entre danza y deporte?
–El deporte, y en este caso el fútbol mueve masas y la danza, en este caso la contemporánea, todavía se considera un arte de minorías. En el fútbol se gana o se pierde y la danza busca comunicar y emocionar.
–¿Cuál es la recepción que esta mixtura de lenguajes suele despertar?
–Al ser un espectáculo con una estructura clara de partido de fútbol el espectador se convierte en un hincha más del partido y en un rol muy importante del espectáculo. Normalmente el espectador suele posicionarse por uno de los dos equipos y vive el desarrollo del partido con la misma intensidad que en una cancha normal. Es un espectador mucho mas participativo de lo que estamos acostumbrados a ver en el teatro.
–La obra está pensada para ser presentada en espacios públicos. Aquí se presenta en la Manzana 30 de la Villa 20, en Villa Lugano. ¿La locación del espectáculo fue una propuesta de los organizadores del Festival?
–Sí, el lugar ha sido elegido por el festival. La partida ha sido representada en los sitios mas dispares como son el Museo de la Memoria de Chile, a los pies del castillo de Elsinore, en Dinamarca o en un muelle de barcos de mercancía, en Suecia. Es un espectáculo que se transforma dependiendo del lugar donde sea presentado. Se trata de fútbol y de danza, dos lenguajes universales que no entienden de barreras geográficas ni sociales.
* La partida, en la Manzana 30 de la Villa 20 (Villa Lugano), se vio el sábado y ayer. Repite hoy a las 16 hs.