Los riesgos climáticos para las reservas de la biosfera y geoparques de América Latina son más altos de lo que se creía. Según advirtió un informe de la Unesco, los riesgos para el futuro inmediato y mediano plazo se agravarán por lo que será necesario que las autoridades tomen las medidas necesarias para enfrentarlos.

A través del análisis de diez reservas de la biosfera y cinco geoparques ubicados en países latinoamericanos y caribeños -Argentina, Brasil, Chile, Ecuador, Guatemala, Honduras, San Cristóbal y Nieves, México y Uruguay-, la Unesco evaluó el impacto de incendios forestales, sequías, inundaciones y el riesgo de corte del abastecimiento de agua.

Estos “riesgos prioritarios”, como los llama la organización, son "peor de lo que se pensaba", ya que "para casi todos los riesgos, el número de lugares que registraron condiciones de riesgo medio/alto superó las expectativas de los gestores de los lugares", indica el estudio.

Además, se prevé que estos 15 lugares -que se tomaron como muestra representativa de las 132 Reservas de Biosfera y los 12 Geoparques Mundiales de la Unesco que existen en toda la región- experimenten "nuevos impactos climáticos" o fenómenos ya registrados pero a una intensidad mayor si "se mantienen las tendencias".

Por ejemplo, solo sies de los 15 lugares estudiados -que incluyen, por ejemplo, la reserva de biosfera de la Mata Atlântica en Brasil, el geoparque uruguayo Grutas del Palacio o la reserva de biosfera Maya en Guatemala- se habían identificado como "prioritarios" en materia de incendios forestales. Pero el informe reveló que en 13 de los 15 lugares se prevé un riesgo de incendio forestal de medio a alto para 2040-2059 si se mantienen las tendencias actuales.

Nuevas proyecciones por el cambio climático

"Lo que vemos es que los muchos de los gestores que están actuando al nivel del sitio están haciendo su planificación con base en los desafíos a los que se enfrentan hoy en día o que se enfrentarían antes", explicó Serena Heckler, especialista de la Unesco en ciencias de la tierra y una de las autoras de este informe.

"Y lo que lo que estamos diciendo es que los escenarios de cambio climático que están generando las proyecciones para las próximas décadas nos dicen que va a haber impactos más fuertes", completó Heckler.

Inundaciones, falta de agua y deslizamiento de tierras

En este estudio también se analizaron 350.000 kilómetros cuadrados de cobertura forestal y se descubrió que se ha "perdido un 4% en tan solo 6 años (14.190 km2 perdidos en 2015-2021), incluido un 0,7% (2.740 kilómetros cuadrados) debido a incendios forestales".

Pero la amenaza del aumento de desarreglos y catástrofes también tiene consecuencias directas en los humanos.

De acuerdo a este estudio, 3,3 millones de habitantes de las zonas analizadas -donde residen en total 110 millones de personas- viven en lugares susceptibles de sufrir inundaciones; 10,7 millones de habitantes están en zonas expuestas a interrupciones del suministro de agua y otros 8 millones están expuestos a deslizamientos de tierra.

Planes de gestión

Desde la Unesco advirtieron que si las autoridades no modifican sus planes de gestión con nuevas medidas acordes con estas proyecciones podría venirse una "catástrofe", que además afectaría con más intensidad a la gente de menos recursos. 

Para los gestores de los sitios, este estudio es "un regalo" y una "línea de base" de cara a la construcción de los planes de prevención y para movilizar competencias técnicas de otros actores, señala la chilena Patricia Herrera, coordinadora del Geoparque Kütralkura, situado a 700 kilómetros de Santiago, fronterizo con Argentina, y famoso por sus volcanes y sus araucarias.

En su país, por ejemplo, en 2022 se aprobó una ley Marco de Cambio Climático y lo que antes era la Oficina Nacional de Emergencias hoy se llama Sistema Nacional de Prevención de Riesgos. "Hay un cambio de paradigma", apunta, aunque es todavía "un proceso" en marcha.

Ese proceso, recalca Herrero, hay que hacerlo desde la planificación territorial y contando con las comunidades locales, cuyo saber y necesidades sobre el terreno deben formar parte de los planes, según coincide también Heckler.