Apenas lo ví, me enamoré de Superhérua, el precioso cuento escrito por Verónica Laurino e ilustrado por Polly Boyle. No hace falta aclarar que cada libro tiene infinitas lecturas posibles, miles de miradas que lo transforman y enriquecen. Quienes se acerquen a esta historia, tengan la edad que tengan, van a disfrutarlo muchísimo.
La autora no recorre los caminos habituales de los superhéroes. En primer lugar porque ser Superhérua no está permitido en las historias tradicionales. Allí, a lo sumo, la mujer está detrás del héroe, o es una heroína al modo masculino. En este cuento para niñ@s de 0 a 200 años, la Superhérua es realmente extraordinaria, tanto, que es capaz de criar (sola) a una nena tan especial como ella.
Y tampoco recorre los antiguos caminos de los superhéroes (repletos de plástico y merchandising) porque lo que en esta historia vale es justamente lo que a Batman o al Hombre Araña le hubiera costado la vida: la ausencia de super poderes.
Quisiera ser esa nena que ve un mundo embellecido por su madre.
Quisiera ser esa madre que ve un mundo embellecido por su hija.
Quisiera ser esa amiga a la que se le convida de amor tan tierno.
Quisiera tener dos anillos mágicos (¡mejor tres!).
Quisiera poder hacerme amiga de la villana del departamento “C” con sólo regalarle una torta de naranjas.
La ilustradora (Polly) logró dotar a la historia de vitalidad, de intensidad. El color va recorriendo las páginas como un si fuera tomando a los personajes, a los lugares, a las cosas: como si les diera vida. Un rojo muy superhérua desborda las tapas del libro.
Recomiendo leer Superhérua con inocencia pero sin ingenuidad. Esa nena (sin nombre) que le pone la voz al relato, sabe que lo más heroico de su mamá está en poder concentrarse en lo importante relegando lo urgente. Encontrar la magia en medio de las agotadoras tareas de cuidado. Sobreponerse a la tristeza con pócimas simples y sin contraindicaciones como los buñuelos de manzana. Salir a hacer las compras con capas inventadas. ¿Hay algo más perpetuo que los recuerdos de la infancia? ¿Hay más “Patria” que esa, acaso?
Mi hija también se enamoró de este libro. Ella da vuelta las hojas y yo leo. Se detiene un rato más en imágenes que le encantan (como el gato Alfred) y otras las pasa más rápido. Soy consciente de que estamos creando (juntas) recuerdos imbatibles. Fuegos a dónde ella seguramente irá cuando le toque sentir un poco de frío. Risas para alimentar momentos oscuros. Sé que no podré evitarle ni el frío ni la oscuridad, pero me esmero (como aprendiz de Superhérua) para que éste momento sea perfecto.
Cuando llegamos al final, Margarita me hace cerrar los ojos y dice: “dale, ahora mirá” Y hago como que me sorprendo, pero ya sé que hay burbujas, muchas burbujas. Otro de los trucos que usan las Superhéruas para que “…este pedacito de mundo sea más lindo y más amable…” .
Superherua, de Verónica Laurino e ilustraciones de Polly Boyle; Editorial Le Pecore Nere, año 2023.