Sin lamentos y abocada a hablarle a “los pibes y las pibas”, Mayra Mendoza juró nuevamente como intendenta de Quilmes. En sintonía con las palabras de Axel Kicillof durante su asunción del lunes, dejó en claro que el distrito no es una “isla” y remarcó la importancia del acompañamiento del Gobierno Nacional para la proyección de los quilmeños. “En el balotaje, casi el 57 por ciento de nuestros vecinos eligieron la fórmula que no ve a la inversión como un gasto”, señaló.
Como Kicillof, Mendoza apuntó a que se respete la voluntad democrática de los quilmeños quienes, según su lectura, pretenden un modelo de Estado antagónico al esgrimido por la dirigencia de La Libertad Avanza.
En ese plano, marcó sus distancias con el Presidente, Javier Milei, a quien no nombró en el discurso que tuvo lugar en el Teatro Municipal de Quilmes. “Deseo de todo corazón que Argentina salga adelante y tenga momentos felices, pero eso se logra con decisiones políticas cuidando a la mayoría y no anunciando ajuste, represión y motosierra”, indicó. “No respondamos al odio”, pidió. “Hay que lograr unión en la comunidad”, aseguró en tono propositivo.
La intendenta reelecta tomó las palabras de Kicillof y acompañó su planteo sobre las desigualdades que vive la provincia de Buenos Aires en materia de coparticipación como ejemplo estructural para convocar al Estado Nacional a un “acompañamiento” a los municipios bonaerenses. Recordó que la provincia de Buenos Aires aporta casi el 40 por ciento de los recursos coparticipables y recibe menos del 22.
Con este escenario sobre la mesa, avizorando una merma de recursos de parte de la Nación para con las provincias, tal cual lo dijo Milei en campaña, en su discurso al asumir, y como repiten sus legisladores, Mendoza advirtió que el pedido de acompañamiento tiene como destino avanzar con nuevas obras estructurales para el municipio.
En su enumeración, destacó que pretende terminar los dos pasos bajo nivel proyectados en el distrito, la nueva estación Quilmes Sur “Héroes de Malvinas”, los dos Centros de Desarrollo Infantil, la bajada de la autopista en Ezpeleta, y la construcción de un hospital oncológico regional. “Estas obras no son un gasto, son una inversión y son para el bienestar de nuestra población”, señaló.
De cara a los 24 concejales que integran el Concejo Deliberante, Mendoza convocó a la oposición a fortalecer un diálogo que apunte a tejer los puentes necesarios para que los objetivos que planteó se cumplan. Lo hizo a pesar de contar con mayoría y quórum propio, dado que Unión por la Patria tendrá trece bancas, Juntos por el Cambio nueve y LLA sólo dos.
Como mensaje a la militancia, llamó a “cuidar a la población”. Y también pidió que se les explique que los logros alcanzados hasta el momento serán más difíciles de sostener o acrecentar en la medida que el gobierno de Milei no respalde a los municipios.
Consecuente con lo hecho a lo largo de sus primeros cuatro años al frente del distrito donde desarrolló una lógica de trabajo para que la Municipalidad tenga mucha cercanía e inclusión de los jóvenes en las decisiones políticas, la intendenta reelecta pidió por el acompañamiento de los “pibes y pibas” en esta nueva etapa de gobierno.
“De los más jóvenes, que alguna vez yo estuve en su lugar y sentía que nadie me hablaba, no quiero que eso mismo sientan mis vecinos más jóvenes, yo quiero que sepan, como lo dije alguna vez, que quiero ser la Intendenta de los pibes y de las pibas”, dijo.
Una cuestión de modelos
“Siempre sostuve que nuestra segunda gestión debía ser obligadamente mejor que la primera y también sostuve que no había posibilidad de proyecto local sin proyecto nacional”, fue una de las frases con las que Mendoza trató de sintetizar sus explicaciones sobre la relación simbiótica en materia de recursos económicos tienen las intendencias y la provincia con el Gobierno Nacional.
“Es
realmente doloroso que la inversión social y comunitaria que se realiza para
garantizar derechos sea interpretada como un gasto y aún peor como un malgasto", indicó Mendoza. Aseguró que la inversión del Estado es necesaria en áreas como seguridad, salud, "en maestros, en
policías, en mantenimiento de una ciudad, en limpieza". "Las familias no son un
número, las familias necesitan del Estado para poder tener más y mejores
oportunidades en sus vidas”.
Con esta premisa siempre en alto, no dudó en discutir los argumentos liberales que conducen a un recrudecimiento de las condiciones sociales a partir de una fuerte desmejoría en las variables económicas y que, según el propio Milei, llevarán a mayores índices de inflación.
“No soy necia, soy muy consciente de la difícil situación de la economía argentina, pero no alcanza con hablar de las consecuencias y entender las causas de este momento”, aclaró la intendenta reelecta con más del 50 por ciento de los votos.
De esta manera, Mendoza repasó el rol del Fondo Monetario Internacional tras el endeudamiento encarado por el ex presidente Mauricio Macri que “condicionó estrepitosamente la economía del país”, pero aclaró que “la salida no puede ser el sufrimiento de la gente”.
“En el 2003, Néstor Kirchner asumió como presidente de la Argentina y las condiciones del país eran peores que las de este momento, y su decisión no fue traer más dolor y malestar a nuestra población, sino, todo lo contrario”, remarcó.
Ante la mirada de la vicegobernadora, Verónica Magario, el Jefe de Gabinete de la provincia, Carlos Bianco, y el titular del PJ bonaerense, Máximo Kirchner, entre otras figuras del peronismo, la intendenta reelecta tomó como espejo de su futuro accionar las políticas de los doce años kirchneristas.
El pasado lunes, el propio Kicillof había pedido no tomar ese período histórico con nostalgia, sino como un “manual” para gobernar, algo que Mendoza se propone llevar adelante.