La motosierra que Javier Milei prometió poner en marcha en la Argentina llegó con la promesa de arrancar por el Estado nacional, pero rápidamente alcanzó a la economía cotidiana de los argentinos y ya contagia al sector privado. En la provincia de Buenos Aires, ya hay fábricas de calzado en Coronel Suárez y Chivilcoy que anunciaron suspensiones y planes de retiro.
A tres días de la puesta en marcha del gobierno libertario, comienza a resentirse el empleo privado en distintos sectores productivos bonaerenses. A los ya anunciados despidos en las empresas constructoras proveedoras de obra pública del Estado nacional, se suman decisiones similares de las industrias del calzado y el entretenimiento.
Las empresas vinculadas a la obra pública comenzaron a despedir gente apenas el Presidente anunció que frenaría todo hasta encontrar financiamiento privado. Como publicó entonces Buenos Aires/12, las certificaciones de obra se pagan a los sesenta o noventa días.
Ese discurso oficial, además del parate, preanunciaba problemas para cobrar lo ya trabajado entre fines de noviembre y diciembre. Por esa razón, las empresas comenzaron con el envío masivo de telegramas.
Al respecto, y en claro rechazo a las medidas impulsadas por la administración nacional, el gobernador Axel Kicillof sostuvo recientemente que “la obra pública garantiza el bienestar, el desarrollo y es el gran motor de nuestro pueblo". "Es fundamental sostenerla e impulsar para consolidar un horizonte de crecimiento”, dijo en una mezcla de llamado a la reflexión y crítica.
La continuidad de las obras de financiamiento provincial e internacional está, en teoría, garantizada, pero no así las nacionales, que en territorio bonaerense son 178 proyectos, entre los que fueron licitados y los ya otorgados y por comenzar a ejecutarse.
Otra vez el calzado
La otra actividad que se ve afectada por la caída de la demanda es el calzado. Desde hace algunas semanas, se registran suspensiones y despidos en el Grupo DASS, de Coronel Suárez.
Desde el sector, lo atribuyen, primero, a la importación de pares terminados, que ahora no requiere autorización, y luego a la falta de pedidos. A la vez, la firma Bicontinentar, de Chivilcoy, ante la misma situación, abrió un programa de retiros voluntarios, para evitar despedir. Este medio tuvo acceso al comunicado interno de la empresa.
“Hemos confirmado una baja generalizada de pedidos de parte de varios clientes. Hemos intentado revertir la situación pero a consecuencia de las causas descriptas por cada cliente, en la mayoría de los casos no pudimos lograrlo. Hasta la semana pasada teníamos confirmada una planificación que aseguraba la producción para todos los puestos de trabajo. Luego de la cancelación de pedidos quedan inoperativos 100 puestos de trabajo", advierte la empresa.
Y agrega que "la compañía se ve obligada a desvincularlos en este momento en que cuenta con los recursos económicos para afrontar las liquidaciones finales". "Ponemos a disposición de quienes lo consideren conveniente adherir a un retiro voluntario con un plus del 7% sobre los conceptos indemnizatorios y preaviso y sus correspondientes aguinaldos", suma la firma al describir la situación general que en el comunicado en el que, señalando que "atendiendo a las posibilidades de solicitar un seguro de desempleo", solicita a cada uno de sus trabajadores "evaluar la conveniencia de optar por el retiro voluntario o recibir el telegrama de despido".
Vale recordar que la Cámara del Calzado y el Sindicato impulsaron juntos, a lo largo de este último año, un proyecto de ley de promoción del sector, inspirado en el de las industrias automotriz y autopartista.
Entre otras cosas, restringía la importación de pares terminados, a la vez que facilitaba la sustitución de proveedores extranjeros por otros nacionales y contemplaba un blanqueo de la actividad, que hoy tiene altos niveles de informalidad.
El proyecto, impulsado por la diputada Constanza Alonso, obtuvo media sanción de la Cámara Baja en octubre pasado y dictamen favorable de las comisiones del Senado. Desde entonces, aguarda a ser tratado en sesión.
Los mentores de la ley la imaginaron como una barrera que los cubriera de un nuevo "industricidio", tras la traumática experiencia vivida durante el cuatrienio macrista. La parábola de Bicontinentar describe muy bien los altibajos del sector. Abrió como Paquetá, una multinacional brasileña, en 2007. Creció hasta convertirse en el mayor empleador privado de su distrito.
En 2018 cerró por la combinación de tarifazos energéticos, importación irrestricta falta de demanda. En 2021 un grupo empresario nacional logró reabrirla. Tras un par de años positivos, hoy abre nuevos retiros voluntarios.