"Esta fiesta es importante porque señala el triunfo de los pocos sobre los muchos", dijo el presidente Javier Milei con una sonrisa en la cara, minutos después del anuncio del plan motosierra que realizó su ministro de Economía, Luis "Toto" Caputo. Allí el gobierno explicó que habrá una fuerte devaluación -que repercutirá en precios y generará una gran pérdida del poder adquisitivo de los salarios-, recortes a la obra pública, a los subsidios al transporte y las tarifas, y a las transferencias a las provincias. Su público, efusivo, aplaudía. En su gran mayoría estaba compuesto por judíos ortodoxos que se congregaron a celebrar la fiesta de Janucá en la plaza Uruguay, del barrio porteño de Recoleta, convocados por la Asociación Israelita Argentina Tzeire Agudath Jabad, bajo la consigna "Israel unido en una misma luz". Milei se refería, en teoría, a la fiesta de Janucá, pero trazar el paralelismo con la situación del país pareció inevitable.
El Presidente llegó al predio pasadas las 20 junto con la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y su hermana, Karina Milei. Se bajó del auto oficial y rodeado de sus custodios caminó entre la gente unos 200 metros hasta el escenario, montado en el centro del parque. Los miembros de la colectividad, a los que se les caían los kipá por el amontonamiento, empujaban para sacarse una selfie con el líder "libertario". También había vecinos de Recoleta que pasaban haciendo running en el parque y se sumaban al tumulto detrás del Presidente.
"Esta es una fiesta de la luz y tiene que ver con la situación que nosotros vivimos. La principal lección es que la luz se pone sobre la oscuridad", dijo Milei en el escenario y ante la mirada atenta del rabino Tzvi Grunblatt, el anfitrión del evento, que lo antecedió en la palabra y bendijo la "inauguración de nuevas fuerzas" en la Argentina. El rabino también había dicho que esa era "una fiesta superlativa", porque con la asunción de Milei se "gozaba de libertad".
"Después de tantos días de oscuridad y oscurantismo, va a salir la luz y esto va a ser una revolución moral porque lo vamos a hacer desde los valores. No hay oscuridad que se haya logrado imponer a la luz", resaltó el libertario y sumó una frase de un proverbio chino: "No maldiga la oscuridad, prenda una vela". "Esta fiesta es importante porque señala el triunfo de los pocos sobre los muchos y señala el poder de la fe y de aquellos que siendo pobres se impusieron sobre los ricos", añadió Milei.
Para cerrar, usó la primera cita de Macabeos 3.19, que repite hasta el cansancio, y que es eslogan de todo el merchandising libertario: "La victoria no depende de la cantidad de soldados sino de las fuerzas del cielo", consignó. En ese momento puso la voz ronca y gritó ante el público que vitoreaba y alzaba las manos: "Las fuerzas del cielo van a apoyar a la Argentina y a Israel en este momento. ¡¡Viva la libertad, carajo!!".
Antes que Milei había llegado distintos funcionarios libertarios y del PRO, y también exfuncionarios de la administración de Mauricio Macri: el jefe del gobierno porteño, Jorge Macri; del ministro de Defensa, Luis Petri; el legislador Ramiro Marra; el exsecretario de Derechos Humanos Claudio Avruj y el ministro de Seguridad porteño, Waldo Wolff. También dieron el presente el titular de la DAIA, Jorge Knoblovits, y el de la AMIA, Amos Linetzky; el extitular de la DAIA -denunciado por acoso- Ariel Cohen Sabban; el empresario Marcelo Midlin; y el juez de la Corte Ricardo Lorenzetti.
Mientras los periodistas y algunos de los presentes escuchaban con auriculares o acercándose los celulares a las orejas las primeras medidas económicas del gobierno que anunció Caputo y que adelantaban el ajuste que caerá sobre la mayoría de los argentinos, el contexto en la plaza -llena de gente que esperaba con ansias a Milei- era completamente festivo. Había payasos, malabaristas, food trucks y música a todo volumen.
Hernán Lombardi, extitular del sistema Federal de Medios y Contenidos públicos, se tomó unos minutos para frenar ante las cámaras y opinar sobre las medidas anunciadas por Caputo. "Esta es una fiesta que tiene que ver con la idea de mirar para adelante porque se pueden mejorar las cosas. Tiene que ver con la luz", dijo sonriente. Mientras hablaba, pasaba por atrás el embajador de los Estados Unidos, Marc Stanley. Iba bromeando, abrazado a Guillermo Yanco, el esposo de Patricia Bullirch.
Al finalizar el acto se pidió por "los secuestrados, los soldados israelíes y la pronta recuperación de los heridos" de los ataques terroristas perpetrados por Hamas en Israel el 7 de octubre último y, junto con el rabino Grunblatt, Milei encendió las velas de Janucá.