La conductora de La García, Cynthia García, analizó este miércoles por AM750 el paquete de medidas anunciado por el Gobierno de Javier Milei y el reordenamiento de la nueva oposición de cara a la gestión de La Libertad Avanza.
El editorial de Cynthia García
Lo llamo efecto cóctel a lo que amalgamó este cuadro de situación en el que estamos, permítanme ustedes repasar los pasos antes de lo que fue el anuncio de ayer, hacia lo que fue el triunfo de Milei y esto que está instalado, ya lejos del 'no lo va a hacer'.
Queda hasta desagradable decir '¿vieron que sí lo iba a hacer?'. Ya está. Cuando se instala la situación y es tan contundente, no hay que hacer leña del árbol caído. Ya está.
Pero este efecto cóctel tenemos que pensar en cómo se instala. Cómo se instala La Libertad Avanza. Cómo se instala Javier Milei. Cómo se entrona esta nueva intentona neoliberal en Argentina de extremaderecha lograda a través del voto popular.
Lo que amalgamó ese cuadro, ese efecto cóctel, como si fuera el huevo que une, ese huevo que une es el 140 por ciento de inflación de Alberto Fernández. Las faltas de respuestas fue una tragedia.
Pero no solo por la inflación o por la falta de respuestas o por las peleas a cielo abierto o por la merma de representación, sino por las expectativas que genera un gobierno popular.
Las promesas incumplidas
Cuando un Gobierno popular no cumple, como no cumplió el Gobierno de Alberto y de Cristina, genera una catástrofe. Y estamos instalados en esa catástrofe.
No nace casualmente. Es el producto de ese cóctel amalgamado por la tragedia que fue la falta de expectativas y de respuestas producto de la moderación, del no hacer, del no romper la correlación de fuerzas.
“Hay una batalla cultural que, o la dejamos de dar, o no la dimos bien, o la perdimos”, Cynthia García
Milei es el producto de muchas cuestiones. Muchas de ellas son reprochables desde el campo popular. Hay una batalla cultural que, o la dejamos de dar, o no la dimos bien o la perdimos. Y por supuesto que esto, además, tiene un correlato anterior.
Que en 2015 Macri habilitó las condiciones de posibilidad de Milei. Por supuesto que la erosión democrática, producto de la concentración mediática, iba a generar déficit en nuestras democracias.
Por supuesto que la cultura TikTok que quita contexto y narrativa influyó. Lo que pasa es que el huevo que amalgamó esta batida es la falta de respuestas del Gobierno de Alberto Fernández. Hay que decirlo. El Gobierno de Unión por la Patria. El Gobierno supuestamente peronista, porque nunca fue peronista en su hacer.
Hay que decirlo, desde el campo popular dejamos entrar a Milei. Le abrimos la puerta. Por eso decimos que el voto a Milei es muy heterogéneo. Porque está hecho de esa mezcla, de esa batida. Y entonces eso nos lleva a pensar hasta cuándo va a darle consenso. Yo creo que el mensaje de Caputo acordó esos 100 días.
Frankenstein neoliberal
Pero también me viene la mente, y hay que decirlo, que la construcción política de Unión por la Patria le armó listas a Milei. Lo reconoció el propio Massa. Le pusieron fiscales en las elecciones.
Por lo menos en las PASO y las Generales. Con la idea de que armar a Milei electoralmente destruía a Juntos por el Cambio. El tema es que cuando armás un Frankenstein no tenés decisión sobre lo que hace.
Recuerdo un off en este momento, con la cúpula de decisiones de la campaña, diciendo después de las PASO que 'Milei se pasó dos pueblos', como si se hubiera armado de más.
Claro, pero se toparon con lo impredecible de generarle plafón y contexto que era de la ultraderecha.
“No se puede ser parte de una administración que niega la justicia social”, Cynthia García
Otra cosa que me preocupa mucho es ver cómo algunos funcionarios de terceras y cuartas líneas, gente que ni siquiera conocemos del todo, pero que fueron funcionarios de Alberto y Cristina, están ocupando lugares.
A mí eso me genera muchísima preocupación. Vengo pensando el lugar de Scioli como embajador en Brasil. Flavia Royón está ocupando un lugar en Minería. No me vengan con que son átomos sueltos.
Salvo que sea parte de un proceso de transición y a los tres meses se vayan, no pueden ser parte de un Gobierno que niega la justicia social.
Un gobierno que niega la justicia social
Porque ahí está el quid de la cuestión en de este Frankenstein político que ahora está gobernando. Es un proyecto que político que niega la justicia social. Entonces, no se puede ser parte de una administración que niega la justicia social. Salvo que yo esté muy equivocada.
El tema de que ocupan lugares técnicos es una vieja excusa. Después uno puede dar la discusión sobre la negociación en el ámbito legislativo. En tanto, esa negociación genera frenos a las políticas de ajuste.
Las mismas políticas de siempre
Hay que decir que las medidas económicas que anunció Caputo ya fracasaron. No es verdad que este sea el camino para salir de una crisis económica. Aún si esa crisis tuviera las características que menciona Caputo.
“La pregunta es, en estos apuntes desordenados, ¿qué fuerzas tienen el campo popular para dar la discusión y la pelea de cara a lo que se viene?”, Cynthia García.
Ayer, además, veía que se quitaron los pliegos la Justicia. Entre ellos Daniel Rafectas que nunca fue nombrado como Procurados. Y nos quedamos sin procurador, que hoy sería un lugar clave para dar la discusión.
La pregunta es, en estos apuntes desordenados, ¿qué fuerzas tienen el campo popular para dar la discusión y la pelea de cara a lo que se viene? Porque la discusión tiene que ser confortativa.
Porque hoy arrancó el ajuste de Milei y ese ajuste no cae sobre la casta. No está cayendo sobre la casta. ¿Saben los que votaron a Milei que el ajuste no está cayendo sobre la casta? Está cayendo sobre las espaldas de cada cual.
Ahora, la oposición del Gobierno que se fue, la oposición del campo nacional y popular, ¿escuchó a Kicillof en su asunción? Deberían escucharlo. Deberían escuchar cómo se gestiona con ideología para reconstruirnos.
Se gestiona defendiendo los intereses de aquellos a los que se representa. ¿Cómo se genera una oposición? Siendo fiel a la representación. Siendo parte del Gobierno que no representa, no se genera representación. Salvo que este sea el mundo del revés.