Históricamente la organización social –de modo jerárquico, a partir de los privilegios otorgados a un sexo y al otro- ha provocado profundas desigualdades de género, asignando a las mujeres la responsabilidad del trabajo domestico y de cuidado, necesario en la sociedad y mayoritariamente no remunerado.
El Sindicato Argentino de Amas de Casa (SACRA) nació como herramienta colectiva de lucha con el objetivo de lograr el reconocimiento económico y social de las amas de casa como trabajadoras del hogar, actividad que debería ser remunerada mediante un salario, con derecho a la jubilación, como cualquier trabajador o trabajadora. Hasta tanto esto no ocurriera, correspondía que no se exigiesen aportes. Por eso el proyecto histórico del SACRA fue Jubilación sin Aportes -para una trabajadora que no tiene sueldo-. Que el Estado se hiciera cargo, como una devolución reparadora a las mujeres, soporte irremplazable de los hogares argentinos.
A partir de 1983 redactamos proyectos previsionales por los que nos movilizamos masivamente a las legislaturas provinciales, en tanto que desde el Consejo Directivo Nacional, a poco de creado en 1984, presentamos en la Cámara de Diputados de la Nación dos proyectos de jubilación y salario para las amas de casa, retomando la idea de Evita de que todas las personas con ingreso aportaran a una caja solidaria.
Entre 1984 y 1989 las provincias de Santiago del Estero, La Rioja, Catamarca, Entre Ríos y Misiones crearon sistemas provinciales de jubilación de amas de casa, estas últimas aun continúan. En Santa Fe, en 1986 elaboramos el primer proyecto de Jubilación para las Amas de Casa y marchamos cientos de mujeres hacia la Legislatura provincial, la primera de una larga lucha signada por nuestra presencia en las calles. Eran mujeres que en muchos casos por primera vez salían de su casa para movilizarse por un derecho que sentían les correspondía.
En 1997, nuestra compañera Nélida Parra, por entonces diputada nacional, impulsó la Ley 24.828, que al igual que la reforma previsional de aquellos años, reconocía a las amas de casa como trabajadoras autónomas, aunque quedó a medio camino de lo que las mujeres necesitábamos. No obstante visitamos en aquel momento más de 200.000 hogares llevando esta noticia.
A partir de 2003 se comenzaría a dar vuelta esta historia, el presidente Néstor Kirchner dicta en noviembre de 2005 el Decreto 1454 de regularización voluntaria de deudas previsionales para autónomos, más conocido como la moratoria previsional, que sería en su aplicación la más extraordinaria política pública de inclusión y restitución de derechos con perspectiva de género. El Estado reconocía y restauraba los aportes previsionales a las y los trabajadores, que por aplicación de políticas neoliberales habían perdido. Para las mujeres, significó poder poner en moratoria y recuperar su historia previsional completa. Más de dos millones de mujeres se jubilaron en estos años obteniendo un ingreso económico propio y la cobertura de su salud con el Pami. Se llamó a este proceso, que aun continua, jubilación de las amas de casa.
A nuestros cuarenta años de existencia como organización gremial El SACRA seguirá luchando por una Ley definitiva de Jubilación para las amas de casa, por eso reclamamos la sanción de la ley presentada por nuestra compañera la senadora Beatriz Mirkin, y por el reconocimiento económico del trabajo no remunerado.
*Secretaria Adjunta Nacional y Secretaria General Santa Fe.