El final del 32º Encuentro de Mujeres terminó sin represión, ni detenidas, ni mujeres baleadas, a diferencia de los últimas marchas en Rosario y Mar del Plata y el 8 de marzo pasado, en la Ciudad de Buenos Aires. El operativo de seguridad, organizado desde la Provincia de Chaco, tuvo la inédita participación de la Secretaría de Derechos Humanos local que intentó evitar la represión y garantizar la integridad de las manifestantes. La respuesta fue disuasiva y no se registraron, al cierre de esta edición, razzias ni balas de goma.
En el último tramo de la marcha, un grupo de manifestantes se separó de la columna central y se dirigió a la Catedral. La mayoría de las mujeres se retiró después de cantar y quedó un grupo minúsculo de encapuchadas/os vestidas de negro que arrojaron pintura a la Catedral y prendieron una fogata. La policía salió desde dentro cuando se empezaba a quemar la puerta que traspasaba el vallado junto a bomberos locales. Al final un grupo de vecinos católicos empezaron a gritar “sucias” y “que se vayan” a las manifestantes y ellas respondieron al grito de “Putas pero no yutas”. Pese algunas corridas, no hubo gases ni balas de goma como sucedió en 2016 en Rosario donde la represión dejó a manifestantes y fotógrafas heridas, y en Mar del Plata donde hubo detenciones ilegales en la Catedral.