Donald Tusk prestó juramento este miércoles como nuevo primer ministro de Polonia ante el presidente, Andrezj Duda, poniendo oficialmente fin a ocho años de un Gobierno ultraconservador y con la vista puesta en una mayor integración del país al Viejo Continente.
El flamante Ejecutivo encabezado por Tusk, que ya gobernó Polonia entre 2007 y 2014, llegó al palacio presidencial de Varsovia en un autobús que lucía la frase "Gracias, Polonia" en sus laterales, mientras algunos ciudadanos alrededor del recinto recordaban con pancartas que, hace 42 años, se introdujo la ley marcial en Polonia y se inició la transición que trajo la democracia al país en 1989.
El partido ultraconservador Ley y Justicia (PiS) logró la mayor cantidad de escaños en las elecciones generales de octubre, pero el lunes en el Parlamento fracasó en su intento de conseguir socios para una coalición viable. La Coalición Cívica de Tusk se alzó con el segundo puesto en los comicios, pero consiguió forjar una alianza con dos pequeños grupos proeuropeos de la oposición, la Tercera Vía y La Izquierda, reuniendo los suficientes votos para expulsar al PiS del poder.
El nuevo premier deberá afrontar retos inmediatos, como la elaboración y aprobación de los presupuestos generales en menos de dos semanas y poner en marcha importantes reformas institucionales. En el campo de la Justicia se encontrará con la oposición del presidente, afín al anterior Gobierno. Pese a esto, Duda --cuya gestión termina en 2025-- prometió durante su alocución que no se opondrá a ninguna propuesta de ley que considere buena para la ciudadanía polaca. En caso contrario, podría aplicar su derecho al veto.
"Polonia está de vuelta en Europa"
Luego de prestar juramento, Tusk viajó a Bruselas para participar en la cumbre que los jefes de Gobierno y Estado de la UE celebraron con los líderes de los Balcanes Occidentales. "Polonia está de vuelta en Europa y este es para mí el momento más importante en mi vida política. No fue una tarea fácil", declaró al llegar. También indicó que se va a dedicar a fortalecer el Estado de Derecho, los estándares democráticos, la libertad de expresión y los derechos humanos. "Es una reflexión muy triste que todavía en 2023 tengamos que hablar sobre estos valores fundamentales, al menos en algunos Estados miembros", lamentó.
El primer ministro, que entre 2014 y 2019 fue presidente del Consejo Europeo, aseguró que su vuelta al Gobierno polaco es un momento muy especial por el contexto geopolítico. "Estoy un poco triste porque nada cambió desde entonces. La situación incluso empeoró en lo que se refiere especialmente a Ucrania y la agresión rusa", comentó.
Sobre este conflicto manifestó que lo más importante tanto para su país como para Europa es apoyar de manera eficaz a Ucrania. "No se puede aceptar ninguna apatía o fatiga por Ucrania. Esto es algo inaceptable, porque estamos hablando no solo de Ucrania y la guerra y la agresión rusa. Estamos hablando de nuestro futuro", remarcó.