"Soltalo, tranquilizate", fueron las últimas palabras que escuchó un ciudadano colombiano en el barrio de Balvanera antes de recibir la descarga de la pistola taser de la Policía de la Ciudad. El joven cayó tendido sobre la vereda luego de que una mujer lo denunciara por haberla robado la cartera y personal de la División Intervenciones Rápidas (DIR) llegará al lugar para detenerlo. Según el registro en video, el motivo de la descarga fue que el joven amenazó con cortarse con un cuchillo para evitar ser capturado.
Se trata de la tercera vez que la DIR -cuerpo de la Policía de la Ciudad que utiliza las 60 pistolas taser puestas en la calle por el ex jefe de gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta en junio pasado- recurre a estas armas. El primer caso fue para reducir a una persona en situación de calle que ingresó con un cuchillo a una pizzería de Palermo, el segundo ocurrió en La Boca, cuando también se redujo a una mujer que amenazaba con un cuchillo a su pareja.
El caso de este jueves ocurrió en Balvanera, cuando el personal de la Policía llegó a la calle Lavalle al 3000 por una denuncia de robo. Una mujer fue la que denunció el hurto de su cartera y señaló al presunto ladrón, que aún estaba en el lugar. Un joven colombiano que se resistió al arresto. Cuando el personal policial le pidió que desiste, el hombre sacó un cuchillo, se lo apoyó en el cuello y amenazó con lesionarse.
El sistema de las pistolas Taser contiene un registro de audio y video, por lo que se puede escuchar al personal de la DIR pidiéndole al joven que desista de su amenaza: “Soltalo, por favor, soltalo, soltalo”. El hombre sostuvo la amenaza, mientras caminaba hacia atrás pretendiendo escaparse. En esos momentos, uno de los oficiales disparó la descarga eléctrica.
El joven quedó tendido en el piso y después fue incorporado por el personal policial, que le tomó una foto con el cartel de la de la División Intervenciones Rápidas (DIR) antes de trasladarlo. En el lugar del robo fueron secuestrados, además del cuchillo, una balanza eléctrica de mano --que suele usarse para el narcomenudeo--, un reloj y 78.740 pesos. El hombre reducido quedó detenido por robo a mano armado por decisión del Juzgado Nacional en lo Criminal N°52.
Las taser, un símbolo de las gestiones PRO
"Hay que tenerlas en lugares donde hay mucha concentración de personas y después en brigadas de acción rápida para situaciones donde haya alguien con un arma, con un cuchillo o con un brote psicótico", había anticipado el despedido ministro de Seguridad porteño Eugenio Burzaco en abril pasado, cuando anunció que la Ciudad contaría para junio o julio con un primer lote de 60 pistolas taser, que se ampliarían a 150.
Un mes después, en campaña por las internas de Juntos por el Cambio, Larreta anunciaría la utilización de las pistolas como la solución para la inseguridad. Las Taser aparecieron en el debate público repetidas veces frente a hechos resonantes como fue el homicidio de la policía Maribel Zalazar en Retiro, cuando intentó intervenir en una discusión y le arrebataron el arma reglamentaria para dispararle.
El caso de Zalazar ocurrió en una de las estaciones cabeceras de la Línea C del subte y fue utilizado por Juntos por el Cambio para retomar su campaña punitivista. Sin embargo, en enero de 2019, Larreta y su entonces vicejefe de gobierno y ministro de Seguridad porteño, Diego Santilli, había prometido armar con estas pistolas a los oficiales de la Policía de la Ciudad en el subterráneo para marzo de ese año.
El argumento que utilizó Larreta para justificar la demora en el uso de las pistolas fue responsabilizar al gobierno nacional, ya durante la presidencia de Alberto Fernández, por demoras para ingresar las armas compradas en el exterior a partir de controles de la Agencia Nacional de Material Controlados (Anmac). Sin embargo, se debía a demoras en la presentación de la documentación reglamentaria por parte de la propia gestión PRO.
La Policía Federal ya cuenta con el uso de estas pistolas de descarga eléctrica, licitadas en la gestión de Patricia Bullrich y compradas durante este gobierno. A principios de año, tras el debate en torno al homicido de la oficial Zalzar, el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, confirmó la compra de un centenar de Taser para los grupos especiales de la Federal.
El debate que quedó diluido, que comenzó en 2009 con Mauricio Macri como jefe de gobierno porteño y con Jorge "Fino" Palacios como titular de la Policía Metropolitana, son las advertencias de los organismos de derechos humanos sobre la letalidad de las Taser, sobre su uso ante personas desarmadas. Las denuncias se basaban en casos concretos de fallecimientos en Estados Unidos y Australia, y recomendaciones contrarias a su uso por parte de Amnistía Internacional y el Comité contra la Tortura de la ONU.
Las Taser envían una descarga de 400 volts durante cinco segundos a través de un dardo que inmoviliza a la persona y cuentan con una cámara que permite registrar imagen y audio para luego saber si se utilizó de forma eficaz y en qué situación. Además, los 250 oficiales de la Policía de la Ciudad capacitados para el uso de estas armas eléctricas no dejan de estar acompañados por otro oficial armado con un arma de fuego convencional.