"Es hora de que los pueblos latinoamericanos comparen", desafío el expresidente de Ecuador, Rafael Correa, frente a la vuelta de las políticas de derecha a los gobiernos de la región.
Correa no descartó volver a su país para presentarse como candidato constituyente en caso de que avance la propuesta de consulta popular que lanzó su exaliado, el presidente Lenin Moreno, para poner fin a las reelecciones. Además consideró que debería "tener más comunicación" con Cristina Kirchner y Lula Da Silva, y reclamó por la desaparición forzada de Santiago Maldonado.
El expresidente ecuatoriano dijo que "la derecha ha perdido los límites y escrúpulos en América Latina", en referencia al "golpe de Estado mediático-judicial" ocurrido en Brasil para expulsar del gobierno a Dilma Rousseff y lo comparó con la causa abierta contra el vicepresidente ecuatoriano, Jorge Glas. "Es una vulgar persecución política", afirmó en diálogo con FutuRock.
El exmandatario, aunque reconoció que "en la Argentina la derecha ganó democráticamente", también subrayó que "el mismo libreto que se aplica en Ecuador es el de Brasil y un poco el mismo que se le está haciendo a Cristina, la judicialización de la política". Y sentenció: “Los principales instrumentos de manipulación, en el mundo, pero principalmente en América Latina, son ciertos medios de comunicación”.
El fundador de la Alianza País reconoció que los referentes regionales del llamado Socialismo del Siglo XXI son "conscientes de las dificultades estructurales de las economías primarias exportadoras" de los países lationamericanos y señaló que "no lleva diez años modificarlo ni 15 o 20 años", pero "la derecha utiliza los malos momentos económicos para criticarlo" y volver a aplicar políticas neoliberales.
"Veremos como funcionan esos modelos. Es hora que los pueblos latinoamericanos comparen", desafió Correa y señaló como parte de una manipulación que siempre se habla de Venezuela, a partir de los violentos conflictos del último año. "¿Y Bolivia, que tiene los mejores datos macroeconómicos? ¿Y Uruguay, que es el más desarrollado de la Patria Grande?", preguntó.
En ese análisis, el mandatario también consideró que los gobiernos progresistas son "víctimas de sus propios éxitos, porque sacamos a mucha gente de la pobreza, que terminan siendo víctimas de los cantos de sirena de la derecha". Al repasar cómo continúa la relación con los expresidentes que representaron el bloque regional de gobiernos progresistas indicó: "Visité a Cristina en Argentina. Siempre nos enviamos saludos. A Lula lo llamé tras la condena. Lo vi muy motivado. Tal vez deberíamos tener más comunicación".
Respecto de otros temas de la Argentina, Correa destacó lo "preocupante" que resulta la desaparición forzada de Santiago Maldonado y, aunque también hizo hincapié en las condiciones de detención de Milagro Sala, destacó: "¡Estamos hablando de un desaparecido! Toda mi solidaridad para la familia de Santiago”.
Correa, que vive en Bélgica desde que dejó la presidencia, fue muy duro con su sucesor Lenin Moreno, a quien acusó de entregarse a la oposición y aplicar "el programa que fue derrotado en las urnas". Desde que llegó al gobierno, Moreno dio un giro político para mostrarse cercano a figuras de la oposición y de los grupos de poder económico como el alcalde de Guayaquil, Jaime Nabot, y el excandidato presidencial y empresario Guillermo Lasso.
A principios de octubre, Moreno confirmó la intención de avanzar con una consulta popular y presentó siete preguntas para convocarla. Las tres primeras buscan inhabilitar a personas involucradas en casos de corrupción para participar en política; modificar la Constitución para impedir la reelección y eliminar el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social y reemplazarlo por uno transitorio. Correa advirtió que se buscar "concentrar todos los poderes en el Ejecutivo" y "tratar por todos los medios" que él no puede volver a presentarse como candidato.
El expresidente confió en que la Corte Suprema rechazará las preguntas de la consulta que modifican las Constitución, renovada en 2010, y en caso de que no ocurra, anticipó que desde su sector presentarán el llamado a una nueva constituyente —para la que necesita reunir el 12 por ciento de las firmas del padrón— y él será candidato.
“El fondo de la consulta es deshacerse de Correa. En eso se han juntado los traidores con la oposición. Quieren dar un golpe de Estado blando para destruir a Correa, aunque eso signifique destruir al país. Quieren impedir la reelección porque saben que los derroto nuevamente”, insistió.