Con estreno en el Festival Internacional de Cine Documental de Buenos Aires (FIDBA, Muestra Competitiva Argentina) y función especial el día de ayer en El Cairo Cine Público, Carteira Assinada es un acercamiento afectuoso a trabajadoras y trabajadores. El documental que dirige el realizador brasilero (y rosarinizado desde hace más de una década) Pietro Picolomini fue grabado durante el año pasado en el centro de San Pablo (Brasil), durante una entrevista laboral a miles de personas, muchas de las cuales son escuchadas con atención por Picolomini, sea en sus alegrías como en su dolor.

“Filmamos en Brasil pero la producción es argentina, con sede en Rosario. Ganamos el Plan Fomento en postproducción y la semana pasada recibimos la noticia de que ganamos en Ventanilla Continua el premio para la circulación del proyecto. Estoy muy agradecido al Plan Fomento, así como a la Comisión de Filmaciones de Santa Fe, la Municipalidad y al INCAA, porque fueron estas entidades las que permitieron que la película se concretara y fuera invitada, gracias a (el Mercado de la Industria Audiovisual de Santa Fe) Pulsar, al FIDBA. No hay otra forma de hacer cine acá que no sea así, porque el gran capital es cobarde y no invierte en producciones que no le aseguren un éxito inmediato. Un trabajo como este no existiría sin una política pública audiovisual”, comenta Pietro Picolomini a Rosario/12.

El nombre de la película resulta atractivo en su sonoridad, también en lo que significa. “Al nombre lo mantuve porque es pintoresco. En Brasil hay algo que se llama cartera de trabajo, una libreta donde se registran los trabajos formales que una persona tiene a lo largo de su vida. La propuesta fue acercarnos a una fila de una feria de empleo, que se hizo en el centro de Sao Paulo, en el casco histórico el año pasado, con organización de un sindicato. Fueron 15 mil personas a pedir un trabajo de sueldo mínimo, para cupos mayormente de servicios o en comercios. Nos acercamos a estas personas a pedirles que abran su libreta de trabajo y contaran a partir de su memoria. La idea no fue trabajar con el concepto de entrevista, sino desde la conversación, y a partir de la escucha atenta buscar por dónde ir para inmiscuirnos en su vida personal”, continúa.

-Cuando cuentan sobre sus primeros trabajos, hay algo luminoso en los rostros.

-Yo parto de la premisa de que todos queremos hablar y contar algo de nuestras vidas. Por lo general, hay una idea que se repite, que es la de dar voz; cuando en realidad no hay que dar la voz a nadie, porque la gente ya tiene su propia voz. Lo que hay que hacer es escuchar. Siento que eso es lo que sucedió cuando escuchábamos a la gente, tenían muchísimo que decir a preguntas que, en otras oportunidades, jamás les hicieron. Para la clase más popular, el trabajo es el único mecanismo de ascensión social o de supervivencia. Al preguntar sobre qué hicieron con su primer sueldo, más de uno contó que lo que hizo fue comprar comida, comer bien, una necesidad básica y fundamental, que no sería posible sin ese primer trabajo.

La crisis de empleo en Brasil surgió tras el derrocamiento de Dilma Rousseff.

-Esta fila de trabajo, ¿en qué contexto y situación ocurrió?

-Esa fila es un fenómeno social específico, que sucedió después del golpe a Dilma Rousseff. Hasta el 2013, Brasil tenía pleno empleo, el sueño de cualquier economía, y cuando Dilma es revocada por el golpe parlamentario en 2016, Michel Temer lo primero que hace es flexibilizar los derechos laborales, lo que aumentó muchísimo la desocupación y el trabajo precario. La tasa de desempleo creció de manera vertiginosa y se profundizó con Jair Bolsonaro, cuando eliminó el Ministerio de Trabajo y lo rebajó a Secretaría, como hace acá el actual gobierno. Eso, por sí solo, generó un desastre social, y la pandemia fue la frutilla del postre.

-Esto que contás, sin embargo, no es algo que explicite la película.

-La intención del documental no era la de hacer, por decir así, una película militante o que bajara línea, porque cuando uno cuenta desde su propia vida, desde la pobreza y sus condiciones de trabajo, no hace falta, la crítica ya está ahí, no hace falta llevarla al primer plano. También porque no queríamos una película de opiniones sino de experiencias. Este documental viene de un linaje que empieza con Jean Rouch y Edgar Morin, pasa por Agnès Varda, y no puedo dejar de mencionar a Eduardo Coutinho, uno de los grandes maestros, donde lo que importa no es lo que uno opina sino cómo uno lo vive. La opinión es más fácil de realizar y muchas veces no viene acompañada de un argumento, pero cuando uno está hablando de su propia vida está hablando de lo que conoce.

Ahora toca el turno a los festivales y sus circuitos, pero el director tiene la preocupación por lograr que Carteira Assinada salga al encuentro de los diferentes públicos: “Me interesa que la película circule, no tengo expectativa financiera, la película fue hecha como un acto de resistencia al gobierno de Bolsonaro, para discutir la importancia del trabajo digno, registrado. La distribución es un trabajo de hormiga y ahora hay una nueva tendencia, la distribución popular de cine a través de asociaciones, sindicatos, escuelas, universidades. Antes que generar ingresos, lo que me interesa es que la película sea vista”.

Carteira Assinada, coproducción entre Argentina y Brasil, cuenta con producción de Emilio Elisio y Glenda Nóbile, y producción en Brasil a cargo de Cosmo Roncon Jr, quien también firma la dirección de fotografía. En 2021 el proyecto fue premiado en el Concurso Federal de Desarrollo de Proyectos Documentales Inéditos (INCAA), y participó del ODS Lab Construir Cine (Argentina), PULSAR Santa Fe, Frontera Sur Lab (Chile), con tutoría de Marta Andreu (España) y Gustavo Fontán (Argentina). Fue contemplada en el Plan Fomento del Ministerio de Cultura de Santa Fe (Ventanilla Continua), en las categorías producción y circulación. En 2023 fue seleccionada para recibir el Recurso Puente, de la Municipalidad de Rosario, y también fue declarada de interés por el INCAA en Vía Digital, categoría postproducción.