Los casilleros vacíos del gabinete cultural --degradado de ministerio a secretaría-- se completan lentamente. Por segunda vez en la historia, la Biblioteca Nacional Mariano Moreno (BNMM) estará dirigida por una mujer, la bibliotecaria Susana Soto Pérez. El nombre de la sucesora del escritor Juan Sasturain provocó desconcierto entre los trabajadores de la institución que temen que, “motosierra” mediante, vuelvan los despidos, como ya sucedió al inicio de la gestión del escritor Alberto Manguel en 2016. Soto Pérez elegirá junto al secretario de Cultura, Leonardo Cifelli, quién reemplazará a la escritora María Moreno en el Museo del Libro y de la Lengua, que depende de la BNMM, bautizado como Horacio González en 2022 en homenaje al sociólogo y escritor que dirigió la Biblioteca entre 2005 y 2015.
“La conozco, aunque circuló por carriles diferentes a los míos y sólo tuvimos ocasionales encuentros profesionales”, cuenta Elsa Barber, la exdirectora de la BNMM entre 2018 y 2020, y aclara que le desea “lo mejor” en el “difícil ámbito” de la Biblioteca Nacional. Soto Pérez, que actualmente se desempeña como Secretaria de Biblioteca de la vicerrectoría de Gestión y Evaluación de la Universidad Abierta Interamericana (UAI), de acuerdo a lo que declara en la red social Linkedin, fue coordinadora del Sistema de Bibliotecas de la Universidad de Buenos Aires (UBA), entre 1993 y 2000, egresada de la carrera de Bibliotecología en la misma universidad. La flamante directora de la BNMM, que se reunirá con Sasturain el próximo lunes, dirigió la Biblioteca de la Facultad de Odontología de la UBA y es miembro de la Red de Editoriales de Universidades Privadas. Su formación profesional se completa con un máster de arte realizado en la Universidad de Londres y un doctorado en Filosofía en la Universidad de Sheffield.
“Es una muy buena profesional”, la define María Silvia Lacorazza, presidenta de la Asociación de Bibliotecarios Graduados de la República Argentina (ABGRA) y agrega que fue “la primera doctorado en la disciplina del país”. Para la asociación que preside Lacorazza es una “muy buena noticia” que sea una profesional la que ocupe el cargo de directora de la Biblioteca Nacional Mariano Moreno. Excepto por dos capítulos en la edición ampliada del Manual de Bibliotecología, de Josefa E. Sabor, Soto Pérez no tiene publicados trabajos académicos. A su trayectoria se suma el haber formado parte del equipo que motorizó el SISBI (Sistema de Bibliotecas y de Información), una plataforma que reúne los catálogos de todas las bibliotecas centrales de las facultades, bibliotecas de los colegios, CBC, hospitales e institutos de la UBA.
A par que se conoció el nombre de la nueva directora, desde la BNMM informaron que el archivo del escritor Rodolfo Enrique Fogwill (1941-2010), donado a la institución por sus herederos en junio de 2022 y organizados bajo la supervisión de Verónica Rossi, ya se encuentra disponible para la consulta pública. El fondo reúne una nutrida correspondencia del autor de Los pichiciegos con escritores como Leónidas y Osvaldo Lamborghini, Alberto Laiseca, César Aira, Alan Pauls y Néstor Perlongher; materiales ligados a su labor como sociólogo, publicista y analista de mercado; originales de escritos literarios y recortes de prensa con sus intervenciones y columnas de opinión en diferentes medios nacionales y extranjeros. La carta que Juan José Saer envió a la Fundación Guggenheim para recomendar a Fogwill como beneficiario de una beca, correspondencia en torno a la polémica por el premio Coca-Cola que ganó en 1980 por Muchacha Punk, manuscritos de La gran ventana de los sueños y Nuestro modo de vida, poemarios conservados tal cual el escritor los había ordenado y diarios de los sueños que el autor tenía son algunas de las curiosidades que se pueden encontrar en el fondo.