La reciente designación de Federico Valentini como secretario de Cultura y Educación de la Municipalidad rubrica la continuidad de un proyecto, a partir de la gestión desempeñada por Dante Taparelli, durante la cual Valentini ocupó el cargo de subsecretario de Industrias Culturales y Creativas. Ahora, el lugar para las decisiones y responsabilidades es otro, y también es otro el contexto. “Siento respeto y admiración por Dante. Agarró la Secretaría en el peor momento, con una pandemia que nos atravesaba. Los artistas, los sectores de la cultura y los sectores independientes, habían quedado muy expuestos con la pandemia; había que reconstruir el vínculo, y recuperar el nivel y volumen de trabajo. Fue nuestro primer objetivo. Parece lejano, pero estuvimos casi un año y medio entregando cajas de alimentos en la secretaría. Luego se pudieron recuperar los escenarios, con los artistas locales. Desde ese lugar, la figura de Dante y la de todos los equipos de la Secretaría de Cultura, que tuvieron que reconfigurar su rol durante la pandemia, han sido muy valiosos, porque estuvieron codo a codo con quienes más lo necesitaban”, explica Valentini a Rosario/12.
“Fue un contexto difícil, pero gracias a la decisión política del intendente pudimos hacer cosas, y no es poco hacer cosas en el ámbito de la cultura, durante el tiempo que nos toca. Pudimos reinaugurar el Museo Estévez, construir un espacio para la Escuela de Diseño, duplicar nuestros asistentes al Programa de Ajedrez, instalar en la agenda dos festivales -me atrevería a decir nacionales- como De la Patria Mía y FARo, que Rosario no tenía. Recuperamos una Feria del Libro con miles y miles de asistentes, la Noche de Peatonales. Los equipos de cultura han tenido un arduo trabajo en este contexto. Creo que fue el tiempo de la reconstrucción, y a mi entender, el tiempo que viene ahora es el del desarrollo cultural, un tiempo donde creo que el contexto nacional nos hace repensar ciertas cosas, donde Rosario y Santa Fe no solo van a ser un refugio para la cultura, sino que en este contexto marcarán el camino de la cultura a nivel nacional, con la posibilidad de encontrarnos en aquello que nos une. Estamos en un momento donde aquellos que compartimos una visión de la cultura y una visión del Estado tenemos que estar más cerca que nunca para marcar el rumbo de la cultura a nivel nacional. Me atrevo a decir que este es el desarrollo cultural que necesitamos en este tiempo”, continúa.
-En una entrevista, un músico me destacaba la necesidad de defender espacios como el Galpón 11, por la seguridad que permite a los artistas.
-Me alegra el comentario. En términos personales, a veces siento que se naturaliza mucho lo que hay en cultura en la ciudad, sobre todo en relación a lo público. Tenemos infinidad de espacios, con muchos errores pero también con mucha cercanía. Nadie podría decir que nuestros espacios están cerrados o que somos una gestión que no tuvo las puertas abiertas y el diálogo. En el Galpón de la Música, un músico puede ir a trabajar en un espacio público, en condiciones de seguridad, sin tener que intermediar con nadie. Ese es el rol del Estado, un Estado de puertas abiertas, que acompañe la gestión cultural de los sectores independientes y autogestivos, que en definitiva es donde la cultura vibra más fuerte. Y eso es abriendo más y mejor nuestras instituciones. Uno de los objetivos que tenemos como equipo, es reconfigurar algunas de nuestras instituciones, empezando por el Centro Cultural Fontanarrosa y el Complejo Astronómico, en términos de mejorar la calidad de su infraestructura e incorporando más equipos, para que sean instituciones que puedan estar abiertas más horas, donde un artista no solo pueda ir a tocar sino que alguien que esté caminando por ahí pueda ingresar, leer un libro, haya ferias y festivales. Necesitamos que cada metro cuadrado que tenemos de instituciones culturales esté a disposición de la ciudad y de los sectores de la cultura. Las instituciones funcionan cuando lo hace el sentido que las acompaña, por eso después de 20 años el Tríptico de la Infancia sigue tan vigente. Eso tenemos que replicarlo.
-En este sentido, ¿cuáles ideas y proyectos tenés previstos?
-Uno de los objetivos que tenemos es la posibilidad de construir Parques Culturales para habitar el espacio público con mayor calidad, vinculado a nuestras instituciones, como un Parque de la Ciencia cercano al Complejo Astronómico. Así también con otras instituciones territoriales como la Casa de Cultura barrio Alvear o el parque Alem. Empezar a pensar en espacios que permitan el diálogo entre la institución y el afuera, un diálogo de reciprocidad, de funcionamiento. Trabajaremos en ese sentido y en una escala importante, de transformación del espacio público. Por otro lado, no hay cultura en la ciudad si no es a la par de los sectores independientes y autogestivos, y del fomento a esos sectores, acompañando en su profesionalización. Ese es el rol prioritario del Estado, acompañar a quienes hacen cultura. Yo debo comprometerme y promover la necesidad de una ordenanza de centros culturales independientes, y una reglamentación de la normativa de teatro. Tenemos que aprender de la pandemia, que la fragilidad del sector cultural no solo se resuelve a partir de recursos sino de normativas que den claridad. Hay que acompañar a nivel provincial la ley de cine. Tenemos que reforzar institucionalmente y a partir de normativas y reglas claras el acompañamiento al sector. Esta ciudad vive cultura pero no solo estatal, lo independiente fluye. Tenemos gran calidad en teatro, música, artes visuales y audiovisuales; el Estado tiene que estar acompañando y viendo cómo esos bienes culturales circulan, porque a veces somos siempre los mismos públicos. Por eso y en este momento tan particular, Rosario y Santa Fe deben encabezar un proceso de resguardo de la cultura, y con otras ciudades parecidas, para que nuestros artistas puedan visitarlas y hacerse conocer; en este sentido, trabajaremos para que haya una red de ciudades que promueva la circulación de artistas.
En el diálogo, la mención de los equipos de trabajo se reitera y aparece como corolario: “La secretaría de Cultura tiene grandes equipos, que trabajan con un compromiso enorme. Siento que este es el valor agregado que tenemos en relación a muchas otras gestiones. Nuestros equipos tienen compromiso por la cultura y la ciudad, y eso es lo que nos permite muchas veces hacer lo que hacemos. No miramos horas y días, tenemos equipos comprometidos. Si me toca hoy ocupar este lugar es porque estos equipos me han formado y ayudado, y me siento también respaldado en términos de lo que me toca asumir”.