La Corte Suprema de Justicia pondrá fin el lunes a uno de los capítulos centrales de su disputa con el exoficialismo de Unión por la Patria cuando le tome juramento al cordobés Luis Juez, del PRO, para ocupar el lugar vacante en representación del Senado en el Consejo de la Magistratura. La decisión, tomada este viernes mediante una acordada que firmaron los cuatro supremos, tiene lugar luego del fallo de Horacio Rosatti, Juan Carlos Maqueda y Carlos Rosenkrantz que la semana pasada puso fin a una larga controversia, y a la veloz intervención de la vicepresidenta Victoria Villarruel, que en su primer día de gestión firmó el decreto parlamentario que habilitó el juramento.
El organismo encargado de seleccionar y remover jueces terminará de completarse cuando el Ejecutivo designe a su representante, en teoría el único propio que tendrá Javier Milei, quien el jueves envió un mensaje más que amigable al poder del Estado que deja afuera de la “casta” y de cuyos servicios dependerá para poder convalidar el desguace del Estado en curso.
Con el decreto de Villarruel “concluye una controversia que debía ser resuelta por este Tribunal en su carácter de intérprete final de la Constitución Nacional”, apunta la nueva acordada de la Corte, que se quedó con la última palabra en la disputa de la banca que el kirchnerismo reclamaba para Martín Doñate, a quien los supremos se negaron a tomarle juramento en febrero pese a la insistencia de la mayoría de los senadores.
La discusión se generó a fines de 2021 cuando la Corte, tras las elecciones de medio término, declaró inconstitucional la integración del Consejo y ordenó adecuarla a una ley anterior a la reforma de 2006, fallo que implicó tener que aumentar de 13 a 20 el número de consejeros. Juez reclamó pública y judicialmente la cuarta silla para el Senado luego de que el entonces oficialismo desprendiera el bloque Unidad Ciudadana del Frente de Todos y reclamara el lugar de la segunda minoría para el rionegrino Doñate. El conflicto fue uno de los causales por los cuales el entonces presidente Alberto Fernández junto con gobernadores peronistas promovieron el juicio político a los miembros de la Corte, que tuvo su último capítulo dos semanas atrás con el dictamen acusatorio que puso fin a la investigación.
El jueves pasado Rosatti, Maqueda & Rosenkrantz fallaron a favor de Juez, una vez más sin el visto bueno de Lorenzetti, crítico en su momento por resucitar una ley fenecida y quien sigue pidiendo el desplazamiento de Silvio Robles, la mano derecha de Rosatti que quedó en el centro de la escena por sus chats con el exministro porteño Marcelo D’Alessandro. La pretensión del cordobés había sido rechazada por la justicia en lo Contencioso y Administrativo Federal, que consideró que la conformación de los bloques no era materia “judicializable”, pero fue convalidada por la Corte, que el lunes al mediodía le tomará juramento a Juez.
Para el miércoles a la mañana está previsto el último plenario del año del Consejo, donde el PRO sumará el voto de Juez y el kirchnerismo perderá el del exrepresentante del Ejecutivo, Gerónimo Ustarroz. Hasta este viernes el gobierno de Milei no había definido el nombre de su reemplazante, que estaría en disputa entre los candidatos del ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, y del jefe de Gabinete, Nicolás Posse.
En ese encuentro se pondrá en consideración, entre otros dictámenes, el del reglamento para poner en marcha un sistema de concursos anticipados, que agilizaría la primera etapa del proceso de elección de jueces. El jueves último, ante más de 600 jueces, fiscales y defensores que se reunieron en la cena anual de la Asociación de Magistrados y Funcionarios de la Justicia Nacional, Rosatti anunció su aprobación y los comensales le respondieron con un aplauso.
Cúneo Libarona informó en ese ámbito que Milei estaba “apenado por no poder asistir” pero le pidió que “les demuestre su respeto ante esta asociación”. “Javier me dijo: ‘Yo quiero que haya independencia judicial y división de poderes y que se respete a los jueces’. Segundo, me dijo: ‘Para las vacantes ni amiguismo ni política, elegí idoneidad’. Por último, me dijo: ‘Yo quiero que no haya más escándalos en la Justicia’”, aseguró el penalista. Rosatti, a su turno, dijo estar “orgulloso del Poder Judicial” y manifestó su deseo de que haya “tres poderes fuertes, un Estado fuerte más allá de su tamaño (sic) y con una sociedad más fuerte”.